(Minghui.org) La Sra. Li nunca regresó a casa después de ir a la casa de su tía durante el verano de agosto 2003.

Buscar ayuda de la policía ciertamente no ayudaría: la Sra. Li es una practicante de Falun Gong –un grupo de personas perseguidas por sus creencias por el régimen comunista chino desde 1999. De hecho, acababa de regresar a su casa después de un año de estar en prisión por pedir al gobierno central en Beijing que detenga la violenta persecución.

Completamente consciente de la maldad del régimen, su familia agoniza por la misteriosa desaparición y se preocupa por su integridad y paradero.

Cuando salió a la luz la horrorosa práctica de sustracción de órganos de practicantes vivos de Falun Gong en marzo de 2006, la familia de la Sra. Li quedó estremecida y con gran temor. Sabiendo que a ella la hicieron pasar por un examen médico completo mientras estuvo detenida en el campo de trabajo forzado, sigue preguntándose si este ser querido fue asesinado por sus órganos.

En otro lado del planeta, en Nueva York, el Sr. Huang Wanqing está preocupado por su hermano, el Sr. Huang Xiong, que desapareció de su departamento en Shanghái en abril de 2003.

“Estoy realmente preocupado por él. No quiero pensar que fue víctima de tal cruel crimen de sustracción de órganos. Pero ya por años, a pesar de la ayuda de ONU y el gobierno de los EE.UU. buscándolo, no sé dónde está él”, dijo Huang.

“La última vez que hablamos por teléfono, me dijo que la policía lo estaba buscando. Nunca más escuché sobre él”, el Sr. Huang recuerda.

Objetivos principales de sustracción de órganos

Cuando los practicantes de Falun Gong son arrestados, a menudo se niegan a decir sus nombres a la policía para proteger a sus familias para que no sean implicadas en la persecución.

Como resultado, se convierten en individuos con buena salud sin identificación. En un país que carece de un sistema de donación de órganos pero que tiene una gran demanda de trasplantes de órganos, estos “practicantes de Falun Gong sin identificación” se convierten en la principal fuente para la sustracción de órganos y posterior trasplante.

Cuando el ex líder del partido comunista, Jiang Zemin lanzó la persecución a Falun Gong, este prometió “arruinar su reputación, quebrarlos financieramente, y destruirlos físicamente”. Asesinar a los practicantes por sus órganos entra en línea con el tercer objetivo de esta política.  

434 practicantes desaparecidos

Según los datos colectados por Minghui hasta la fecha, se han confirmaron 434 desapariciones en los 15 años de persecución.

Debido al estricto control de la información del régimen comunista, se cree que este número es exponencialmente mayor que el número real de practicantes desaparecidos.

Según Ethan Gutmann, un periodista y experto en China, cerca de 65.000 practicantes han sido asesinados por sus órganos hasta el 2008.

Cuando el partido comunista anunció que dejaría de usar órganos de prisioneros ejecutados en diciembre de 2014, muchos lo ven como un intento de apaciguar la crítica internacional y cubrir estas atrocidades.