(Minghui.org) La Sra. Zhu Qunhua fue denunciada a la policía el 1.° de setiembre de 2015 por hablar con la gente sobre Falun Gong. La Sra. Zhu, de unos 40 años, es de la ciudad de Chengdu. Fue arrestada junto a otro practicante y trasladados a la comisaría de Jinma.

Cuando fue interrogada un oficial le preguntó su nombre, su domicilio y la fuente de materiales de Falun Gong, y como se negó a responder fue golpeada en el rostro. Les contó a los oficiales qué es Falun Gong y les recordó que varios funcionarios de alto rango, como Zhou Yongkang y Li Dongsheng, estaban ahora sufriendo retribución por seguir las órdenes de Jiang Zemin de perseguir a los practicantes de Falun Gong.

“No tengo miedo de ir al infierno”, dijo un oficial. Tomó un cenicero y se lo arrojó a la cabeza.

Varios oficiales la interrogaron por turnos, pero ella se negó a cooperar. La esposaron y la colgaron en suspensión de las muñecas. Las esposas lastimaron su piel.

Ella Gritó: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”. La policía rápidamente cerró la ventana y la puerta. Algunos dejaron el cuarto. Las esposas se rompieron y la colgaron con unas nuevas. Taparon su boca con trapos húmedos sucios y le dieron descargas con picanas eléctricas en las piernas por más de 30 minutos.

Cuando la bajaron, sus manos estaban sangrando, y sus piernas estaban rojas e hinchadas por las picanas. Tuvieron que llevarla en una silla.

Aun así, ella no dio información y les aconsejó hacer lo correcto.

“La dejaremos ir. Podemos llamar a su familia para que la pasen a buscar. Si nos dice dónde están, también pediremos a las autoridades que la recojan”; aseguraron. Ella se negó a responder.

“Lo que hicimos recién fue para despertarla. Tenemos otros métodos para hacerla hablar”, dijeron.

La Sra. Zhu les dijo que serían responsables por todas sus malas acciones. Un oficial llamó a varios trabajadores sociales de diferentes distritos para que la identificaran, pero nadie la conocía.

El oficial Zheng Kai intentó patearla de nuevo, “Es medianoche, está oscuro afuera y los fantasmas han salido. ¿Por qué no deja que llamemos a un amigo suyo para que la venga a buscar?”, la Sra. Zhu nuevamente se negó a responder y dijo que no temía nada.

La policía la liberó finalmente. Era la medianoche y tuvo que caminar a su casa. Llegó después de las cuatro de la madrugada.