(Minghui.org) Tengo 74 años de edad, obtuve Dafa en Beijing en mayo de 1996. Vine a Australia en junio de 2009. Mantuve un registro de algunas de mis experiencias de cultivación en China para validar la belleza y la naturaleza milagrosa de Dafa y de la inmensurable gracia de Shifu.

A. Siendo testigo de la ilimitada gracia de Shifu

1. Mi salud se recupera al obtener el Fa

En mayo de 1996, me topé con una colega que estaba muy feliz y totalmente diferente a como había estado solo dos semanas antes; en muy mala salud y con una expresión de dolor. Me sorprendí bastante.

Me dijo: “Estoy practicando Falun Gong, y todas mis enfermedades han desaparecido. Falun Gong no solo tiene efectos milagrosos para la salud, también explica el porqué de las tantas tribulaciones en la vida”. La última frase me llamó la atención. Eso es lo que yo realmente quería saber.

Tomé prestado el libro Zhuan Falun ese mismo día y comencé mi cultivación en Dafa. En menos de 10 días recuperé mi salud. Podía subir de a dos escalones, y sentía como si me estuviesen empujando cuando andaba en bicicleta. Estas son sensaciones extraordinariamente maravillosas.

2. La protección de Shifu

Todas las mañanas iba a hacer los ejercicios al sitio de práctica que estaba a un kilómetro de casa. El invierno de ese año la temperatura alcanzó los 10 grados bajo cero y mis manos me dolían al hacer la postura de sostener la rueda en el segundo ejercicio. Ni siquiera podía andar en bici y tuve que empujarla.

Finalmente ya no pude soportar el dolor. Cuando era pequeña y me lastimaba llamaba a mi mamá. De repente pensé en Shifu. En ese instante, no tenía intención de pedirle a Shifu que calmase mi dolor, simplemente sentía que Shifu era mi pariente más cercano, y suavemente lo llamé: “Shifu, Shifu…”. Antes de terminar de decir “Shifu” por segunda vez, ¡el dolor desapareció! ¡Qué milagroso que fue! Nuevamente fui testigo de que Shifu protege a sus dizi todo el tiempo,

3. Las astillas en mis manos desaparecen

A comienzos de 1997 estuve moviendo unos muebles en casa. Me agaché para alcanzar un maletín. Cuando lo jalé sentí un dolor muy fuerte en las manos y vi que estaban sangrando. Cuando las miré de cerca me di cuenta que estaban llenas de astillas.

Busqué unas pinzas para sacarlas, pero primero enjuagué la sangre bajo el grifo de agua. Cuando vi mis manos nuevamente, las astillas habían desaparecido, ¡y ni siquiera había marcas! ¡Mis manos estaban tan suaves como antes!

4. Protegida en un accidente

En 1998, estaba andando en bicicleta con un par de otros practicantes y, en una intersección, me choca otra bicicleta. Me caí de la bicicleta y terminé desplazada hasta el otro extremo, donde venía un camión. Caí justo en las ruedas del camión.

Me lastimé y sentí que no podía moverme. Pero pensé: “No puedo quedarme acá. Quiero ir al sitio de práctica mañana”. Intenté levantarme por más que dolía. Los otros practicantes estaban preocupados y vinieron corriendo. Me preguntaron: “¿Estás bien?”. Respondí: “Estoy bien”. Solo tenía un par de heridas en la piel. Shifu me protegió y salvó mi vida.

Encontré mi bici, me fui a casa, e hice la meditación sentada durante un rato. Luego me recosté. Me dormí, y parecía que una mano grande y cálida me sostenía en el aire y me frotaba la espalda tres veces. Una corriente cálida fluyó por todo mi cuerpo.

A la mañana siguiente fui al sitio de práctica como de costumbre. Los otros practicantes no notaron nada malo en mi. Unas dos semanas más tarde, algunos practicantes se enteraron del accidente y vinieron a verme. Para ese momento yo ya estaba casi totalmente recuperada. Shifu no solo salvó mi vida, sino que curó mis heridas. No hay palabras para describir la gracia inmensa de Shifu.

