(Minghui.org) Tuve un sueño hace unos días: estaba saliendo de un gran jardín cuando un pequeño animal apareció a mi lado. Era una criatura encantadora de color negro, de piel suave y patas cortas. Levantó la cara y me miró como un niño. Me agaché y acaricié al animal durante un tiempo. Decidí tenerlo como mascota.

El sueño se quedó en mi mente y me pregunté qué era esta pequeña criatura. ¿Era un perro o un gato? ¿Por qué vino a mí, y por qué estaba yo tan feliz de verla?

Me quedé pensando en el sueño durante varios días. Debido a que todo sucede por una razón empecé a sentirme incómoda. Este extraño animal no puede ser una buena cosa, pero ¿por qué?

Al leer hoy “Escrituras esenciales para mayor avance (II)”, me detuve en "La coerción no puede cambiar el corazón de la gente". El carácter "qing" (sentimentalismo) vino a mi mente. Tan pronto como cerré los ojos esa criatura apareció. Pensé: "Si eres el sentimentalismo, déjame inmediatamente".

Tras un momento de vacilación la imagen desapareció. Abrí los ojos y escribí lo siguiente en una hoja de papel: "Debo abandonar mi apego al sentimentalismo, ahora".

Qing en todas partes

Antes de practicar Falun Gong, tenía fuertes apegos hacia mi familia. Amaba a mis padres profundamente, sobre todo a mi marido y mi hijo. Ellos eran mi mundo. Después de que empecé a practicar Falun Gong en 1999 aprendí a ver la vida de otra manera. Comprendí que todo el mundo tiene su propio destino que está determinado por su yeli (karma).

Shifu dijo:

“… todos son qing, la gente común vive precisamente por el qing. Entonces, siendo alguien que refina gong, una persona sobrenatural, ya no puedes usar este principio para evaluar, tienes que romper y sobrepasar esta cosa. Por eso, tenemos que tomar ligeramente los muchos corazones de apego que nacen del qing y, al final, poder dejarlos completamente”. (Zhuan Falun, Lección Sexta)

Cuando comencé a practicar Falun Gong me volví muy diligente. Durante años he mantenido una rutina apretada. Me levantaba a las 3 y media de la mañana y hacía los ejercicios, enviaba pensamientos rectos, y leía el Fa antes de las 6 de la mañana. Todos los días después del desayuno llevaba en mi taxi -triciclo, materiales informativos y DVD sobre Falun Gong y la persecución, y les aclaraba la verdad sobre Falun Gong a mis clientes. Usualmente les trataba de explicar la importancia de renunciar al partido comunista chino y sus organizaciones afiliadas. Si ellos no estaban de acuerdo, les entregaba un volante y un DVD.

Despertar a la gente era mi objetivo principal; el negocio era secundario. Cuando no estaba ocupada por lo general recitaba los poemas de Hong Yin de Shifu. Después de la cena leo conferencias y libros de Shifu hasta la medianoche. Entonces envío pensamientos rectos y luego me voy a dormir.

Durante años nunca me perdí el estudio del Fa local de nuestro grupo ni el horario de envío de pensamientos rectos cuatro veces al día. Nunca me sentí cansada o deprimida. De hecho, me llenaba de alegría cuando podía ayudar a la gente a despertarse. Cuando algunos practicantes no eran capaces de unirse al resto de nosotros en este esfuerzo, porque tenían obligaciones familiares adicionales, me sentía triste por ellos.

Reconociendo el sentimentalismo profundo

Pero en 2009 mi hijo se graduó de la universidad y se quedó en casa con nosotros. Yo creía que debía encontrar una novia. Mi sentimentalismo comenzó a controlar mis emociones, y pronto sufrí un gran revés en mi cultivación. Aunque superé la tribulación, retrocedí en la cultivación.

Durante los últimos años Shifu nos ha recordado en varias ocasiones: "Por eso se dice que al cultivarse como si recién se empezara seguramente se obtendrá el Fruto Recto". ("Enseñando el Fa en el Fahui internacional de Gran Nueva York 2009")

Quería ponerme al día y regresar a mi estado de cultivación de antes, pero no podía superar los obstáculos. Algo parecía impedirme seguir adelante. ¿Era la pereza, el miedo, o la comodidad? Creo que era todo eso junto, y todo ello se reducía al sentimentalismo. Desde que aflojé en el estudio del Fa, mis viejas emociones volvieron a surgir.

Shifu dijo:

 “Probablemente, la gente común no pueda comprenderlo; si te apegas a esta cosa, no puedes cultivarte y refinarte de ninguna manera, por eso es que en la religión budista no existe tal contenido interno. Si quieres cultivarte y refinarte, tienes que dejar el qing humano”. (Zhuan Falun, Lección Sexta)

Aunque había leído el Fa de Shifu todos los días no había logrado internalizar este principio. Disfrutaba cuidando de mi familia, y esto permitió que mis emociones me arrastraran hacia abajo.

Pero por medio de incrementar el estudio del Fa y de identificar verdaderamente mis brechas, me he movido en el camino hacia la diligencia y la firmeza.

De esta manera me he liberado de algunos apegos como el miedo y los pensamientos egoístas. Estoy muy agradecida con Shifu por esta oportunidad. Estoy mejorando mi cultivación.