[Minghui Net] Después de ver Zhuan Falun por primera vez a finales de 1998 y leer varias páginas, supe que era lo que había estado esperando toda mi vida.

Mirando hacia atrás los 16 años de mi viaje de cultivación, me doy cuenta que la sinceridad es muy importante para nuestra cultivación personal, así como para nuestros esfuerzos de clarificar la verdad sobre Falun Gong. A continuación comparto algunas de mis experiencias. 

La seriedad de la cultivación 

No mucho después de comenzar la práctica, me di cuenta que Shifu utilizó la palabra "serio" muchas veces en Zhuan Falun. Le pregunté acerca de esto a una asistente del sitio de práctica y me dijo que la cultivación era verdaderamente seria. Sus palabras tenían sentido para mí, pero todavía no entendí muy bien el significado interno de la palabra.

En "Escrituras esenciales para mayor avance" -Quedando desenmascarado por completo, Shifu dijo:

“Algunos discípulos han dicho: “¿No hay nada temible? Aun sin mi cabeza, mi cuerpo todavía estaría sentado con las piernas cruzadas en la práctica”. En comparación, se ve muy claramente quien se cultiva bien”.

Esas palabras me hicieron pensar más profundamente y prestar mayor atención a mi cultivación. Esa experiencia me ayudó a establecer una buena base para mi cultivación y a sobrepasar bien las pruebas que llegaron más adelante.

La persecución en contra de Falun Gong empezó siete meses después de que había comenzado la práctica. Los funcionarios anunciaron sus planes: confiscar los libros de Falun Gong y despedir a la gente de sus trabajos o suspender sus pensiones, si seguían practicando. No estaba asustada ni intimidada, pensando que podría continuar practicando aunque tuviera que mendigar para sobrevivir. En cuanto a mis libros de Falun Gong, eran como mi propia vida y no iba a renunciar a ellos.

Encontré otra prueba en 2001, cuando muchos practicantes, incluyendo a algunos asistentes del sitio de práctica, entregaron sus libros de Dafa. Dijeron que habían alcanzado la consumación y ya no necesitaban leer los libros. No estaba de acuerdo con esa idea y les dije que no lo hicieran.

Además, Shifu dijo en Zhuan Falun:

“Piensen todos un poco, si en este camino de cultivación-refinamiento te limpiásemos y resolviéramos todos los obstáculos, ¿cómo te cultivarías? Precisamente sólo en situaciones donde existen interferencias demoníacas se puede percibir si puedes seguir cultivándote o no, si puedes iluminarte verdaderamente o no al Dao, si puedes ser interferido o no y si puedes sostenerte firmemente o no en esta vía. Cultivarse y refinarse es precisamente como las grandes olas lavando la arena, recién lo que queda es oro auténtico. Si no tuvieras esta forma de interferencia, digo que cultivarse sería demasiado fácil para el hombre; incluso veo que te cultivas demasiado fácilmente”.

Muchos practicantes no me hicieron caso y entregaron de todos modos sus libros de Dafa. Estaba muy triste y en aquella época lloraba a menudo. Decidí no renunciar a ellos, pensando que eran mis compañeros practicantes. Siempre que Shifu publicaba nuevos jingwen, los imprimía y se los entregaba. Después de que estos practicantes regresaron a la práctica, les llevé regalos para felicitarlos.

Bajo un ambiente hostil, parecía haber cámaras de seguridad o agentes encubiertos por todas partes. No obstante, teníamos que entregar materiales a otros practicantes para que pudieran clarificar la verdad sobre Falun Gong, y también teníamos que quitar la propaganda calumniadora.

Lo que hicimos no era malo ni ilegal, pero tampoco queríamos que interfiera la policía. A veces ataba materiales sobre mi cuerpo, alrededor de las piernas, o de mi abdomen, debajo de mi ropa y abrigo. De esta forma, podía transportar de uno a dos mil materiales de Dafa a la vez. Era algo engorroso e incómodo, pero funcionó.

Otra forma para transportar materiales fue utilizando una mochila grande, de estudiante. Debido a que mi niño estaba siempre a mi lado, nadie sospechaba algo.

Por razones de seguridad, no contacté a los practicantes por teléfono celular. Cuando no estaban en casa o no se presentaban en los lugares designados, llevaba los materiales de regreso e iba de nuevo más tarde. No me arrepentí de invertir más tiempo, porque sabía que valía la pena. En muy raras ocasiones, tuve que contactarlos a través de un teléfono celular por adelantado, pero cada vez era por razones de seguridad y terminé cancelando el servicio de telefonía celular para reemplazarlo con una línea fija.

