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Fahui de China | Salvaguardando el Fa con dignidad, salvando gente con compasión

Nov. 16, 2015

(Minghui.org)

¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!

He practicado Dafa por 19 años. No hay palabras que puedan expresar mi agradecimiento al Maestro y a Dafa. Me gustaría compartir mis experiencias salvaguardando el Fa y salvando gente. Por favor corríjanme si algo es inapropiado.

1. Salvaguardando el Fa con dignidad y desintegrando la persecución

En el 2000 fui a Beijing a reclamar por Dafa después que comenzó la persecución, como muchos otros practicantes hicieron. Luego de retornar, fui arrestado y encarcelado en un centro de detención local. Los policías exigieron que escribiera una carta que garantizara mi renuncia a Dafa. Por el contrario, escribí “me cultivaré para siempre y nunca renunciaré”. Temían que mi mente firme influyera a otros practicantes en el centro de detención, por lo que me transfirieron y amenazaron con enviarme a un campo de trabajo forzado.

Cuando entré al centro de detención, instintivamente sujeté la mano del jefe. Se conmocionó y trató de liberarse de mi sujeción. Muchos policías vinieron a ayudarlo. Me tiraron de los brazos. Me aferré firmemente como una cerradura, y nadie fue capaz de alejarme.

Preguntaron qué quería. Dije: “Lo estoy llevando a la cárcel conmigo. La gente buena no debería estar encarcelada allí. Pero ustedes muchachos pisotearon la ley y la moralidad. Soy un practicante de Falun Dafa, obedezco los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y todavía me van a enviar a la cárcel. Humm, adivino que su jefe es un buen hombre -se ve un buen hombre, por eso lo estoy llevando a la cárcel conmigo”.

El jefe me preguntó: “¿Violé alguna ley”? Dije: “Has matado gente e incendiaste sus casas”. Se quejó en voz alta, “Nunca”. Respondí: “Mi Maestro nos enseña a ser buenas personas, mejorar nuestro estándar moral y ser considerados con los demás. Nunca he violado ninguna ley, pero ahora estoy aquí. ¿Quién debería gritar por justicia?”.

Muchos policías nos rodearon, pero nadie podía quitar mi sujeción de su mano. Mis familiares llegaron. Le preguntaron a la policía qué ley había violado. Las docenas de oficiales allí quedaron sin palabras. La cabeza de la oficina 610 local vino también, pero no sabía qué hacer. Finalmente, tuvieron que liberarme. Fui a casa con mi familia.

2. Salvando a la gente que trabaja en el cumplimiento de la ley

Hace pocos años, la oficina 610 local asignó dos policías para observarme todos los días. Decidí aclararles la verdad. En ese tiempo compañeros practicantes dejaban materiales de aclaración de la verdad delante de mi casa en forma cotidiana, así que daba algunos a los oficiales. Les gustaba leerlos. Después de un tiempo, parecía que no podían vivir sin los materiales. Me pedían folletos a diario porque querían conocer qué es realmente Falun Gong. También me dijeron que necesitaba entregar todos los materiales que encontrara frente a mi casa a las oficinas de gobierno local. Este requisito me abrió la puerta para esclarecerles la verdad.

Un día, tenía un volante que era una carta abierta de los practicantes a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. “Genial. Esto es perfecto”, pensé. “Necesito dárselos lo más pronto posible, y dejarles conocer la verdad para que no sigan a Jiang Zemin”. No los traté como enemigos. Por el contrario, creía que eran personas engañadas por mentiras y necesitaban ser salvadas. El Maestro quiere que los salve.

Hice muchas copias del volante, los puse junto con otros materiales, y visité a muchos oficiales del gobierno. Dejé una pila en cada oficina, incluyendo la oficina del alcalde, el departamento de policía, la procuraduría, la corte, los centros de detención y oficinas de municipios. También visité muchas escuelas. Le pedí a los oficiales que leyeran los materiales cuidadosamente, y les dije que todos tenían el derecho de elegir su propio futuro.

Muchos oficiales estuvieron felices de recibir materiales de Falun Gong. Prometieron que los leerían cuidadosamente. Algunas veces, los guardias de seguridad de las puertas trataban de detenerme. Siempre les decía: “Sus directores me dijeron que debo entregarles todos los materiales de Falun Gong. No me detengan. Serán bendecidos si saben la verdad de Falun Gong. Además, no estoy tratando de escabullirme en su edificio. Me voy a encontrar con ellos abiertamente. ¿De qué tienen miedo? Ellos me dejan”.

