[Minghui Net] Fui arrestada por la oficina 610 y trasladada a un centro de lavado de cerebro en junio de 2013. Tenía una hora fija para la cena, el baño, y la tal llamada “clase”. En mi tiempo libre, memorizaba el Fa, enviaba pensamientos rectos y miraba hacia adentro.

Mi primera “clase” la dio un hombre mayor. Dijo que antes practicaba Falun Gong. Esperaba que mi compasión pudiera despertarlo. Nuestra conversación era “amigable”. Durante la “clase” de lavado de cerebro a veces usaba palabras que no eran de Zhuan Falun, pero insistía en que sí eran. Me resistí a lo que decía. Puse todo mi esfuerzo en controlar mis emociones y no me mostré agresiva ni conciliadora con él. Luego me dijo: “Usted sigue sonriendo. Debo aprender de usted, yo no podía hacerlo”.

Luego de fracasar en su intento de hacer que renunciara a practicar Falun Gong, una segunda persona apareció. También intentó confundirme. Me preguntó: “Su Maestro dijo que este Fa es enorme, ¿Cuán enorme es? Cuénteme”. Le respondí: “¡Falun Dafa es enorme! ¡Pero no soy yo quien puede decir eso! Si intentara describirlo estaría cometiendo un pecado”. Me dijo: “¡Usted es una verdadera practicante!”. Y se marchó.

Comprendí el hecho de que seríamos puestos a prueba para ver si nos hemos cultivado genuinamente. Me di cuenta que todos los que venían a “educarme” habían sido practicantes en el pasado. Algunos incluso habían memorizado párrafos de las últimas conferencias de Shifu. De este modo lograban confundir a algunos practicantes. Pero mientras mantenemos el Fa de Shifu en nuestras mentes, es fácil distinguir sus mentiras.

Mientras el primer hombre estaba conversando conmigo, entró un segundo hombre. Luego de decir unas palabras, me miró fijo sin parpadear. No tuve miedo y lo miré directamente a los ojos. Después de un rato dijo: “¡Es una persona muy compasiva!”. Me quedé quieta con una sonrisa sin decir nada. De principio a fin, me determiné a mantener un estado mental compasivo, haciendo lo mejor por despertar su lado consciente.

Un día, un oficial a cargo de controlarme me dijo que mi madre había preparado una carpeta médica de “paciente con antecedentes de problemas mentales” sobre mí, y si hacía una pequeña concesión, me dejarían ir a mi casa. Mi corazón no se movió y mantuve un único pensamiento: “¡No tengo problemas mentales! ¿Por qué aceptaría eso? No voy a hacer eso para salir de aquí”. El oficial me gritó. Usó a mi madre como excusa para culparme y arrojó la carpeta médica al piso. Pensé en lo que mi madre había hecho y el error que había cometido, y lloré. Sabía que no había logrado soltar el qing completamente y debí haber sentido por ella lo mismo que sentí por otros seres conscientes, compasión por la vida de esa persona. No obstante, ¡aún mantuve firmes pensamientos rectos!

Mi madre vino a verme al centro de lavado de cerebro, y pude ver la preocupación en su rostro. No intentó obligarme a renunciar a mi fe, pero quería que mis emociones por ella me movieran el corazón. Sabía que no podía verme afectada por mis familiares. Entendía su situación, cuán preocupada estuvo por mi en los últimos años. No quería mostrarme insensible y hacerla sentir peor. También era un ser que debía ser salvado. Fui muy cálida y la contuve, pero me mantuve inamovible cuando se fue.

Al día siguiente, la persona a cargo dijo que oficiales de la ciudad querían verme. Pensé que, como Dafa dizi, debía usar mi lado compasivo para enfrentarlos. Me hablaron un poco y se fueron.

Al mediodía, no me trajeorn comida a la hora del almuerzo. No sabía qué tácticas usarían. Pensé: “¿Me dejarán sin comida? ¿Me harán ceder por el hambre? Había hecho una huelga de hambre por un mes en el pasado. Así que ya tenía experiencia, y me había enfrentado con el hambre y la sed en mi vida. Sus insignificantes tácticas eran mínimas ante un cultivador de Dafa”.

Un gerente vino a hablarme. Luego vino mi madre y me dijeron que todos los practicantes habían sido “reformados” a excepción mía. El gerente finalmente dijo: “¡Libertad de creencia!” Luego mi mamá me llevó a casa.

Quiero decir que cuando me encontré en la situación más vulnerable, me dije: “Déjalo en manos de Shifu, ¡Shifu decide tu camino de cultivación!”. Cuando surgió este pensamiento, me sentí en calma y en paz. Sabía que mis pensamientos eran rectos. Pensaba que después de salir del centro de lavado de cerebro debía decirles a mis compañeros practicantes: “La cultivación es muy simple. Si mantenemos los pensamientos rectos creyendo en Shifu, ¡eso es lo que cuenta!”.

Me pregunté si esto fue por mi yeli; ¿qué pasaría si era perseguida? Empecé a pensar en esto. De repente, recordé el Fa de Shifu:

Un discípulo de Dafa se opone completamente a todo lo que planearon las viejas fuerzas perversas”. (“Dafa es indestructible”, Escrituras esenciales para mayor avace II)

Me iluminé a que todos los arrestos y torturas estaban arreglados por las viejas fuerzas, y debemos oponernos completamente. Así que no importa quién me hablaba, tenía un pensamiento, me iría a casa.

Otro entendimiento que tuve fue que no importa el ambiente ni lo que enfrentemos, incluyendo a una persona malvada, debemos mantener siempre nuestra compasión. Cuando me enfrenté a los dos hombres que trataron de “educarme”, me mantuve lúcida y amable.

Entiendo que todo existe por el Fa. Sin importar por qué están en contra de Dafa, es su pérdida. Aún si hay pocas esperanzas de que entiendan, no debería darme por vencida. Shifu dijo:

La misericordia es el estado eterno de los dioses”

(“¿Porqué rechazas?”, Hong Yin vol. III)

Cuando el gerente vino a decirme que había enviado a muchos practicnates a la cárcel, mi corazón no se movió. Le dije: “¡Estás en una situación muy peligrosa!”. Sabía que había leído los libros de Dafa, así que era imposible que nada haya conmovido su corazón.

Una noche cerca de las diez, luego de que todos se habían acostado, estaba pensando en hacer el quinto ejercicio. Mientras dudaba, escuché un “pop”, y mi reloj se desabrochó. Normalmente apretaba un botón para soltar la malla, y siempre me lo sacaba al hacer los ejercicios. Pero en ese momento se abrió solo. Era una señal: “¡Shifu quiere que haga los ejercicios!”.

Mientras comparto esto, ¡me siento tan arrepentida! Incluso por tener que contar con el cuidado de Shifu. Me enfoqué en la cultivación, pero no prestaba atención en hacer los ejercicios, ¿es esto cultivación? Cultivarse sin practicar no es cultivarse.

Escribí mis experiencias anteriores para alentarme a seguir los requisitos y niveles más altos de la cultivación de Dafa, para ser una Dafa dizi en el período de la rectificación del Fa.