(Minghui.org) ¡Saludos, Estimado Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Tengo 69 años y comencé a practicar Falun Dafa en mayo de 1997. Nunca fui a la escuela, pero aprendí a leer Zhuan Falun en 13 meses, entre fines de 1999 y enero de 2001.

Cuando aprendí Dafa, experimenté un cuerpo saludable, sin las más de diez enfermedades que me aquejaban antes, incluyendo inflamación de hígado, cálculos en la vesícula y úlceras.

Gracias, Shifu Li. Agradezco todo lo que ha hecho por mí.

Leyendo Zhuan Falun en 13 meses

Nunca asistí a la escuela, y no podía leer los libros de Dafa, así que escuchaba a otros leer o miraba las lecciones de video del Maestro Li en el estudio grupal del Fa, en los comienzos. Pero, cuando empezó la persecución, ya no había grupos de estudio. Seguí escuchando los audios del Maestro Li diariamente, pero no podía recordar mucho. No podía leer los nuevos jingwen ni la información del sitio web Minghui. En mi corazón, pensaba: “¡Cuán grandioso sería si pudiera aprender a leer!”.

Shifu debe haber arreglado que aprendiera a leer. Sostuve Zhuan Falun en mis manos, pero no entendía ni una palabra. Shifu Li me dio a entender que debía mirar los videos de las lecciones y compararlo con el libro. A veces, encontraba coincidencias. Pero aún no podía leer el libro.

Pedí ayuda a otros, a mi familia, vecinos, colegas y estudiantes, para que me enseñaran las palabras. Por la noche, leía las nuevas palabras que aprendía durante el día, hasta que pude recordarlas. Me llevó 13 meses aprender a leer Zhuan Falun. Me tomó un poco más leer el Semanario Minghui y otro material informativo de Dafa. He leído todos los libros de Shifu varias veces, algunos más de diez veces. También puedo recitar muchos de los poemas del Maestro.

Nada puede detener mi creencia en Dafa ni mi cultivación diligente

Los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia se imprimieron en mi mente desde el comienzo de mi cultivación, y siempre mejoraré mi xinxing para ser una mejor persona.

Poco después de aprender Dafa en mayo de 1997, tuve fiebre alta durante todo un día, que desapareció al día siguiente. Desde ese día, no vi más a un doctor ni tomé medicinas, y mis 30 años de enfermedades habían desaparecido. Me paré frente al retrato de Shifu con lágrimas en los ojos y dije: “¡Gracias, Shifu! Has salvado mi vida. Me cultivaré hasta el final, sin importar cuán difícil sea o qué suceda”.

El partido comunista chino (PCCh) lanzó la persecución a Dafa en julio de 1999. Más de 10 practicantes que trabajaban en mi fábrica fueron enviados a un centro de lavado de cerebro. El director de la fábrica me demandó que escribiera una declaración de garantía prometiendo que no practicaría más Dafa. Le dije: “No se escribir, menos una declaración. Si no me permites practicar Dafa, ¿tú me aseguras que no me enfermaré de nuevo? Si me enfermo, ¿puedo quedarme en tu casa?”.

Todos en la fábrica sabían que antes de practicar Dafa sufría muchas enfermedades, así que el director de la fábrica se fue sin decir una palabra. Luego, habló con mi esposo. Mi esposo era subdirector a cargo de tecnología y me despreciaba porque le había dado tres hijas y ningún hijo varón. Me subestimó en una reunión, en especial porque era analfabeta. Después de eso, todos me dejaron en paz.

Practicaba los ejercicios y leía los libros de Dafa en casa, ya que no había más grupos. Escuchaba las lecciones del Maestro todos los días. Superé el acoso de mi esposo y otras interferencias y no ha pasado un solo día en que no estudie el Fa y practique los ejercicios.

Como algunas personas no conocían la verdad Dafa en medio de la propaganda del partido comunista, salí a hablar con la gente sobre la persecución, según mi entendimiento. Cada día, leía una o dos lecciones de Zhuan Falun, los nuevos Jingwen de Shifu, y el Semanario Minghui. Luego reanudamos el estudio del Fa y asistía tres veces por semana.

