[Minghui Net] Una semana después de que los practicantes de Falun Gong de Malasia celebraron un evento frente a la embajada china en Kuala Lumpur el 20 de julio, en conmemoración de la severa persecución de 15 años de duración, vinieron a la isla de Ketam para continuar concientizando al público.

Sorprendidos por la brutalidad del partido comunista de China (PCCh) contra los practicantes de Falun Gong, muchos transeúntes firmaron peticiones  mostrando su apoyo para poner fin a la persecución. El Sr. Luo, un especialista en marketing de negocios de Kuala Lumpur, capital de Malasia, dijo a un corresponsal de Minghui: "me enteré que muchas personas van a China para hacerse trasplantes de órganos debido al corto tiempo que demora encontrar un donante compatible. Ahora sé de dónde salen esos órganos, es demasiado aterrador”.

El evento en la isla de Ketam, un sitio turístico muy conocido de Malasia, tuvo lugar el 28 de julio, y allí 29 practicantes colocaron carteles e información sobre los malos tratos sufridos por los practicantes en China debido a sus creencias, incluida la detención, encarcelamiento, trabajo forzado, y demás. También se lanzó una campaña de recolección de firmas, solicitando poner fin a las graves violaciones de los derechos humanos, en especial la sustracción de órganos de practicantes vivos. Al igual que las peticiones recogidas por los practicantes de otras regiones, se remitirán a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), para acciones futuras.

 

 

Practicantes explicándole a la gente acerca de la persecución, y recolectando firmas para poner fin a esta crueldad.

El Sr. Luo pasó mucho tiempo leyendo los carteles y los materiales que fueron repartidos por los practicantes. Dijo que le habían dicho que los órganos eran de los presos condenados a muerte. Ahora sabe que esto no podía ser cierto y se sintió mal por lo que estaba sucediendo. Firmó la petición y alentó a los practicantes a continuar.

El Sr. Rocky, un ingeniero civil de Indonesia, no sólo firmó la petición, sino que también pidió a los practicantes que lo tuvieran al corriente de las novedades en el futuro. "Voy a publicar dicha información en Facebook para que más gente sepa sobre esto", dijo.

Después de leer los carteles y los materiales, una inmigrante china supo la verdad y dijo: "El PCCh es peor de lo que pensaba". Ella también le pidió a sus hijos que firmaran la petición. "Esto es importante para ellos", dijo.

Cuando un grupo de turistas de Alor Star, en el norte de Malasia firmó la petición, uno dijo: "El PCCh es realmente indignante, más allá de la imaginación. ¿Cómo puede alguien hacer cosas tan malas?".