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El coraje y la sabiduría vienen de la cultivación en Dafa (Parte 3) (Foto)

Nov. 27, 2014

(Minghui.org) (A continuación de la Parte 2)

 

5. Dando a conocer la verdad en China

En Beijing, Anne conoció a muchos practicantes que estaban siendo perseguidos. Vio cómo se estaba llevando a cabo la persecución a todos los niveles de la sociedad. Algunos practicantes fueron incluso asesinados.

"Tuve la oportunidad de conocer a practicantes de diversas regiones. Jóvenes, niños y ancianos, compartíamos experiencias entre nosotros. Eran tan valientes. Dejaron todo y vinieron a Beijing. Dieron un paso al frente y peticionaron a pesar de que sabían las consecuencias de ello. No regresé a Dalian. Permanecí en Beijing y me contacté con más practicantes suecos, les pregunté si podrían venir a Beijing. Los practicantes chinos necesitaban nuestra ayuda".

Un grupo de practicantes suecos se apresuraron a venir a Beijing cuando se enteraron de la situación. Se contactaron con la prensa extranjera en China. Americanos, finlandeses, suecos, y también vinieron periodistas de otros países. Se reunieron con los practicantes chinos y reportaron la verdad.

"En Beijing yo estaba con practicantes chinos que hablaban inglés. A menudo cambiábamos de hotel ya que nos seguían y recibíamos extrañas llamadas telefónicas de acoso. Podíamos sentir la atmósfera del mal en todas partes. Sin embargo, concluimos nuestro trabajo. Luego volví a Dalian, y los practicantes suecos regresaron a Suecia".

Luego Anne recibió información secreta sobre una conferencia de intercambio de experiencias del Fa que se llevaría a cabo en la ciudad de Guangzhou, provincia de Guangdong. Anne no sabía cómo estaba la situación en el sur de China y quería conocerla. Inmediatamente reservó su billete de avión.

"Volé a Guangzhou el 21 de octubre. Me puse en contacto con un reportero de Swedish Daily News. Sabía que necesitábamos la presencia de periodistas extranjeros".

Anne llegó a Guangzhou en la mañana. Se quedó en una casa grande, donde más de una docena de practicantes que vinieron desde el extranjero hicieron la traducción de los artículos de intercambio de experiencias al inglés. En Guangzhou, la persecución había comenzado y la policía había empezado a detener a los practicantes. Ingenuamente, Anne pensó que la policía no podría arrestarla porque era sueca. Estaba escuchando la grabación de la conferencia de Shifu con sus auriculares puestos mientras esperaba que más practicantes llegaran, cuando de repente se dio cuenta de que muchas personas estaban en la casa y que estaban fumando.

"Me sentí extraña. Los practicantes de Falun Gong no fuman. Me pregunté por qué estaban fumando. Me tomó un tiempo darme cuenta de que la casa estaba llena de policías. No podía salir".

La casa estaba rodeada por la policía. Había muchos materiales de Falun Gong, incluyendo libros y pinturas dentro. La policía saqueó el lugar y confiscó algunos objetos personales. Anne seguía pensando, "No me van a arrestar. No soy china".

La policía detuvo a los practicantes. Un oficial arrastró afuera a Anne y le preguntó en un mal inglés: "¿Quién eres tú? ¿Por qué estás aquí?".

Anne no respondió.

Alguien gritó: "¡Detenla!".

Anne regresó a la habitación para tomar su bolso. Acababa de entrar en la habitación cuando alguien le agarró la mano y le puso una pila de dinero y algo más dentro de su mano.

Un practicante que vino de Australia apresuradamente susurró: "Este es el dinero donado para la conferencia del Fa. Hay también un chip de computadora que contiene fotos. ¡Llevátelos! ¡Rápido!".

Las sirenas sonaban. Anne fue llevada a un centro de detención. Sujetó firmemente su bolso.

"¿Cuál es tu nombre? ¿Cómo conociste a esas personas?" preguntó un oficial.

"Comencé a practicar Falun Gong en 1995. Es realmente un buen método de cultivación", dijo Anne.

De repente, escuchó gritos y sonidos de personas siendo golpeadas que venían desde la habitación de al lado. Al oficial sentado junto a Anne no parecía molestarle y continuó escribiendo su informe.