Solo estudiando bien el Fa y entendiendo los principios del Fa podemos responder las preguntas que nos hace la gente con la que hablamos. Nunca tuve mentalidad de miedo cuando hablaba con la gente sobre Dafa desde que la persecución empezó. Hablé con conocidos y extraños. A veces, alguien me denunciaba a la policía. Mientras tenía pensamientos rectos, Shifu Li me ayudaba a escapar del peligro.

Soltando el odio y el resentimiento

La compasión sólo se logra cultivando el xinxing. Primero, necesitaba librarme de los fuertes resentimientos que guardaba. Tenía resentimientos porque mis padres no me dejaron ir a la escuela, y por eso era analfabeta. Tenía resentimientos hacia el hombre con el que me casé porque abusaba de mí, y hacia mi suegra porque me trataba injustamente. Tenía resentimientos por no tener un hijo varón. Vivía con odio. No podía comer ni dormir bien.

Después de estudiar Dafa, entendí que todo sucede por relación predestinada, y que nada es accidental. Es mi destino tener que vivir sin un buen marido, sin un hijo varón, y con poco dinero. El trato injusto de mi suegra y mi esposo es porque les debo de una vida anterior. Pagar las deudas del ye (kármicas) es bueno y es justo. Entonces, dejé ir mi odio, e invité a mis suegros a quedarse en casa. Preparé buenas comidas para ellos. Estaban conmovidos por cómo los trataba.

Cuidé de mi suegra después de que mi suegro falleció. Al ver mi gran cambio, mi suegra a menudo decía: “¡Falun Dafa es Bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es Bueno!”. Ya no sufrió de tuberculosis y su enfermedad de Alzheimer se volvió menos que un problema. Falleció después de los noventa años sin ninguna enfermedad. Mi esposo tiene cinco hermanas y hermanos, y la familia en total son varias docenas. Todos cambiaron de actitud hacia Dafa, y más de 20 han renunciado al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Mis tres hijas, yernos, y nietos, todos renunciaron al PCCh. Un yerno es oficial de policía. Le entregaba a menudo material informativo sobre Falun Dafa para leer. No participa en la persecución y a veces ayuda a los practicantes en silencio. Sus buenas acciones son recompensadas. Sus padres, que tienen más de 70 años, están sanos, su hijo e hija son inteligentes y adorables, y él fue ascendido al puesto de director en una comisaría adjunta.

Mi esposo no quería que le hablara de Dafa. Una vez, cuando estaba con dolor, estaba reacio a renunciar al PCCh. Tenía varias enfermedades, como presión alta y problemas cardíacos. Mientras estuvo hospitalizado, cuidaba de él. El hospital quedaba a poco más de un kilómetro y medio. Caminaba de casa al hospital todos los días, con excepción de los días lluviosos. Estuvo más de un mes hospitalizado. Más de 100 personas renunciaron al PCCh en ese tiempo.

Pensamientos rectos son un arma poderosa

Enviaba pensamientos rectos más de diez veces por día ya que el sitio web informaba a los practicantes de todo el mundo que envíen pensamientos rectos cuatro veces por día. Siempre hice las cuatro veces, sin excepción. Hago la meditación sentada antes del de la medianoche. A veces, enviaba pensamientos rectos por más de una hora.

Me he acostumbrado a enviar pensamientos rectos cuando hago las tareas del hogar o cuando camino. Envío pensamientos rectos por 15 o 30 minutos antes de salir a hablar con la gente sobre Dafa. A veces, mis pensamientos rectos son inadecuados, y entonces no logro aconsejar a la gente para que renuncie el PCCh. Realmente experimento lo que dice Shifu Li: “Los pensamientos rectos de los discípulos de Dafa son poderosos” (Escrituras para mayor avance II).

