(Minghui.org) El norte de China estaba cubierto de nieve y hielo, y el viento era crudo y penetrante. Era enero de 2015. Habíamos terminado de leer Zhuan Falun en el estudio grupal del Fa cuando un practicante de 77 años llegó y nos contó una historia inolvidable.

“Cada vez que salgo a clarificar la verdad sobre Falun Gong”, dijo: “Abro Zhuan Falun y digo a la foto del Maestro: ‘Maestro, voy a salvar gente. Por favor, ayúdeme a llegar a quienes tienen una relación predestinada conmigo. Por favor, ayude a proteger a su dizi de la interferencia del mal’. Después regreso a casa, me inclino ante la foto del Maestro y digo: ‘Gracias Maestro. Regresé sano y salvo”.

“Dos veces, Shifu me sonrió, aunque era algo que no esperaba”, agregó. “Estaba tan feliz y sorprendido. Mi cualidad de iluminación es pobre. ¡Cómo me arrepiento de no haber hablado con Shifu en ese entonces!”. Todos nos reímos de su humor.

Luego continuó: “Un día antes del Año Nuevo Chino, estaba particularmente frío y ventoso, y el piso estaba congelado y muy resbaladizo. Mi esposa, también practicante de Falun Dafa, y yo, llevábamos un gran bolso con material informativo de Dafa y caminamos al estacionamiento ubicado fuera del supermercado. Mi esposa enviaba pensamientos rectos, mientras que yo ubicaba los volantes en cada auto. También pegué autoadhesivos en las paredes. Mis manos temblaban y estaban congeladas y tiesas. Me llevó mucho esfuerzo pegar cada autoadhesivo en la pared. Cuando terminamos, mi esposa y yo nos ayudamos para poder regresar caminando a casa”.

“Abrí el libro como antes y miré la foto de Shifu. Cuando estaba por hablar, vi que una lágrima cayó de la esquina del ojo izquierdo del Maestro. Llamé a mi esposa emocionado. Ambos sosteníamos la foto del Maestro y vimos Sus lágrimas rodar lentamente por Su mejilla. Los dos lloramos como niños”.

Los practicantes comparten sus pensamientos

El practicante lloraba al hablar. Todos nosotros también nos conmovimos hasta las lágrimas, y en nuestros corazones albergábamos una infinita gratitud hacia el Maestro.

Aún con lágrimas en los ojos, comenzamos a conversar, y alguien dijo que Shifu derramó lágrimas porque este hombre salió a salvar gente a pesar de la nieve, el viento y su edad avanzada. Otro practicante dijo que Shifu siempre nos cuida, carga con nuestro yeli, y ahora hasta derrama lágrimas por sus dizi.

Otro dijo que se sentía avergonzado porque estaba retrasado en su cultivación en comparación con este practicante mayor. Desde ahora, no importa el frío, la nieve o la lluvia, dijo que nada lo detendría de hacer todo lo que un practicante de Dafa debe hacer.

Un practicante notó que debemos ser dignos de la salvación compasiva de Shifu y no podemos defraudar a los seres conscientes; y todos estuvimos de acuerdo con eso.

Desde entonces, la lluvia, el viento, ni la nieve puede impedir que los practicantes salven gente.

Estoy llorando mientras escribo este artículo. Mi gratitud al Respetado Shifu es indescriptible.