[Minghui Net] El 11 de julio de 2014, el Parlamento Italiano realizó su primer simposio sobre ética de trasplantes. Médicos, abogados y políticos condenaron los crímenes de la sustracción de órganos del régimen chino, y aportaron opciones para legislar acciones y terminar con estos crímenes contra la humanidad. Rai News, el multimedio principal de Italia y la compañía difusora  nacional que pertenece al Ministro de Economía y Finanzas, publicó un reporte relacionado al día siguiente.

El reporte cita al senador Romani, diciendo que hay un proyecto de ley en espera para combatir la sustracción de órganos, y que cree que la mejor manera de detenerlo es a través la interceptación e implementación de penas severas.

 

Una captura del artículo publicado en Internet por Rai News.

Lo siguiente es una traducción al español del artículo “Contra el tráfico internacional de órganos: es correcto ser salvado, pero no a cualquier costo” 

“Prescribiré regímenes por el bien de mis pacientes según mi habilidad y juicio y nunca dañaré a nadie”, del juramento hipocrático. El primer simposio nacional sobre éticas de trasplantes se realizó en Roma, Italia.

Por Carla Toffoletti

12 de julio de 2014

“¿Preguntaste de dónde vienen los órganos?”

“Lo único que sé es que ahora puede criar a mis hijos”. Un paciente que acaba de viajar a China para hacerse un trasplante le dice al Dr. Jacob Lavee, un médico israelí de un gran hospital en Medio Oriente, Centro Médico Sheba en Tel Madical Hashomer.

El primer simposio nacional sobre ética de trasplantes se inauguró en Roma. En la Cámara de Diputados (Casa del Parlamento Bicameral), la comunidad médica se unió al círculo político para concretar respuestas para detener el tráfico internacional de órganos. También discutieron el tema central de la ética en una sociedad… el derecho a la vida y la integridad de la humanidad es amenazada por prácticas sin ética y una nueva forma de “canibalismo”.

Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, un quinto de los 70.000 trasplantes realizados en el mundo se hacen mediante la compra y venta de órganos. La OMS urge a los países que tomen medidas para proteger a los grupos más pobres y vulnerables, y que intensifiquen su lucha con el problema mayor del tráfico internacional de órganos y tejidos humanos.

Sobre este tema, cuatro meses atrás el Senado aprobó una resolución, la cual instruye al gobierno a tomar acción contra los trasplantes forzados en China, condenados por el abogado David Matas, nominado al Premio Nobel de la Paz en 2010, por su investigación en la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong.

Los pacientes de Europa, como también de otros países viajan a China por órganos porque el tiempo de espera es de 1 a 2 semanas mientras que la espera normal en Europa es de varios años.

Cientos de miles de órganos no tienen origen legal, y como lo muestran testigos y lo confirma la evidencia, provienen de prisioneros de consciencia que no han dado su consentimiento. En julio de 2006, David Matas y David Kilgour, ex secretario de estado de Canadá para Asia Pacífico, publicaron un reporte de investigación de 140 páginas el cual termina con “la lamentable conclusión de que los alegatos son verdaderos”.

China tiene una singularidad macabra en el escenario global del “turismo de trasplante”, y este problema tiene algo que ver con nosotros. El turismo de salud nace en los países civilizados, en nosotros los países occidentales, que compran órganos porque los pueden pagar.

Hay organizaciones muy bien estructuradas, comparables a aquellas del tráfico de niños o comercio de esclavos, las cuales incluyen muchas partes, desde intermediarios, médicos que realizan la operación y muchos otros.  

“Debemos presionar a que el mundo haga algo sobre esto”, dice la senadora Ivana Simeoni, miembro de la Comisión de Salud: “Hemos aprobado una resolución, pidiéndoles a los diplomáticos de toda la Unión Europea que intervengan en China, donde la gente es asesinada por sus órganos”.

Un proyecto de ley firmado por el senador Maurizio Romani, vicepresidente de la Comisión de Salud, va un paso más allá para evitar que el tráfico de órganos se haga más complicado.

“En el proyecto de ley se establece una igualdad en el crimen del tráfico de órganos para el trasplante y el tráfico humano”, dice Romani: “Esto hace que todas las partes sean culpables, los donantes, los organizadores, los cirujanos que realizan los trasplantes, e incluso los que compran el órgano”.

El senador Romani, médico de profesión antes de volverse político, dijo que quería parar el tráfico de órganos mediante la interceptación. Como lleva seis años interceptar el tráfico de órganos, en el proyecto de ley pidió elevar la pena de 8 a 22 años para combatir el delito de conspiración de tráfico de órganos.

“La Comisión de Salud aceptó el proyecto de ley unánimemente. El Comité de Justicia postergó la aprobación porque quería escuchar mi opinión. Habrá algunos cambios pero seguro se aprueba el 24 de julio”, asegura Romani.

 “No es suficiente con tener leyes para prevenir el tráfico de órganos. Mientras haya abastecimiento y demanda, nada cambiará. Necesitamos un cambio cultural para erradicar la demanda de órganos a través del sistema de donación. Alessandro Anselmo, médico del UOC Cirugía de Trasplantes del Policlínico Tor Vergata de la Universidad de Roma, lo explica: “En Italia, existe un sistema oficial (para la donación) que funciona con reglas muy específicas y perfectamente”.

Todo gira en torno al donante, sin donante no habría trasplante. Pero ¿Quiénes son los donantes potenciales? A los que se les declara la muerte cerebral por una herida en la cabeza, hemorragia cerebral, e hipoxia isquémica. “El diagnóstico de muerte cerebral tiene que ser certero”, insiste el Dr. Alessandro Anselmo.

“El consentimiento para la donación de órganos es reversible, y se le pide a los familiares que participen de la decisión. No reconocemos la aprobación con un silencio”.

 “El favoritismo no existe en nuestro sistema y no hay intercambio de dinero. Sin embargo en Italia, solamente una de cada tres personas cumple con los requisitos. La lista de espera para un trasplante es de 9000 personas. El porcentaje de donación en Italia en de un 22% aproximadamente, apenas por arriba del 16.9% promedio de Europa. Pero la mayoría de nosotros hacemos trasplantes de un cadáver. Es raro conseguir trasplantes de donantes vivos como el sistema de donación que se practica en América. Incluso en Europa el porcentaje es bajo”.

Lo que pasó en la ciencia ficción puede que ya nos haya pasado a nosotros. Es posible que en el futuro cada vez más gente necesite órganos, y que se cometan otros tipos de crímenes. En Europa y América hay reglas estrictas, pero violar las reglas es la naturaleza humana. Por esta razón, es crucial denunciar el tráfico de órganos y acatar la ética de la medicina.

En 2008 se adoptó la declaración de Estambul, pero estas reglas aún no están reconocidas por todos los países. Con la globalización, todo está cambiando, y hay varias formas de obtener órganos. Sabemos que hay grandes intercambios monetarios detrás de estos trasplantes. En 2005, China admitió sustraer órganos de los prisioneros con pena de muerte. China no respeta a los donantes porque los mata. En el 2007, China pasó una ley para regular los trasplantes, pero esta no se está cumpliendo.

El pasado noviembre, la Sociedad Internacional de Trasplantes se reunió con el ministro de salud de China y le pidió que detuviera la sustracción forzada de órganos, pero el resultado fue que en marzo de 2014, China simplemente agregó las donaciones voluntarias al banco de donaciones forzadas. Debemos detener este crimen.