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Fahui de China | Viajando a aldeas lejanas en una misión divina

Nov. 10, 2015 |   Por una practicante de Falun Gong de la provincia de Shandong

(Minghui.org) ¡Saludos, Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Vivo en una ciudad a nivel de condado. A través de mis experiencias durante los últimos quince años, me he dado cuenta que sólo cultivándonos sólidamente podemos trabajar bien juntos y cumplir con nuestra misión de llegar a todos aquellos que han sido engañados por la propaganda malvada del régimen comunista.

Teniendo en cuenta que en muchas zonas rurales no ha llegado nuestro mensaje, he estado visitando las aldeas para hablarle a la gente sobre Falun Gong y la persecución. Aunque soy una extraña, los aldeanos son afectuosos y me tratan bien, como un invitado especial. Una vez bromeé con ellos: "Es un lugar tan lejano que parece que sólo los dioses vendrían aquí". Rieron, manifestando su acuerdo.

Aprendiendo lecciones por no estudiar el Fa diligentemente

Una vez fui detenida en 2008 y encerrada en un campo de trabajo forzado. Pensando detenidamente, me di cuenta que carecía de un entendimiento sólido del Fa, por no haber estudiado diligentemente. Concretamente, estaba ocupada produciendo materiales de esclarecimiento de la verdad en el día y distribuyéndolos en la noche. Además, a menudo aprovechaba el tiempo para hablarle a la gente sobre la importancia de renunciar al partido comunista chino (PCCh), pensando que, de lo contrario, no habría tiempo suficiente para salvarla. A menudo estaba muy agotada al final del día e incluso me quedaba dormida cuando enviaba pensamientos rectos. No es de extrañar que fallaba en mirar hacia adentro para eliminar mis apegos.

Mientras estuve en el campo de trabajo forzado, traté de recitar el Fa, pero no podía recordar mucho. Me sentía mal porque, sin el Fa en mi corazón, era imposible hacer frente al salvaje lavado de cerebro y a la tortura. Juré que, después de mi liberación, iba a aprender de memoria Zhuan Falun.

Con la ayuda de Shifu, volví a casa después de seis meses. Además de clarificar la verdad a la gente, pasé la mayor parte de mi tiempo libre memorizando Zhuan Falun. Otros practicantes de mi grupo de estudio del Fa hicieron lo mismo y mejoramos rápidamente, mirando hacia adentro a menudo y cooperando bien entre nosotros.

Resolviendo conflictos entre los practicantes

Pensaba que lo había hecho bastante bien en mi cultivación. Sin embargo, en el último año, experimenté muchas pruebas de xinxing, una tras otra. Aprendí que realmente era difícil de mirar hacia adentro y soltar los apegos.

Un ejemplo fue la practicante A, quien me proporcionaba con periodicidad materiales informativos. Debido a que a menudo salgo a distribuir materiales, le di una llave de repuesto, en caso de que no me encontrara en la casa a su llegada. Poco después, ella vino a mi casa dos veces, pero en las dos ocasiones yo estaba fuera. Ella pensó que la estaba evitando y les dijo esto a otros practicantes.

Al enterarme de esto, me molesté. Pensando que no había hecho nada mal, decidí ignorarla. Después, alguien me dijo que la practicante A no había comido ni dormido bien durante tres días, debido a las pruebas de xinxing. Sentí lástima por ella y supe que se relacionaba conmigo. ¿Entonces, qué debía hacer?

Al parecer, necesitaba disculparme con ella, pero dudaba hacerlo. Así que me senté y envié pensamientos rectos y eliminé todas las nociones humanas relacionadas con la practicante A. Sabiendo que estas nociones humanas no eran mías, miré hacia el interior para encontrar una solución. Después de unos 20 minutos, una voz en mi cabeza me dijo: "Si sigues así [sin pedirle disculpas a la practicante A], las viejas fuerzas estarán encantadas, pero Shifu va a estar triste". Esta voz tocó el fondo de mi corazón y grité: "Shifu, no quiero hacerlo sentirse triste. Fue mi culpa e iré a disculparme ahora".