Cuando terminó de escribir, empujó el informe hacia Anne, y gritó: "¡Fírmalo!".

"No entiendo lo que usted escribió", contestó Anne. Y rompió el informe en pedazos.

Fue colocada entonces en un coche de policía y llevada a un hotel de alto nivel.

Anne aún sostenía su bolso con fuerza. Ella pensó: "Contiene recursos que pertenecen a Dafa, y la policía no puede tomarlos".

"¿Qué hay en tu bolsa? ¡Ábrela y déjanos registrarla!" ladró un oficial.

"¡No! Tengo que ver a un diplomático sueco", declaró con firmeza Anne.

Fue puesta en un coche de policía por tercera vez, esta vez fue llevada a un hotel incluso más elegante.

Tan pronto como Anne entró en el hotel, la policía se alejó. Anne no sabía por qué. Miró a su alrededor. No estaba segura de si había policías vestidos de civil alrededor. Agarró el chip de fotos, tratando de encontrar una oportunidad. El mensaje tiene que ser enviado, pensó.

Vio a un caballero rubio sentado delante de un ordenador. Anne se acercó a él y le preguntó: "Disculpe, ¿es usted sueco?".

"¡Lo soy!" dijo.

Anne se puso muy feliz. Le preguntó en voz baja: "¿Podrías ayudarme por favor?, necesito enviar fuera algunas fotos importantes, tengo que enviar un correo electrónico".

"¡Por supuesto que puedes!". El caballero dejó a Anne usar su ordenador.

Las fotos y el correo electrónico fueron enviados. Anne sintió un gran alivio. Necesitaba buscar ayuda externa para ser rescatada. Pudo hacer una llamada telefónica.

La persona en el teléfono le dijo: "Soy un periodista finlandés. ¡Hemos estado buscándote! ¡Las Embajadas de Dinamarca y Suecia han sido informadas!".

Anne fue rescatada. Estaba rodeada de periodistas.

6. 24 Horas en Beijing

Bastante tiempo después de regresar a Suecia, Anne todavía sentía el "terror rojo" presionándola y estaba nerviosa.

"Sentía que no podía hablar con los demás. Los otros practicantes suecos no habían experimentado esto. Simplemente no podía relajarme. Estaba extremadamente paranoica con todo. No pude calmarme y adaptarme al medio ambiente en Suecia por mucho tiempo".

Después de lo que experimentó en China, Anne se volvió más valiente y tenía un mayor sentido de la responsabilidad. Lo que estaba ocurriendo en China la tocó. Ella y otros practicantes en el extranjero trabajaron mucho para llamar la atención de la sociedad internacional para detener la persecución a Falun Gong por el PCCh. Anne pensó que algún día regresaría a China.

En octubre de 2001 varios practicantes suecos querían ir a Beijing para ayudar y vinieron a consultarle a Anne.

"¡Voy!" decidió Anne.

Planearon celebrar la "Caminata de la Libertad" en Beijing, en la Plaza de Tiananmen el 21 de noviembre. Llegaron a Beijing por separado. Anne se quedó en una universidad de Beijing. Ese día paseó por la ciudad, que es a la vez antigua y moderna. Caminó alrededor de la plaza y esperó por el encuentro. La Plaza de Tiananmen es uno de los símbolos icónicos de China, y ha sido testigo de muchos acontecimientos históricos. Anne la miró y pensó: "¡Serás testigo de nuestras acciones de hoy!".

Vio un par de occidentales caminando hacia la plaza. La mujer sostenía un ramo de flores de lirio. Entonces vio más caras conocidas. Uno tras otro, todos estaban en silencio caminando hacia el mismo lugar. Más de 30 practicantes occidentales se reunieron.

"Listo, ¡vamos!" dijo alguien.

Rápidamente se dividieron en dos grupos. El grupo de adelante se sentó en el suelo y la fila de atrás permaneció de pie. Todos levantaron una palma. Se abrió una gran bandera amarilla en la cual estaban escritos tres grandes caracteres chinos: "Zhen-Shan-Ren" y las palabras en inglés abajo: " Truth Compassion Tolerance (Verdad Benevolencia Tolerancia)".