Mi primer pensamiento cuando me levanto es “Hoy salvaré más seres conscientes”. Hablé con familiares, amigos, colegas, y vecinos antes de 2008. Más de 10 personas en mi fábrica, incluyendo el director, vicedirector, contador, y cajero, han renunciado al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Al comienzo, el director de la fábrica no quería renunciar al PCCh aunque hablé con él varias veces. No se atrevía a aceptar material informativo de Dafa. Envíe pensamientos rectos para eliminar el mal que intentaba detenerlo. Pedí al Maestro Li que lo trajera hacia mí. Me lo encontré a la entrada de la fábrica.

Comenzamos a hablar y me aconsejó no hablar con la gente sobre Dafa. Aún tenía miedo y no entendía. Seguí hablando de Dafa, la persecución, así como la retribución sufrida por perpetradores que hoy están arrestados. Escuchó con atención.

Tuvo que asistir a una reunión y dijo que me vería de nuevo. No me di por vencida, pero lo visité durante el feriado de Año Nuevo con material informativo de Dafa, incluyendo “9 Comentarios sobre el Partido Comunista”. Le expliqué nuevamente sobre la persecución. Me invitó a la boda de su hijo en el otoño de 2014. Él, su esposa, y sus dos hijos, renunciaron al PCCh después de que le hablé más de diez veces y envié pensamientos rectos por más veces aún.

La importancia de mirar adentro

La mayoría de mis familiares, mi familia política, colegas y vecinos, habían renunciado al PCCh para fines de 2014. No recuerdo a cuánta gente ayudé a renunciar al PCCh. Pero a veces pueden ser entre 30 y no menos de dos personas por día.

En los últimos dos años, me he enfocado en los estudiantes. Voy a la puerta de la escuela secundaria a las 5 p.m. los viernes y antes de las 7 a.m. los lunes para hablar con estudiantes de pueblos.

A veces, voy a algunas escuelas primarias para hablar con los estudiantes a la salida de la escuela, ya que han sufrido el lavado de cerebro de la propaganda en sus libros de clase que difaman a Dafa. Me escuchan y están de acuerdo con renunciar a la liga juvenil comunista o a los jóvenes pioneros. Como no sé escribir, les pido que anoten sus nombres en un pequeño cuaderno. Hasta ahora he completado 40 cuadernos, los que entrego a la persona que me da el Semanario Minghui.

Testimonio del transcriptor

La compañera practicante que comparte su experiencia es una persona muy conocida en mi área. Va al estudio grupal del Fa y habla con la gente sobre Dafa todos los días. No la hemos visto ni una sola vez sentada ociosamente o conversando con gente sobre temas comunes. Siempre está ocupada.

Duerme menos de cuatro horas por día. Ella misma dice que “a veces, es suficiente con tomar una siesta”. No habla mucho. Su lema es: “El tiempo es vida. ¡Voy a salvar vidas!”.

Esta practicante piensa primero en los demás y dona dinero para la producción de materiales informativos. Cuando visita gente para hablarles de Dafa, lleva un presente. Gasta todo su salario y no tiene ahorros. Dice: “¿Cuál es el propósito de los cultivadores de ahorrar dinero? Salvar gente es más importante”.

Tiene una vida simple. Nos dimos cuenta de que come dos comidas diarias cuando está sola en casa. Cocina una sola vez y lo come en dos días. Dice que esto le ahorra tiempo y esfuerzo. No ha comido carne, pescado ni huevos por años. Dice que vomitaría si come esos alimentos.

Aunque tiene una vida simple, presta atención a su imagen como Dafa dizi. Se viste con ropas limpias cuando sale a explicar la persecución. En 18 años, nunca, ni una sola vez, ha comido algo de comida, tomado agua, o visitado el baño cuando asiste al estudio grupal del Fa o visita otras personas.

“Los practicantes no traen problemas a otros”, dice. No importa cuán hambrienta se sienta cuando sale a hablar con la gente, va a comer a su casa y nunca come en restaurantes.

Nunca ha tomado un descanso a la hora de hacer las tres cosas, en especial cuando se trata de salvar seres conscientes. Nuestros practicantes locales creen que la mitad o más de la mitad de la gente en nuestra área que renunció al PCCh y a sus organizaciones afiliadas lo hicieron porque ella persistió en hablarles.