(Minghui.org) La Sra. Cai Guijiao, 61 años, fue sometida a una despiadada tortura y abusos en los tres años de detención.

Fue arrestada el 27 de febrero de 2012, después de que alguien la denunciara a la policía mientras repartía DVDs con información sobre la persecución a Falun Gong.

Durante su detención fue torturada. La policía la detuvo en el centro de detención de Huarong por dos semanas y luego la transfirió al centro de detención Nº 1 de Yueyang.

Durante los nueve meses de detención allí, fue alimentada a la fuerza después de que realizara una huelga de hambre. Le rompieron los dientes. Cinco guardias la sostuvieron en el piso y le inyectaron drogas desconocidas. Los guardias también la ataron a una tabla dura por dos días consecutivos.

Representación de la tortura atada a una cama.

El 7 de enero de 2013, a la Sra. Cai le dieron tres años de prisión. Se negó a renunciar a su fe y fue torturada y tampoco dejaron que su familia la visitara.

26 días de tortura

En la prisión para mujeres de Changsha, la enviaron al centro de lavado de cerebro del pabellón sexto, un lugar específicamente establecido para perseguir a los practicantes de Falun Gong. Los guardias recibieron entrenamiento para torturarla en ciclos de 26 días seguidos.

En el primer ciclo, los guardias la forzaron a que se quedara de pie durante 18 horas seguidas sin moverse, de 6 a.m. a medianoche. Los reclusos tenían órdenes de vigilarla. Si se dormía o movía, le pisaban los pies o le daban en la espalda con las rodillas.

En el segundo ciclo, los guardias continuaron forzándola a quedarse de pie, pero aumentaron la tortura. Hicieron que sostuviera botellas de agua en sus dos manos y una computadora portátil entre sus piernas. En este punto, las uñas de sus pies comenzaron a desprenderse.

Luego los guardias le prohibieron dormir durante cuatro días seguidos y la forzaron que quedara en cuclillas durante nueve días.

Eventualmente renunció a su fe firmando dos documentos de renuncia.

Luego fue transferida al pabellón 2 y sometida a trabajo forzado. Cuando expresó su arrepentimiento por haber escrito esas declaraciones, los guardias la golpearon y abusaron verbalmente de ella.

El 27 de febrero de 2015, la Sra. Cai fue liberada. Al regresar a casa, se enteró que el gobierno le retuvo su pensión en los últimos tres años. Cuando apeló, el gobierno le reembolsó solo tres meses de su pensión.