 

En la Plaza de Tiananmen, los practicantes occidentales le dicen al mundo: ¡Falun Dafa es bueno!

Los turistas en la plaza quedaron atónitos. Poco después, las estridentes sirenas se escucharon y los policías llegaron corriendo hacia ellos.

Los practicantes occidentales dijeron para que todos lo escucharan: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Todo el mundo lo sabe! ¡Los norteamericanos lo saben! ¡Los europeos lo saben! Falun Dafa es bueno ..."

Anne estaba sentada en posición de doble loto. Con una palma levantada delante de su pecho, sin abrir los ojos. Había estado esperando este día durante mucho tiempo. Había tanto que quería decir. Allí estaba ella diciendo a todo el mundo: "Falun Dafa es bueno". Un oficial de policía trató de llevársela, pero no pudo moverla. Ella parecía haber sido pegada al suelo. Por último, dos agentes fuertes la levantaron. Anne sintió que su cuerpo había sido lanzado con fuerza en un coche. Todavía podía oír a los otros gritando: "¡Falun Dafa es bueno!". Abrió los ojos y gritó también.

"Abrí la ventanilla del coche y empecé a gritar '¡Falun Dafa es bueno!'. La policía estaba feroz. Uno me empujó hacia abajo y torció mis brazos. Nos golpearon en los vehículos de la policía".

Todos los practicantes occidentales que estaban en la plaza fueron llevados a una comisaría de policía.

"Mis brazos estaban magullados. Exigieron nuestros pasaportes. Yo no se lo dí. No les dije mi nombre. Nos dijimos entre nosotros que teníamos que permanecer juntos. La policía nos metió en un sótano. Las escaleras eran muy empinadas. Había muchas celdas individuales con barrotes de hierro. Las manchas de sangre se podían ver en las paredes. Nos metieron en diferentes celdas", recordó Anne.

"Nos mantuvimos diciéndole a la policía que Falun Gong es bueno. Cuando se hizo de noche nos pusieron de nuevo en vehículos de la policía. Cada practicante estaba custodiado por un oficial. Nos mantuvimos diciéndoles la verdad".

Los practicantes sabían que su tiempo ahí era valioso, y cada segundo contaba. No dejaban de decirle la verdad sobre Falun Gong a tantos como pudieran, a todos los oficiales o personas que los vigilaban. La noticia de la detención fue enviada afuera, pero nadie vino a rescatarlos. La policía los tuvo de un lugar a otro, interrogándolos.

Por fin, un diplomático sueco llegó. Ella dijo con ansiedad: "¡Los he estado buscando por todas partes! La policía me estuvo enviando a diferentes lugares. ¡Me estaban engañando! ¡Finalmente supuse que debían haber estado cerca del aeropuerto!".

Pasaron menos de 24 horas desde que los practicantes occidentales de Falun Gong fueron detenidos. En Suecia, la protesta y la detención fueron reportadas en las noticias. Las principales cadenas de televisión daban noticias sobre cómo se desarrollaban los hechos, durante el noticiero central. El destino de los practicantes conmovió a miles y miles de espectadores.

En el Aeropuerto Internacional de Beijing, un avión programado para volar a Suecia esperó por un largo tiempo. Todos los pasajeros en el avión sabían lo que había pasado. Ellos esperaron en silencio, rezando. Por fin, la diplomática sueca llegó. Se colocó delante de la puerta de embarque y verificó a cada practicante. Se sintió aliviada después de confirmar que ninguno de los practicantes resultó gravemente herido.

Los practicantes suecos se disculparon con el capitán y los pasajeros, por el retraso.

El capitán dijo: "¡Está bien! No importa. ¡Ahora podemos ir a casa!".

La noticia sobre los más de 30 practicantes de Falun Gong de 12 países que protestaban pacíficamente en la Plaza Tiananmen se mantuvo en los titulares internacionales por varios días.

Luego de regresar a Suecia, Ana volvió a su vida tranquila. La gente a su alrededor se olvidó de parte de la historia. Ella rara vez menciona su pasado a los demás. Bajo su apariencia exterior serena, ahí está su coraje interior que viene de Falun Dafa.

(Fin)