(Minghui.org) Estaba hablando con una madre y su hija mientras desayunaban en una cafetería, y les expliqué sobre por qué deberían renunciar al partido comunista chino. Ellas estuvieron de acuerdo con renunciar y les entregué un volante sobre Falun Dafa.

La madre tomó el volante pero luego se dio cuenta que un hombre nos estaba observando y me lo regresó. Lo puse en mi bolso y me fui.

El hombre se levantó sin terminar su desayuno y comenzó a seguirme. Estaba hablando por teléfono mientras caminaba. Dos cuadras después, me encontré con una barbería y entré. El dueño me preguntó: "¿Ha venido por un corte de cabello?".

Le respondí: "No. Hay un hombre siguiéndome. ¿Podría esconder este bolso por mi?". Me dijo que si y me dijo donde podía esconderme. Hice lo que me dijo, y mientras me escondía, escuché al hombre que me había estado siguiendo por teléfono decir: "Deben venir pronto, no he podido atraparla todavía".

Me senté a enviar pensamientos rectos.

Pronto llegó una patrulla y cinco oficiales entraron a la barbería. Cuando le preguntaron por mí al dueño, dijo que no había visto a nadie. Uno de los oficiales comenzó a discutir con el hombre que había hecho la llamada. Se quedaron en la barbería casi una hora discutiendo y buscando.

Cuando se fueron, el dueño me dijo que ya podía salir. Le agradecí su asistencia y le di unos volantes de Falun Dafa que aceptó felizmente.

Muchas veces me he encontrado con personas que me reciben cálidamente. Estas son las personas que entienden de qué se trata Falun Dafa.