Cerca del mediodía, fui a la estación de autobuses y, mientras estaba esperando el autobús, regalé DVDs de Shen Yun a muchas personas. Al llegar a la casa de la practicante A, me disculpé sinceramente con ella y nuestros conflictos fueron disueltos por la compasión de Shifu. A través de este incidente, entendí profundamente que, al mirar hacia adentro, Shifu nos va a ayudar.

Sabía que tenía muchos apegos, como competir con los demás y no ser compasiva con otros practicantes. Al no buscar profundamente para encontrar mis nociones humanas fundamentales, era incapaz de tomar decisiones basadas en el Fa y a menudo dañaba a los demás. Varias veces, otros practicantes también me malentendieron, y más tarde se dieron cuenta que era inocente. Aunque no había hecho nada malo, no me molestaba, ni me defendía. Sin embargo, por no mirar hacia adentro, vino otra prueba de xinxing más grande.

Criticada por el coordinador

Shifu nos dijo que: 

“Frecuentemente, digo que si uno actúa completamente por el bien de otros sin el más leve propósito o entendimiento personal, lo que uno dice hará que los oyentes se conmuevan a derramar lágrimas”. (“Conciencia lúcida”, Escrituras esenciales para mayor avance)

Debido a que mis palabras no eran compasivas, a menudo hería a otros practicantes. Como resultado, el coordinador principal de nuestra área, también apuntaba hacia fuera de vez en cuando. Una vez, después de que cometí un error en un proyecto, estaba muy enojado y me reprendió delante de otros coordinadores. Las palabras fueron muy duras y no las pude aguantar. Fue la primera vez que tuve una experiencia así.

Estaba deprimida, sintiendo incluso que era difícil seguir con la cultivación. Además, carecía de motivación para la aclaración de la verdad o para trabajar en proyectos con los demás. Esa noche no pude dormir y el día siguiente lloré dos horas. Me dolía la cabeza, no podía estudiar el Fa, y mucho menos salir a aclarar los hechos a la gente. Al mirar hacia atrás en los últimos diez años, no había renunciado, ni llorado a pesar de la brutal persecución o de ser detenida en el campo de trabajo forzado. ¿Por qué eliminar mi apego parecía de pronto aún más difícil que soltar el apego a la vida y la muerte?

Tenía muy claro que trabajar bien con el coordinador era necesario para cumplir nuestra misión. Sin embargo, aún dudaba en pedirle disculpas, porque sentía que había sido injusto conmigo. Entonces vi el video de la conferencia de Shifu a los practicantes australianos, lo que limpió mi mente a un nivel más profundo.

Dije en mi mente: "Shifu, sé que me equivoqué. Si lo hubiera hecho bien, el coordinador no estaría enojado. Además, un coordinador tiene muchos retos. A través de los años, él ha estado haciendo las cosas rectamente y de acuerdo con el Fa. Esto es seguro".

Mientras más lo pensaba, más descubría que yo estaba equivocada. Lo llamé al coordinador y le pedí disculpas sinceramente. Le dije que era mi culpa. Era como un estudiante de escuela primaria y ahora tenía que manejar situaciones que encuentra un estudiante universitario. Le pedí que me diera un tiempo y le prometí mejorar, así como cumplir con los estándares. El coordinador también se conmovió y pude sentir su sinceridad y compasión. De ahí en adelante pudimos trabajar juntos como de costumbre.

Desde entonces, he notado algunos cambios en mí. Puedo aguantar más, sin lastimar a los demás. Por la manera en que otros practicantes platican, pude ver, a veces, cómo me había comportado en el pasado. Ahora soy capaz de hablar en un tono más suave y ser más considerada con los demás.

Hablándole a la gente sobre Falun Gong, en las zonas rurales

Al pasar por algunos pueblos cerca de mi ciudad, a menudo tenía lágrimas en los ojos pensando en cuántas personas habían sufrido el lavado el cerebro por la propaganda de odio del PCCh. Sabía que en uno de los pueblos había solamente tres o cuatro practicantes. Entre ellos, uno fue obligado a dejar de practicar Falun Gong y los otros no se atrevían a hablarle a la gente acerca de Falun Gong, por miedo. Decidí hacer algo al respecto.