El Maestro dijo:

“La misericordia es una energía enorme, es la energía de los dioses rectos. Cuanta más misericordia haya, mayor se vuelve esta energía y más puede desintegrar todo lo que no es bueno”. (Enseñando el Fa en el Fahui Internacional de Washington DC 2009)

Cuando tratamos de salvar personas con compasión, ellas pueden sentirla; los malvados componentes en sus nociones humanas no serán capaces de interferir, porque el mal será restringido por las leyes del cielo.

3. La protección del Maestro y los milagros

Cuando fui a Beijing en 2002 a reclamar por Dafa, un policía trató de golpearme. En ese momento, el Maestro me puso sobre un Falun. Cuando trató de patearme, mi cuerpo giró rápida y automáticamente.

Me rehusé a decirle mi verdadero nombre a la policía de Beijing, por lo que me enviaron a la comisaría en la provincia de Liaoning. Me golpearon gravemente, pero el Maestro creó una campana dorada que me cubría. Lo hicieron desde las 3 p.m. hasta la medianoche. En el nivel superficial, mi cuerpo estaba malherido. Pero no sentía mucho dolor. Por el contrario, el que me golpeó tenía sus manos y pies lastimados. Algunos incluso rodaban por el piso de dolor y gritaban, “¡Falun Gong perdóname, Falun Gong ayúdame!”. Entonces les aclaré la verdad. Pararon de torturarme y prometieron tratar amablemente a los discípulos de Dafa en el futuro, que no seguirían las políticas de persecución.

En otro tiempo, fui encarcelado en un centro de lavado de cerebro que estaba directamente supervisado por el gobierno central. Envié fuertes pensamientos rectos directamente al jefe del centro. Él gritó y dijo que la luz dorada le estaba disparando, que lo mareaba. Escapó y no se atrevió a verme nuevamente.

Fui arrestado y encarcelado en diferentes lugares muchas veces desde 1999, incluyendo centros de detención, comisarías, campo de trabajo forzado y centros de lavado de cerebro. Si no hubiera sido por la protección del Maestro, cada tribulación me hubiera matado. Pero como discípulo de Dafa creo firmemente en el Maestro y en el Fa en cada ambiente hostil, el Maestro nos protegerá por lo que podemos pasar las pruebas. Además, claramente sentí que mi xinxing mejoraba a medida que las pasaba. La protección del Maestro siempre hace que rompa en lágrimas y da ánimo para cultivarme sólidamente y hacer bien las tres cosas.

Siendo considerado con otros y sin quejas

Cada vez que fui encarcelado, algunos policías me elogiaban como a un “héroe”, me admiraban y mostraban respeto hacia mí. Siempre les dije: “Mi Maestro no nos está llevando a una especie de revolución social o política. Él nos guía en la cultivación. Nuestro objetivo es mejorar nuestro nivel y volver a nuestro ser verdadero. No soy héroe. Soy una partícula de Dafa”.

También les conté cuán grande y benevolente es nuestro Maestro, y cuán grande e indestructible es Dafa. Les dije que no persigan a los practicantes de Falun Gong, porque se harán daño a sí mismos. Los policías dijeron que pueden sentir mi compasión, y muchos comenzaron a tratarlos amablemente.

De vez en cuando, aclaré la verdad en público con un compañero practicante cada mañana. Cuando nos encontrábamos en peligro y la policía trató de arrestarnos, ese practicante siempre huyó. Tengo las palabras del Maestro en mi mente: “solo manteniéndose inamovibles podrían manejar todas las situaciones” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Canadá en 2005)

Mantuve fuertes pensamientos rectos y le pedí ayuda. Luego, le aclaré la verdad a los policías. Con el fuerte deseo de salvarlos, siempre pasé la prueba. Nunca quedé atrapado o en peligro real.

Después de estos incidentes, nunca me quejé de aquel practicante, y continué cooperando con él aclarando la verdad. También le agradecí por darme la oportunidad de mejorar mi xinxing.

Cada vez que aclaro la verdad en público, tengo la firme convicción que el Maestro me envía a aquellas personas, y que no hay fuerzas malignas que se atrevan a tocarme. Sé que cuando hablo con la gente, el Fashen del Maestro está conmigo. Todo tipo de seres divinos rectos también me protegen cuando estoy haciendo las tres cosas en el mundo humano. No hay nada en mi mente excepto seguir las enseñanzas del Maestro y salvar a la gente.

En mis 19 años de cultivación, el Maestro me ha dado demasiado, y no hay palabras que pueda usar para expresar mi agradecimiento. Todo lo que puedo hacer es cultivarme diligentemente, hacer las tres cosas bien y seguir al Maestro a casa, porque esto es lo que el Maestro realmente quiere.