Cuando tuve que ver a algún practicante en su lugar de trabajo, a veces pretendí ser una persona que hacía una entrega, para reducir el riesgo. Una vez, el lugar de reunión estaba cerca de un gran árbol donde había muchas personas charlando o jugando cartas. De un lado había una estación de policía y del otro una acera con gente pasando.

Preocupada por esta situación, empecé a enviar de inmediato pensamientos rectos: "Estoy aquí haciendo cosas para salvar a la gente. Con el poder del Fa y la ayuda de Shifu, nadie tiene permitido interferir". Me quedé allí un rato antes de que apareciera el practicante y, durante ese tiempo, no pasó nadie y tampoco se me acercó alguien.

Los pensamientos rectos son cruciales; también es importante ser racional. Cuando fui a comprar el suministro para los sitios de producción de materiales, me dijeron que en el centro comercial había muchos policías. Entonces, solo negocié los precios con los vendedores, pidiéndoles que hagan la entrega más tarde, a un lugar seguro. Les pagué cuando entregaron el suministro y regresé por una ruta diferente. Siempre funcionó bien así.

El sitio de producción de materiales

A medida que aumentó la necesidad de materiales, nos confrontamos con desafíos mayores en los sitios de producción cercanos. Debido a que los traidores filtraron información a la policía, algunos sitios dejaron de funcionar. Justo cuando estaba pensando en empezar un sitio de producción, un pariente me regaló 10,000 yuanes. Con ese dinero compré el suministro y empecé a producir materiales.

Mi hijo, que estaba estudiando un programa de doctorado en Beijing, se enteró y amenazó con destruir mi equipo. Sus palabras no me perturbaron. Aunque era mi hijo, no podía dejarlo cometer malas acciones. Le clarifiqué la verdad acerca de Falun Gong y le dije seriamente: "Si tratas de destruir este equipo, primero tendrás que destruirme a mí". Esto le ayudó a entender la situación y entonces comenzó a apoyarme. Poco después, mi hijo también empezó a practicar Falun Gong.

La preparación de los materiales no fue fácil para mí. Debido al ambiente hostil, la interacción entre los practicantes se limitaba a uno-a-uno, y tenía que mantenerse muy discreta. Puesto que no pude encontrar a practicantes que me ayudaran con la parte técnica, empecé a pensar en cómo surgieron estas cosas. Si hubiera sido la primera persona que empezara un sitio de producción, ¿qué tendría que hacer para lograrlo? Debido a la vejez y la mala memoria (en aquel momento, no me daba cuenta que eran conceptos humanos), las ventanas y los iconos en la pantalla del ordenador me parecían muy complicados.

Aparte de enchufar o desenchufar el cable eléctrico, ni siquiera sabía cómo activar o desactivar el equipo. Sin embargo, comencé a prestar atención a estas cosas y aprendí tanto como pude. También hice preguntas a la gente todos los días, sin dejarles saber lo que estaba haciendo. Con la ayuda de practicantes cercanos, también logré ponerme en contacto con aquellos practicantes que tenían el conocimiento técnico. Poco a poco, he aprendido todas las habilidades necesarias y el sitio de producción de material comenzó a operar sin problemas.

Sabiendo que los materiales son para salvar a la gente, he decidido que todo lo que quería aportar a los demás debería ser de alta calidad. También envié pensamientos rectos durante la preparación de los materiales: "Estos materiales se van a distribuir ampliamente para salvar a la gente y a nadie se le permite destruirlos”. Les dije a otros practicantes que, mientras hubiere una necesidad de materiales, podría saltar la comida y el descanso para terminar la producción. Debido a mi horario ocupado, a veces preparo alimentos una semana por adelantado, para no tener que desperdiciar el tiempo cocinando todos los días.

En una ocasión, cuando trabajaba en los Nueve Comentarios sobre el partido comunista, me di cuenta de que algunas páginas estaban mal numeradas. Aunque los materiales estaban casi listos, sentí que no iban a funcionar bien. Por lo tanto, decidí destruirlos y volver a hacerlos. Pensando un poco, me di cuenta que mi estudio del Fa no había sido suficiente por tener una agenda muy apretada. Así que hice unos cambios para poder mejorar mi estudio del Fa y las cosas funcionaron bien.

En "Exponiendo el Fa en San Francisco, 2005", Shifu dijo: "...todos ustedes deben transitar sus propios caminos... Cada persona debe abrir su propio camino, y cada persona debe validar y alcanzar su propio estado de logro".

