(Minghui.org) Crecí escuchando a mi abuela cantando canciones compuestas por discípulos de Dafa. A menudo cantaba junto con ella, en voz alta, sin preocuparme por ser escuchada. Cada vez que íbamos a visitar familiares cantábamos todo el camino, hasta llegar al destino.

Cantando canciones de Dafa ciertamente abrió mi voz, así que mi madre decidió darme una educación formal.

Mi profesora de canto estaba encantada al ver que era capaz de seguir su ritmo sin problemas. Solo tenía que cantarme la canción una vez, y yo era capaz de cantar la melodía. No mucho después, me recomendó entrar en un concurso de canto realizado en nuestro distrito.

Gané el primer lugar en mi primera competencia, lo que causó un gran revuelo en mi escuela y entre mis familiares y amigos.

El verano siguiente fue el periodo más fructífero de mi vida como cantante. Pasé con honores la prueba de la competencia de educación musical del más alto nivel, y después gané tres medallas de oro en tres diferentes competencias de talentos, una tras otra.

Mi tía me dijo, sorprendida: "¡Apuesto a que fuiste bendecida por Buda!". Le respondí: "Mi Maestro me dio todo lo que tengo”.

Antes del Día de los Niños del año pasado, mi profesora me pidió que llene un formulario para unirme a los jóvenes pioneros. Lo rompí en cuanto se dio la vuelta. De ninguna manera iba a poner a esa tela manchada de sangre alrededor de mi cuello. [Nota del editor: los jóvenes pioneros están obligados a llevar un pañuelo rojo.]

El semestre pasado, me negué a abrir la boca durante una clase de música porque era una canción alabando al partido comunista chino (PCCh). La profesora se enojó mucho, pero yo insistí en no cantar la canción. Mi madre tuvo una charla con la profesora de música, diciéndole cómo murió mi papá (un practicante de Falun Gong) de la brutalidad policial, y cómo él nos había aconsejado a no unirnos a ninguna organización del PCCh.

La profesora estuvo de acuerdo a que escoja mis propias canciones para la práctica diaria y para las competencias de canto.

Cuando vi que una canción para piano contenía las palabras "jóvenes pioneros", le dije a mi profesora de piano que yo no era una joven pionera y que no quería tocar la canción. Ella no consideró que fuera un gran problema y me pidió que comience a tocar. Mi madre, que me acompañó a mi clase de piano, le explicó de inmediato mi objeción y le aconsejó que no enseñe a los niños canciones políticas.

Nunca me peleé con nadie en la escuela y soy muy querida por los estudiantes y profesores. La gente a menudo comenta que soy una niña bien educada, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta que soy una pequeña discípula de Dafa.

Sé que Falun Dafa es bueno, y soy consciente de que no puedo hacer nada que vaya en contra de los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. 

No sé cómo darle las gracias al Maestro por todo lo que me ha dado. Sólo puedo decir: "¡Gracias, Maestro!”.