5. Nadie podía tomar una foto con mi imagen

Fui arrestada por la policía de Beijing en julio de 2003. En el centro de detención, los guardias intentaron tomarme una fotografía, pero no lograban. Yo no quería que tengan mi foto, entonces envié pensamientos rectos cuando intentaban tomar la imagen.

En el centro de detención de Haidian, me llevaron a una sala junto con otros. Supe que todos tuvieron que dar sus huellas dactilares. Un guardia vino y dijo: “Por favor hágame este favor así puedo mantener mi trabajo”. Yo pensé: “yo no haré esto por nada” y le dije: “Si dice una oración en apoyo a Dafa lo haré”. Pensé que sería lo suficientemente bueno si el dijese: “Falun Dafa es bueno”. Me sorprendió que, luego de pensar durante un rato, el dijese fuertemente: “¡Larga vida a Li Hongzhi!”. No esperaba encontrar a alguien con una relación predestinada con Dafa.

6. El sol es un mundo fresco y refrescante

El 3 de noviembre de 1996, participé de la Conferencia de Intercambio de Experiencias de Falun Dafa Internacional de Beijing. Por la tarde muchos practicantes compartieron sus experiencias. Alrededor de las 14 h vi a muchos practicantes mirando el sol. Levanté la vista y vi que el sol era redondo y azul claro con un contorno brillante. Los rayos de sol eran llamas violetas. A las 4 p.m. miramos nuevamente hacia el sol, y los rayos eran azul oscuro. Vi que, en otra dimensión, el sol es un mundo fresco.

7. Un cambio milagroso en mi presión arterial

Cuando era joven, mi presión arterial era de 110/70. A los 50, mi presión subió a 150/85. Cuando me arrestaron, condenaron, y pusieron en prisión entre julio de 2003 y julio de 2007, mi presión rondaba entre 190/100 y 220/110.

Regresé a casa en 2007 y estudié el Fa e hice los ejercicios todos los días. Mi salud se recuperó muy rápidamente. Tres meses después me hice un chequeo de salud y todos los resultados fueron normales. Mi presión arterial fue de 110/70. He estado practicando Dafa durante 17 años y no he tomado ni una sola pastilla y estoy saludable.

B. Verdad, Benevolencia, Tolerancia” benefició a los prisioneros

Entre julio de 2003 y marzo de 2004 estuve detenida en varios centros de detención en donde fui testigo del enorme poder de Verdad, Benevolencia, Tolerancia. Vi cambios increíbles en la gente en un corto período de tiempo luego de que recitasen: “Verdad, Benevolencia, Tolerancia”. Aquí transcribo algunos ejemplos.

1. Drogadictos

En el centro de detención de Haidian en 2003, vi a una mujer tirada boca abajo en el piso. Su rostro estaba muy pálido. No podía soportar ver a otros sufriendo, entonces fui y hablé con ella. Se sentía muy mal y no podía hablar. Le dije: “Intenta recitar suavemente ‘Verdad, Benevolencia, Tolerancia’ en tu corazón. Ella asintió. Media hora después vi que se levantó y su cutis lucía saludable.

Al cabo de medio día vi a tres mujeres así que mejoraron luego de recitar “Verdad, Benevolencia, Tolerancia”. Luego supe que eran drogadictas que estaban en proceso de abstinencia y sufrían mucho. Una de las jóvenes se me acercó y me dijo: “Te encontraré cuando salga de aquí. ¡Quiero aprender Falun Gong!”.

2. Una joven que se tragó un anillo

En otro centro de detención en el distrito de Haidian, había una jovencita de la provincia de Xinjiang. Cada día ella se sentaba en una esquina con sus brazos cruzados y parecía que sufría. Un día me senté a su lado y le pregunté por qué no comía. Me dijo que le dolía el estómago y los intestinos, y que no podía comer. Quiso quitarse la vida tragándose un gran anillo de oro cuando la arrestaron. Pero no murió y ahora tenía que soportar el dolor.