Desde el año 2001, terminé de distribuir información a todos los hogares en dos ciudades y estoy trabajando en la tercera, con más de 100 pueblos en conjunto. Visité a los residentes locales de puerta en puerta, sin importar el clima o la distancia. No fue fácil, pero sabía que era algo que debía hacer. Cada vez que iba a un pueblo, era como hablarle a alguien sobre Falun Gong por primera vez. Es decir, requería un sólido estudio del Fa y fuertes pensamientos rectos.

La mayoría de las veces, distribuyo materiales en mi ciudad y voy al campo una vez por semana. Los materiales que llevo generalmente a los pueblos consisten en 150 hasta 200 folletos, 9 Comentarios sobre el Partido Comunista, DVDs de Shen Yun y a veces el software para evadir la censura de Internet. Dejo el folleto a todos los hogares, mientras que los DVD suelo distribuirlos cara a cara para que, al mismo tiempo, pueda explicarles la importancia de renunciar al partido comunista chino (PCCh).

Algunas de las aldeas tienen de 700 a 800 familias y tuve que visitarlas varias veces para llegar a todos los hogares. En días calurosos, la gente por lo general se reúne en las calles o bajo los árboles, ya sea para charlar o para jugar al póquer. Generalmente les deseo lo mejor y les explico que tienen que cortar todos los lazos con el PCCh por los crímenes brutales que cometió contra el pueblo chino. La mayoría estaban dispuestos a escuchar y aceptaban los materiales. A veces estaban muy ansiosos y no querían perderse ni un solo material. Me quedaba profundamente conmovida.

Debido a que a menudo tomo autobuses de larga distancia, los conductores me conocen bien. Ellos me han aceptado folletos y DVDs, y también han estado de acuerdo en retirar su membrecía del partido. También me apoyaron cuando les hablé a otros pasajeros sobre Falun Gong. Un día, un conductor nuevo me recordó que el autobús tiene una cámara de video de seguridad. Viendo que estaba preocupado por mi seguridad, le dije que no debería haber problemas, porque de esta manera la persona que controla la cámara de video podría aprender la verdad también.

Una vez empezó a llover tan pronto como llegué al pueblo. Continué visitando todos los hogares y distribuyendo los materiales. Al ver mi cabello y cara mojados por el agua de la lluvia, así como el barro en mis pantalones, algunos vecinos me pidieron que me quedara y esperara a que se detenga la lluvia. Les agradecí y les expliqué por qué había venido. Todos me aceptaron los materiales y decidieron renunciar a las organizaciones del PCCh. Estuve muy feliz por ellos.

Algunos de los pueblos estaban en las montañas, en lugares en donde no llegan los autobuses. Un practicante me llevó allí en una motocicleta. La carretera era estrecha e iba arriba y abajo, con muchas curvas. Estaba muy asustada y, durante todo el viaje, le pedía ayuda continuamente a Shifu. Cuando entregué los materiales a los residentes de la aldea, ellos fueron muy amables y me trataron como una invitada de honor.

Salí de la aldea ese día al atardecer. Había agotado todos los materiales y tenía una lista de decenas de nombres de personas que habían firmado su renuncia al partido. Después de caminar unas pocas millas hacia abajo, vi más gente. Les expliqué la importancia de cortar los lazos con el partido comunista y algunos firmaron sus renuncias. El otro practicante llegó por mí en su motocicleta a las 8 p.m., como habíamos planeado. Estaba un poco cansada, pero sentía alegría en mi corazón.

Cumpliendo nuestra misión

Después de terminar de recorrer la segunda ciudad, planeé detenerme, por mi apego a la comodidad. Un día, en un sueño, vi varias hebras de hilo y algunos de los hilos estaban rotos. Sabía que era una pista para que no pierda la conexión con los seres conscientes. Al ver el mapa, me di cuenta que la tercera ciudad estaba a unas 70 millas de mi lugar. Sin embargo, decidí ir de todas formas y lo he seguido haciendo desde entonces.

Cuando viajo en un autobús y atravieso los pueblos, me siento aliviada porque sé que cada hogar de allí ha recibido una copia del material, incluyendo un folleto y un DVD. Hay muchos esfuerzos detrás y esto proporciona a cada familia una oportunidad para aprender la verdad. A veces, aunque sólo hay una familia aislada en la colina, voy allí de todas formas y le entrego el material. Cuando éste se acaba, anoto la dirección u otros detalles, si no hay ninguna dirección disponible, y me aseguro de que esta casa recibiría material durante mi próximo viaje.

