(Minghui.org) Los practicantes somos conscientes de que el Maestro Li Hongzhi, el fundador de Falun Dafa, ha sacrificado y soportado mucho para cada uno de nosotros. A menudo me he preguntado cómo podría recompensarle su compasión.

He llegado a creer que esto sólo sería posible si viviera según los principios de Falun Dafa y completara mi cultivación.

Practicante analfabeta logra aprender a leer

Tengo 69 años y soy una practicante de Falun Dafa de un pueblo rural. Antes de practicar Falun Dafa, era analfabeta. También tenía muchas dolencias e iba a ver al médico cada dos días.

En 1998, una practicante que se dio cuenta de mis problemas de salud y me sugirió practicar Falun Dafa. Me dijo que ella había recuperado su buena salud y, después de que supe que no costaba nada, decidí darme una oportunidad.

Me uní al grupo de mi pueblo, que tenía más de 30 practicantes, para hacer los ejercicios todas las mañanas. Al principio no fue fácil y tenía que descansar varias veces durante la práctica. También asistía al grupo del estudio del Fa y escuchaba atentamente cuando los demás leían Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa.

Yo también quería leer las escrituras de Dafa, así que copiaba las palabras que no conocía y los compañeros practicantes y mi familia me enseñaron a leer. Ahora puedo leer casi todas las palabras de Zhuan Falun. Aunque, debido a la persecución, ya no estudiamos el Fa en grupo, sigo despertando a las 3:50 de la mañana para hacer los ejercicios y estudiar por mi cuenta.

No inmune a la persecución

El partido comunista chino (PCCh) inició la persecución en contra de Falun Dafa aproximadamente seis meses después de que me había convertido en una practicante.

A principios de 2002, la policía vino a mi casa y me exigió que renunciara a Dafa y que firmara algunos documentos. Cuando me negué, el jefe de la policía local dijo que me iban a llevar a una sesión de lavado de cerebro.

Era invierno cuando otros compañeros practicantes y yo fuimos llevados a la comisaría de policía. El lugar era frío y sucio. Esa noche, en lugar de dormir, limpiamos la estación de policía. Los agentes se quedaron sorprendidos cuando llegaron a su turno, y parecieron mucho más amigables.

Trajeron a ocho practicantes "transformados" de la ciudad para "transformarnos". Uno me dio un libro que calumniaba a Dafa y lo rompí por la mitad. Me golpearon y me exigieron que firmara la declaración de "transformación", pero me negué.

Me ordenaron sentarme en el suelo helado y me esposaron las manos entre dos camas. Luego me golpearon las piernas con palos de bambú hasta que estaba cubierta de moretones y otra vez me ordenaron a firmar la declaración.

El jefe de policía amenazó con que me llevarían a un campo de trabajo si no firmaba. Surgió mi apego al miedo y escribí algo en la declaración, pero después me sentí terrible.

Cuando regresé a casa, los compañeros practicantes me dijeron que firmar la declaración estaba mal y que debería retractarme. Escribí una retractación, la envié a la policía y, unos días después, el jefe de policía y dos agentes vinieron a mi casa. Querían saber quién había escrito la retractación, ya que pensaron que era analfabeta. Tuve que escribir la retractación frente a ellos para demostrar que podía escribir.

Me arrestaron otra vez en marzo de 2003 y me llevaron a lavarme el cerebro. Los guardias me encerraron en una jaula. También intentaron tomarme una foto, pero mantuve los ojos cerrados. No quise cooperar cuando intentaron tomar mis huellas, así que dos guardias me tiraron al piso.

Me quedé en el suelo, sin moverme y enviando pensamientos rectos. Pensaron que estaba herida y me liberaron en septiembre de 2004.

Encontrando compañeros practicantes

Después del inicio de la persecución, yo era la única practicante en mi pueblo, y las autoridades del pueblo asignaron a dos personas para que me vigilaran. Tenían miedo de que fuera a Beijing a solicitar el derecho a practicar Falun Dafa.

Por pura casualidad me enteré que un practicante vivía cerca de uno de mis parientes. Quería pedirle a este practicante que me enseñe cómo decirle a la gente la verdad acerca de Falun Dafa, así que caminé 15 millas hasta su casa.

Loa familiares del practicante no confiaron en mí y no me dejaron verlo durante las tres visitas que hice. Finalmente, después de la cosecha de otoño, le pedí ayuda a Shifu. Luego, trabajé con la madre de este practicante toda una tarde, en el campo. La madre se dio cuenta de mi seriedad en cuanto a conocer a este practicante, y finalmente me dijo dónde lo podía encontrar en el huerto.

Este practicante me ayudó mucho. Me dio materiales de Falun Dafa y algunas conferencias recientes de Shifu. Distribuí los materiales en tres pueblos en una sola noche.