Así que comencé a ayudar a los practicantes para iniciar más sitios de producción de materiales. Después de comentar las cosas con los practicantes y tener cada vez más confianza en sus habilidades, los apoyé con algunos equipos.

Para reducir su estrés, también los ayudé a aprender estas habilidades paso a paso, hasta que fueron capaces de trabajar independientemente. Me costó mucho tiempo -algunos practicantes necesitaron 6 meses para aprender bien las cosas. Sin embargo, cuando fueron capaces de producir materiales de alta calidad y realizar el mantenimiento básico del equipamiento, estuve muy feliz por ellos.

Un practicante me preguntó una vez: "¿Por qué es tan desinteresada y me enseñó todo lo que sabe sin guardar nada para usted?". Le dije: "Esto es lo que aprendí de Minghui, donde los practicantes comparten todo lo que saben en un solo lugar, para que todos lo puedan usar". Ellos lo han hecho mejor que yo en este sentido. ¿Cómo podría guardar para mí las cosas que sé hacer? Además, sin practicar Falun Gong, sólo sería una mujer de 70 años con toda clase de problemas comunes. Fue Shifu el que me dio la sabiduría y tengo que hacer mi mejor esfuerzo para validar el Fa sin reservas.

Durante este proceso, también me encontré con algunas pruebas e interferencias. Una vez, tuve un accidente cuando iba en camino con otro practicante, para adquirir un equipo. Me caí de la moto y me golpeé fuerte en el pavimento. El otro practicante me ayudó a levantarme y me dije: "Soy una practicante que tiene la misión de salvar a la gente. Estaré bien. Shifu cuida de mí y nada se puede aprovechar de esto".

Ambos seguimos enviando pensamientos rectos, pero me dolía mucho la espalda y sentía como si todos mis órganos internos estuvieran al revés. Caminé lentamente a casa. A pesar de la dificultad física, me obligué a escuchar las lecciones de Shifu y también hice los ejercicios. No pude comer ni beber durante 4 días y no fui al baño durante 15 días.

Pude ver con mi ojo celestial que Shifu sufría enormemente por mí. Me conmoví mucho y seguí produciendo materiales como de costumbre. Todo regresó a la normalidad después de tres semanas. Estaba muy agradecida por la ayuda de Shifu.

Salvando a la gente con compasión

Después de que más practicantes iniciaron sitios de producción, mi carga de trabajo se redujo y tuve más tiempo para distribuir materiales, así como para clarificarle directamente a la gente la verdad sobre Falun Gong. Esto también requiere sabiduría y pensamientos rectos. Una vez, mientras estaba distribuyendo materiales en un edificio residencial, me di cuenta de que una anciana no dejaba de mirarme. Envié pensamientos rectos, pensando que debería ser salvada y que no estaba permitido que interfiriera. Entonces fui a un apartamento cercano, llamé a la puerta y dije que estaba buscando a una persona en particular. Cuando la anciana me vio haciendo esto, entró a su habitación. Luego seguí distribuyendo materiales como antes.

Un día, mientras estaba distribuyendo en una tienda Los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, entró un oficial de policía. Envié pensamientos rectos para eliminar cualquier interferencia, teniendo solo compasión por él. Le dije a él y a otros clientes en la tienda: "Este es un libro muy bueno y ustedes se beneficiarán de ello toda su vida". Mientras estaban mirando el libro, pensando en lo que les había dicho, salí rápidamente de la tienda.

Mientras le pedí a un joven que renuncie al partido comunista chino (PCCh), éste se  enojó mucho y me gritó: "Esto es política y no me interesa".

Le sonreí y le dije: "Joven, ¿cree que una señora de 70 años como yo está interesada en política? Me retiré hace mucho tiempo y estoy aquí hablándole con la esperanza de que tendrá un futuro seguro. Sabemos que más de 80 millones de personas han perdido la vida durante las campañas políticas del PCCh. El Cielo no lo permitirá, y cualquier persona asociada al partido se enfrentará con graves consecuencias. No quiero que le pase esto. Es por eso que, en lugar de quedarme en casa, vine aquí para hablar con usted. Además, renunciando al PCCh con un seudónimo no afectará su promoción o finanzas en absoluto".

Él me sonrió y me dijo que le gustaría renunciar al PCCh con su verdadero nombre. También dijo que le diría a su familia hacer lo mismo.

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2014/4/2/146180.html