Yo le dije: “Si me crees, puedes intentar recitar: ‘Verdad, Compasión, Tolerancia’ en tu corazón”. Dijo que era musulmana. Yo le dije: “Verdad, Compasión, Tolerancia están por encima de eso. No afectará a tu religión”. Tres días después me di cuenta que comía regularmente. Estaba feliz y a menudo bailaba danzas étnicas de Xinjiang para nosotras para entretenernos. Como creía en Verdad, Compasión, Tolerancia se benefició por eso.

3. Un prisionero con cardiopatía

En un centro de detención en Beijing en 2003, había una señora de mediana edad que no podía trabajar y tenía que andar con cuidado para trasladarse. En el receso intenté hablar con ella. Se conmovió bastante al ver que alguien se preocupaba por ella. Me dijo que tenía una cardiopatía severa y que no podía trabajar. Dijo que los guardias la hostigaban y no le permitían ver a un médico. Dijo que había sido arrestada por vender discos pero que no había vendido ninguno antes de ser arrestada. Tenía el corazón roto. Se le caían las lágrimas. No tenía dinero y ni podía comprarse pañuelos.

Le dije: “No importa lo que otros digan de ti, tú sé una persona decente y no le prestes tanta atención a tu corazón”. Ella asintió. “Si confías en mi”, continué, “intenta recitar con toda sinceridad ‘Verdad, Compasión, Tolerancia’ en tu corazón. Asintió nuevamente. Al día siguiente se arregló el cabello de forma bonita. el tercer día limpió el piso con los jóvenes. En el receso del quinto día se acercó a mi y me susurró: “¡Me he recuperado! Mi cardiopatía se ha curado. ¡Estoy bien ahora!”. Otra vida fue salvada.

4. Un paciente de asma

Una señora de mediana edad que dormía a mi lado comenzó a toser. Por las noches se ponía peor. Le dije que recitar “Verdad, Compasión, Tolerancia” podría ayudarla. No me creyó. Un par de días después sus síntomas empeoraron y eso afectaba el sueño del resto. Le dije: “Tu tos es muy grave”. Me dijo: “No es la peor; cada año de octubre a abril solo puedo dormir si estoy sentada”. Estábamos en octubre.

Pensé que ella y yo podríamos tener una relación predestinada ya que dormía a mi lado. Entonces pensé en intentarlo una vez más. Un día le dije: “Eres muy determinada. Prefieres toser toda la noche en vez de recitar ‘Verdad, Compasión, Tolerancia’. ¿Cuánto te está costando eso? ¿No te has dado cuenta que estás haciendo que el resto no pueda dormir?”. No me respondió.

Unos días después noté que tosía menos, y un par de días después de eso dejó de toser totalmente.

5. Un sordomudo escucha

Un día una niña de unos 15 o 16 años ingresó a mi celda. Era bonita, pero lamentablemente era sordomuda. En el receso le escribí ‘Verdad, Compasión, Tolerancia’ en la palma de su mano y le pedía que lo memorizara. Ella asintió. Sentí que esta niña tenía buen corazón, pero había sido forzada a ser ladrona.

Un día durante la siesta ella durmió cerca de mi. Pensé qué maravilloso sería si una niña así de buena pudiese obtener Dafa. Luego recordé que era muda. Le dije a Shifu en mi corazón: “No sé si mi pensamiento es correcto o no. Si es correcto, Shifu, por favor ayuda a abrir su canal de audición. Ella podría obtener Dafa en el futuro”. Luego persistí en el envío de pensamientos rectos para ella durante media hora.

Durante el receso luego de la siesta, evalué su habilidad de audición llamándola desde atrás, y me escuchó. Le agradecí a nuestro grandioso y compasivo Shifu por ella. Creo profundamente que Shifu arreglará las cosas para que ella practique la cultivación.

Dafa ha sido la causa de incontables milagros. Quienquiera que crea que “Falun Dafa es bueno; Verdad, Compasión, Tolerancia es bueno” será recompensado con buena fortuna y un grandioso futuro. ¡Espero que la gente que tiene una relación predestinada con Dafa venga a Dafa, aprenda Dafa y elija un grandioso futuro!