Experimentando el poder de Dafa

Una noche de invierno, cuando estaba distribuyendo materiales de Dafa, tomé un atajo a través de una zanja grande y accidentalmente pisé en el agua helada. Ignoré mis zapatos y pantalones mojados y seguí distribuyendo los materiales y poniendo carteles de Dafa en cinco aldeas. Cuando llegué a casa, mis zapatos de algodón estaban completamente secos.

Sólo entonces me di cuenta de lo que había pasado, una señora de 60 años acababa de caminar unas docenas de millas en una sola noche en el invierno, aunque estaba empapada en agua fría y llevaba 30 kilos de materiales. Me di cuenta que Shifu había visto mi deseo de salvar a la gente y me dejó experimentar el poder extraordinario de Dafa.

Comencé a hablar con la gente cara a cara para tratar de persuadirlos a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. A menudo reparto materiales y CDs en el mercado y convencí a muchos propietarios de pequeñas empresas a renunciar al PCCh.

Hablo con la gente todos los días. Suelo comenzar hablando de cosas cotidianas y luego los aconsejo a renunciar al PCCh y les aclaro la verdad acerca de Falun Dafa. La mayoría de la gente es receptiva.

También me he topado con personas que no aceptan los hechos. Cuando me detuve en el mercado para hablar con un joven, ése no me dijo nada hasta después de que le diera un amuleto de Dafa. Luego me dijo que era un oficial de policía, quiso que vaya con él a la estación y agarró mi triciclo.

Sin temor, envié fuertes pensamientos rectos: "Dafa está aquí para salvar a la gente. Solo Shifu y los discípulos de Dafa tienen la palabra". Le dije: "Te hablé sobre Dafa por tu propio bien. Incluso los policías necesitan protegerse. No quiero que llegues tarde a tu trabajo, y yo también tengo que seguir mi camino".

Le quité la mano que había aflojado y me fui. Él no me persiguió.

Varias veces me topé con gente mala, pero cada vez me las arreglé para escapar ilesa. Creo que Shifu me ayudó a disolver estas tribulaciones. ¡Gracias, Shifu!

Usando el dinero sabiamente

Mi esposo y yo no tenemos un ingreso regular. El hace varios trabajos que nos ayudan a satisfacer nuestras necesidades. Cuando me di cuenta que los practicantes de los sitios de producción de materiales utilizan su propio dinero para pagar los materiales de Dafa, sentí la necesidad de contribuir, así que empecé a cultivar verduras en mi patio trasero y a venderlas en el mercado.

En la primavera recojo verduras silvestres, durante la temporada de cosecha de trigo recojo granos de trigo en la carretera o en los campos, y en el otoño recojo abono en los campos de hortalizas. También recojo cacahuates en los campos y los vendo en el mercado.

Cada vez que junto 100 yuanes, se los doy a los practicantes de los sitios de producción de materiales. Hasta este momento, he contribuido con unos 8.000 yuanes.

Superando la tribulación de yeli de enfermedad en seis días

En abril de 2014, mientras estaba trabajando en mi patio, me desmayé y estuve inconsciente durante casi una hora. Cuando me desperté, no podía mover mi lado derecho ni ponerme de pie. Envié pensamientos rectos durante una hora, y después pude arrastrarme y meterme en la casa para leer las lecciones de Shifu. Los próximos dos días me sentí horrible y débil, y mi marido tuvo que cuidar de mí.

En el quinto día, una voz me dijo que ya estaba muy bien, así que envié pensamientos rectos: necesitaba salir otra vez a hablar con la gente sobre Dafa. Hice el ejercicio de meditación y me sentí mejor.

Continué enviando pensamientos rectos y estudiando el Fa y en el sexto día me sentí mucho mejor. Hice los ejercicios de pie, pero no podía sentir ni controlar mi pierna derecha. Me acordé las palabras de Shifu:

“Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer”. (Zhuan Falun)

Así que apreté los dientes e hice todos los ejercicios.

Me fui en el triciclo a la casa de un practicante para conseguir más materiales de Dafa. Después de un rato, me sentía demasiado cansada para pedalear, así que me bajé y empujé el triciclo por más de dos millas. Viéndome cubierta de sudor, un practicante me preguntó qué había pasado. Le expliqué que había superado una prueba de yeli de enfermedad. Me aconsejó que descansara unos días más, pero le dije que necesitaba distribuir materiales de Dafa.

De camino a casa, logré persuadir a dos personas a renunciar al PCCh. Aunque me tomó el doble de tiempo, no me sentía muy cansada.

Con la protección de Shifu, logré superar esta tribulación de yeli de enfermedad en seis días. Llegué a comprender que, cuando nos enfrentamos a las tribulaciones, no debemos depender de que los otros practicantes envíen pensamientos rectos. Debemos tener fe en Shifu y en el Fa, enviar pensamientos rectos intensivos y ponernos a estudiar el Fa.

¡Me gustaría presentarle mis respetos y agradecerle a Shifu! También me gustaría darles las gracias a los practicantes que me han ayudado en tiempos difíciles.

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2015/3/2/149164.html