El poder de la verdad

Durante los últimos años, fui arrestada en tres ocasiones cuando fui al campo. La primera vez ocurrió en un mercado de agricultores y me liberaron después de una hora.

La segunda vez ocurrió en una aldea. La policía me llevó a la estación de policía a las 10:00 a.m. y fui liberada 30 minutos más tarde. Considerando que mucha gente había visto que me habían detenido en el comité de la aldea, no quise dejarles una impresión negativa. Así que regresé y llegué a las 11:00 a.m. Mucha gente todavía estaba allí charlando y se sorprendió al verme allí otra vez.

"Por favor, no se preocupen", les dije, "Falun Gong es recto y va a beneficiar a la sociedad. Nosotros, los practicantes no dañamos a nadie y yo sólo vine aquí trayéndoles bendiciones”. Me miraron y asintieron con la cabeza. Luego entré a la oficina del comité y les clarifiqué la verdad a los oficiales de seguridad.

La tercera detención ocurrió en un pueblo. Un joven me agarró por el brazo izquierdo mientras que yo seguía distribuyendo materiales con el brazo derecho. Luego volteé hacia él y le dije con compasión: "Joven, nosotros los practicantes utilizamos el dinero de nuestros bolsillos y hacemos estos DVDs. Por favor, permítame terminar de regalarlos. Si viene la policía y los confisca se desperdiciarían los materiales y no haría ningún bien”.

“Entiendo, tía. Entonces, por favor, date prisa, porque la policía llegará pronto", dijo el hombre y soltó mi brazo. Continué hasta que llegó la furgoneta de la policía y logré entregar los últimos tres DVDs que tenía. Un policía me dijo que subiera a la furgoneta. Le sonreí: "Gracias. Parece que entonces ya no tendré que caminar por la montaña".

Los residentes de la aldea se sorprendieron al verme tan tranquila. "¿Cómo puede todavía sonreír?", me preguntó uno de ellos.

"Estaré bien", le dije a la multitud. "Estos policías son buenas personas y solo hacen su trabajo”.

La gente pareció aliviada por mis palabras.

Me llevaron a la estación de policía y los policías del condado me enviaron a casa. Tres días después, regresé a la aldea para alcanzar el resto de la gente.

Mirando hacia atrás, noté que estos arrestos sucedieron después de haber tenido conflictos con otros practicantes. Por el ego y una mentalidad competitiva, no miré hacia adentro de inmediato. Aprendí de esto que es difícil salvar a la gente si nuestra mente no es pura.

Salvando oficiales de policía

A través del continuo estudio del Fa, me di cuenta de que los oficiales de policía también habían sido envenenados por la propaganda de odio. Ellos deberían ser salvados también. El coordinador señaló mi mentalidad hacia los oficiales, porque sólo la compasión los podría salvar. De ahí en adelante, hice a menudo llamadas telefónicas a los oficiales o les mandé cartas, diciéndoles por qué uno no debería seguir ciegamente al partido y perseguir a practicantes de Falun Gong.

Conmovido por mi actitud sincera, un oficial renunció al partido y me pidió que, al salir, siempre ponga los materiales de Falun Gong en un lugar seguro. Le agradecí y le dije: "Muchos policías han seguido las órdenes de Jiang Zemin, y han maltratado a los practicantes inocentes de Falun Gong durante muchos años. Está muy mal desafiar los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Por favor, trate bien a los practicantes y será bendecido por sus buenas obras”. Él me escuchó y asintió con la cabeza.

Cada vez que envío pensamientos rectos, envío un pensamiento de esperanza para que los oficiales de policía dejen de hacer cosas en contra de los practicantes de Falun Gong. También envío pensamientos rectos para eliminar la maldad detrás de ellos, para que estos oficiales puedan salvarse.

Un día vi en mi habitación hermosas flores de Udumbara con 10 pétalos. Varios días después salieron más. Cuando un practicante les tomó una foto, vimos un Falun en la imagen. Sé que Shifu me anima para poder hacerlo mejor, con una mente más pura.