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Historias de cómo la gente en la antigüedad se arrepentía y comenzaba de nuevo (Parte 4)

Mar. 3, 2014 |   Por Jingyuan

[Minghui Net]  (A continuación de Historias de cómo la gente en la Antigüedad se arrepentía y comenzaba de nuevo 3)

4. Wang Zhongcheng: Ser virtuoso cambia el curso de una vida

Wang Zhongcheng, vivía en la ciudad de Yangzhou durante la dinastía Qing (1644-1912), en la antigua China. Su padre murió cuando él era joven. Su familia era muy pobre. Wang se ganaba la vida y mantenía a su madre escribiendo quejas en nombre de otros. Cuando tenía 20 años dio varios exámenes para tratar de asegurarse un puesto en el gobierno. Fracasó en varios intentos.

Un sueño sombrío

Durante un Fin de Año Nuevo chino, Wang tuvo un sueño, en el que era trasladado a una oficina de aspecto magnífico. Un grandioso emperador se sentó en el medio. Un par de asistentes elaboraron una larga lista de nombres para que el emperador marcara. Cuando terminó de hacerlo, sus ayudantes le dijeron a Wang que se acercara. El emperador le lanzó un folleto. Tenía el nombre de Wang en él.

El folleto decía que debería haber aprobado uno de los exámenes asegurando de este modo una posición alta. Sin embargo, este arreglo fue revocado porque había escrito denuncias falsas en nombre de otros, las que habían hecho la vida miserable a personas inocentes. Sus bendiciones habían sido revocadas.

El emperador le preguntó: “¿Entiendes?”; Wang se doblegó, y pidió ser perdonado. El emperador dijo: “Te daré otra oportunidad, ya que has demostrado piedad filial a tu madre. Si te corriges de inmediato voy a devolverte las bendiciones. Si no lo haces tendrás que pagar con tu vida”. El ayudante del emperador lo empujó y Wang se despertó de su sueño.

El sueño fue muy vívido. Wang continuó pensando acerca de eso y estaba decidido a compensar su mal comportamiento. No tenía dinero para ayudar a los pobres, pero pensó en usar su capacidad en la escritura para hacer buenas obras. Trató de mediar entre partes que discutían, y se negó a escribir documentos legales a favor del lado equivocado. Escribiría de manera más persuasiva, ayudando así a los que tenían buenas razones pero que no podían discutir muy bien ellos mismos.

Ayudando a los menos afortunados

Entre los vecinos de Wang había una viuda que estaba esperando un bebé. Un hombre de su familia política había difamado a la viuda, diciendo que el bebé que estaba esperando no era de su marido. La viuda fue devuelta a sus padres y no se le permitió heredar la propiedad de su marido. Sintiéndose terriblemente agraviada la viuda estaba muy triste y quería suicidarse. Sus padres tenían miedo de presentar una demanda en nombre de ella.

Wang Zhongcheng visitó a sus padres, escribió una queja en nombre de ellos, y los alentó a buscar justicia. También reunió a los hermanos de la mujer, y a otros respetados parientes mayores, y les dijo que planeaba presentar el caso ante el juez del condado.

Algunos estaban incómodos de verse involucrados, y alegaron que no era su problema. Wang les dijo: “Lo correcto y compasivo es proteger a una mujer casta y a su bebé. Es mi responsabilidad ayudar ya que soy experto en esta área. No estoy aceptando esta demanda por interés propio”. Los otros se conmovieron con su honorable intención y acordaron ayudar a la viuda.

El magistrado del condado aceptó el caso e hizo una investigación. El hombre admitió que había acusado a la viuda injustamente. La reputación de la viuda fue restaurada. Sus padres ofrecieron a Wang oro para darle las gracias, pero él se negó a aceptarlo.

Un cambio de suerte

Al poco tiempo Wang tuvo otro sueño. El mismo emperador le dijo amablemente: “Yo reconozco tus esfuerzos para corregir rápidamente tu mal comportamiento. Tu bendición te ha sido devuelta. Mi plan original era que aprobaras el examen del próximo año. Pero los cielos están tan conmovidos con tu compasión que la bendición vendrá este año. Sigue con tus compasivas obras. Tus futuras bendiciones serán abundantes”.

Wang le agradeció. Mientras los asistentes del emperador conducían a Wang fuera de la oficina, un anciano y un joven lo saludaron. Eran el difunto suegro de la viuda y el marido. Le dieron las gracias a Wang por salvar a la madre y al bebé y por mantener su propiedad dentro de la familia. El anciano sabía que Wang no tenía hijos. Señaló a su hijo y le dijo: “Tengo la intención de pedir al funcionario a cargo de los muertos que reencarne a este joven como tu hijo”.

Luego, como lo había predicho el sueño, Wang pasó el examen y se convirtió en un funcionario del gobierno. Su esposa dio a luz a un hijo ese mismo año. Su hijo creció, y se convirtió en un funcionario que se lució en los exámenes del gobierno, y fue galardonado con el primer premio.

La capacidad de escritura que uno tiene, así como otras habilidades, pueden ser utilizadas para salvar a la gente. Sea cual sea la profesión que uno tenga, uno puede usar sus habilidades para defender lo que es correcto y ayudar a las personas necesitadas.