(Minghui.org) Quiero demandar a Jiang Zemin. No soy abogado, tampoco sé cuántas leyes rompió Jiang cuando lanzó y perpetuó la persecución a Falun Gong. Sin embargo, sí sé que es imposible compensar a mi familia por todo el daño que Jiang Zemin nos causó desde que comenzó la persecución hace 16 años.

“Debemos enjuiciar a Jiang Zemin” es el único pensamiento en mi mente cuando escribo el nombre de Jiang Zemin.

Gente descorazonada

Estaba en primer grado en 1999. Vivía con mi tía, tío, y primos en ese momento. Mis tíos eran practicantes de Falun Gong. No vi a mi tía durante seis meses, hasta que mi tío llegó a casa con una mujer de piel y huesos en sus brazos. Parecía un esqueleto. Era mi tía.

Mi madre rompió en llanto de solo verla. No logró reconocer a su propia hermana. Mis primos tampoco podían reconocer a su madre. Estaba irreconocible por la tortura que tuvo que soportar.

Esta fue la primera vez que verdaderamente entendí a qué apuntaba la persecución: lastimar a la gente buena. No sabía quién específicamente le había hecho eso. Todo lo que sabía era que fueron personas descorazonadas.

En movimiento continuo para escapar de la persecución

Un año más tarde seguía viviendo con mis tíos. Nos tuvimos que mudar a una casa cerca del ferrocarril. El ruido de los trenes era tan fuerte que me imaginaba que los trenes estaban pasando por encima de nuestras camas.

Previamente, mi tía y tío vivían en una casa linda en el recinto de una universidad donde eran profesores. Sin embargo, cuando la persecución a Falun Gong comenzó, los despidieron y echaron de la casa. Como niño, no podía entender quiénes eran los verdaderos perseguidores. Pensé que tal vez mis tíos estaban siendo perseguidos por funcionarios de la universidad.

En 2001 tuve que mudarme de la casa de mis tíos porque ellos tenían que mudarse de nuevo. En 2002, 2003, 2004, 2005 y así sucesivamente también tuvieron que mudarse. Le pregunté a mi madre por qué estaban continuamente mudándose, y me dijo que tenían miedo de que la policía los arrestara. No podía entender por qué la policía arrestaría a personas buenas.

Mi familia y yo teníamos que tener mucho cuidado cuando visitábamos a mis tíos. Teníamos que asegurarnos que nadie nos seguía. También nunca mencionábamos el lugar cuando hablábamos por teléfono con otros parientes porque las líneas telefónicas en China están intervenidas.

En ese momento aún no entendía bien la persecución pero sí sabía que siempre teníamos miedo de que la policía nos persiguiera.

Maldad pura inició la inhumana persecución

A pesar de que éramos muy cuidadosos, mi tía aun fue arrestada el 19 de mayo de 2007. Fue sentenciada a cinco años en la prisión de mujeres de la provincia de Helongjiang. Cada mes, nuestros familiares viajaban largas distancias para visitarla.

No sé qué le pasó a mi tía en la prisión, pero lo que podía ver a través de la ventana de la sala de visitas de la prisión era que, aquella mujer feliz se había convertido en una mujer demacrada y con pelo gris.

Mi familia también quedó muy impactada por estos eventos. Varios meses después del arresto de mi tía, mi abuela, que estaba muy bien antes del arresto, no pudo soportar el dolor emocional y murió de un ataque al corazón. Mi abuelo extrañaba tanto a su hija que a menudo lloraba toda la noche, sin poder dormir. Luego murió, también de un problema al corazón. En la ausencia de mi tía, mi tío tenía que cuidar dos niños pequeños por su cuenta.

Un día mi madre llegó ebria a casa. Se cayó al piso y lloró por su madre y hermana. De estas experiencias, entendí que la persecución iba más allá de solo echar a la gente de su trabajo y sus casas. Entendí que los perseguidores torturan a los practicantes y sus familiares física y mentalmente.

Eventualmente me enteré que los perseguidores no eran meramente un oficial de la universidad o la policía local. El verdadero culpable era completamente perverso, alguien que se salió completamente de su camino para llevar a cabo la inhumana y brutal persecución contra buenas personas: el ex líder del partido comunista Jiang Zemin.

En el verano de 2015 me gradué de la universidad. La persecución ha dominado mi vida en los últimos 16 años.

¡Quiero demandar a Jiang Zemin! Quiero ver el día cuando Jiang Zemin pague por sus crímenes. Insto a la corte suprema popular que abra el caso lo antes posible para traer justicia a nuestro país. Por favor díganle al país y al mundo que los practicantes de Falun Gong son inocentes y que sus familiares viven en paz y armonía.