(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1996. Poco tiempo después, mi madre también empezó la práctica. Ella sólo había ido a la escuela por un año y no sabía leer ni escribir, pero deseaba leer el libro Zhuan Falun y le pidió a Shifu Li que le ayudara. Dijo, en su corazón: "¿Shifu, me podría ayudar, por favor? No conozco muchas palabras y no puedo leer su libro. ¿Cómo podría estudiar el Fa?".

Mi madre cayó dormida sobre la mesa. Cuando despertó, vio las palabras chinas moviéndose delante de sus ojos. Esto continuó día y noche.

Después intentó leer Zhuan Falun y se dio cuenta que lo podía leer con fluidez. Mi padre dijo: "Esto es realmente increíble. ¿Cómo puedes leer el libro tan fácilmente?".

Mi madre respondió: "¡Shifu me está enseñando!".

El tumor desaparece

Desde que mi madre comenzó a cultivarse, ha sido feliz. En 1997, encontró un tumor del tamaño de un huevo debajo de su brazo. Continuó yendo a practicar los ejercicios con el grupo cada mañana, y también el estudio del Fa cada día con otros practicantes.

Mi hermana mayor no es practicante, y me pidió que llevara a mi madre para que la viera su médico. Le dije: "Ella es una practicante de Dafa y Shifu la está cuidando. Si quieres que vaya a un médico, deberías preguntarle sobre esto tú misma".

Mi madre le dijo a mi hermana: "Yo soy una cultivadora y no tengo enfermedades. Shifu me está cuidando". Después de varios días, un líquido amarillo salió del tumor. Poco después, el tumor había desaparecido.

Desde el comienzo de la persecución, mi madre ha persistido en aclarar la verdad a la gente. Mientras yo estuve detenida en un campo de trabajos forzados en 2001, ella cuidó a mis dos hijas que en aquel momento, tenían once y doce años. Mis suegros no ayudaron a cuidar de mis hijas y se quejaban de mi madre. Mi padre y mis hermanos hicieron lo mismo. En aquellos días, mi madre estuvo bajo mucha presión.

En 2007 me metieron en una prisión y mi madre tuvo que ocuparse de todas mis cosas durante mucho tiempo. Cuando me visitaba, le decía: "No dejes de estudiar Falun Dafa. Debemos creer en Shifu. Él nos está enseñando que la mejor manera de ser buenas personas es a través de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Nosotros no estamos equivocados".

Salvada otra vez

Una noche en marzo de 2014, mi madre se derrumbó y ya no podía caminar. Unos días más tarde, mis hermanos la llevaron a un hospital donde le diagnosticaron degeneración cerebelar. El médico les pidió a mis hermanos que llevaran a nuestra madre de regreso a casa, porque la enfermedad era incurable.

Yo creí que el diagnóstico estaba equivocado. Mi madre no tenía enfermedad. Sin embargo, mis hermanos insistieron en darle su medicina por la vía intravenosa. Después de tres días, mi madre seguía empeorando. Ya no podía reconocer a nadie, comer ni beber y dormía todo el día.

Con pensamientos rectos dije: "Ya no podemos seguir así. Nuestra madre está cada vez peor. Tenemos que parar inmediatamente". Mi madre estuvo de acuerdo conmigo, y dejamos de darle la medicina.

Fui al frente de la foto de Shifu. Esperaba que Shifu le diera a mi madre otra oportunidad para cumplir con su misión predestinada de ayudar a salvar a la gente. Otros practicantes también pidieron ayuda en frente de la foto de Shifu. Durante el día, mi madre escuchaba las grabaciones de las lecciones del Fa de Shifu y, por la tarde, le leíamos las conferencias de Shifu y enviábamos pensamientos rectos.

Diez días más tarde, mi madre tuvo un sueño en el que gritaba: "¡Shifu, Shifu, sálvame!". Al día siguiente, mi cuñada dijo: "Tu madre será salvada. Ella buscó la ayuda de Shifu en su sueño".

Entré en la habitación de mi madre y vi que estaba consciente. Aunque todavía no podía hablar bien, su mente estaba muy clara. Le conté lo que había ocurrido mientras había estado inconsciente. Le recordé que mirara hacia adentro y me dijo que había guardado temor e ira.

Continuamos leyéndole el Fa y enviando pensamientos rectos. Ella comenzó a sentir hambre y logró comer. Poco a poco, recuperó por completo la habilidad de hablar y empezó a hacer los ejercicios. En menos de dos meses, mi madre pudo regresar a aclarar la verdad a la gente en la calle. Ella sigue estudiando el Fa y haciendo los ejercicios. Cada día se levanta antes de las 4:00 a.m. y medita durante más de dos horas.

Mi madre tiene ahora 82 años, y todavía logra aclarar la verdad a la gente todos los días. "No he estado haciendo las tres cosas perfectamente" dijo. "Debo ser más diligente para poder recompensar la misericordia de Shifu".