(Minghui.org) Muchos practicantes de China comenzaron a practicar Falun Gong para mejorar su salud, pero se dieron cuenta rápidamente que Falun Gong les ayuda con mucho más que su salud física.

Debido a que los practicantes se guían en sus vidas de acuerdo con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, sus estándares morales mejoran y, de esta manera, se armonizan sus relaciones dentro de la familia y con los amigos y vecinos.

Estos cambios no pasan desapercibidos. La gente de China se está dando cuenta que Falun Gong no es como lo ha descrito el régimen comunista, sino todo lo contrario.

A continuación, una practicante habla sobre todas las formas en las que se ha beneficiado por practicar Falun Gong durante 15 años.

Buscando respuestas

Cuando era joven, era un marimacho. Aprendí las artes marciales y defendía a los que eran intimidados o protegía a los más débiles. Mientras crecía, mi mal humor y franqueza se volvieron tan fuertes como si fuera un hombre.

Mientras pasaron los años empecé a tener muchas dolencias. Traté de curarme con tratamientos médicos e incluso intenté diferentes prácticas de qigong. Cuando nada me pudo ayudar, aún consideré terminarlo con todo.

En 1997, mi esposo recibió una copia de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Gong. Leyó hasta la Lección Sexta y se detuvo. Me dijo que no lo entendía.

Leí el Índice y enseguida me di cuenta de que esto era lo que había estado buscando. Aunque resulte difícil creerlo, después de leer sólo dos páginas del libro, sentí que mi cuerpo había cambiado. Me deshice de todas las imágenes de las deidades que había venerado. Falun Gong iba a ser lo único para mí.

Tiré a la basura tres cestas grandes de píldoras y me volví muy diligente en mi práctica de Falun Gong. He leído el libro cada día, enfocándome en mejorar mi carácter moral y viviendo según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Pronto mis enfermedades desaparecieron, lo que me ayudó evitar una enorme cantidad de gastos médicos. De hecho, en los últimos 15 años, no gasté ni un centavo en medicinas.

Recuperando mi salud y evitando el peligro

Una vez tuve fiebre alta. Al día siguiente hice los ejercicios y la fiebre desapareció.

Sufría problemas de estómago por lo que tenía que evitar comida muy fría o muy sólida. Después de que empecé a practicar Falun Gong, las comidas frías ya no me hacen daño. Puedo comer sobras directamente del refrigerador y tomar agua del grifo.

Un día, mientras estaba cocinando en la cocina, me dio de repente un dolor de cabeza y sentí náuseas y debilidad. Sentí como si iba a explotar. Mientras agarré la mesa para sostenerme, le pedí a Shifu que me ayude. Eso fue lo último que recuerdo antes de que perdiera el conocimiento.

Mi hijo, que estaba en otra habitación, escuchó un golpe y vino corriendo. Cuando me vio tirada en el piso de la cocina, me gritó y golpeó en la mesa. Abrí los ojos. Me había caído al lado de la estufa en donde había dejado una olla grande con agua hirviendo. No es difícil imaginar lo que podría haber pasado si me hubiera caído en la estufa.

Mi hijo me llevó a la cama. Se dio cuenta de que me había retorcido el pie y que había aparecido una protuberancia púrpura en la planta del pie. Resultó que la estufa tenía una fuga de gas y que me había desmayado por haberme expuesto al gas por mucho tiempo.

Estudié el Fa e hice los ejercicios con regularidad. Le pedí ayuda a Shifu. Con sólo subir el pie, se enderezó, volvió a la normalidad, y pude meditar en posición de loto completo otra vez. Una semana después, me había recuperado totalmente.

Mejorando el carácter

Además de mejorar mi salud de manera espectacular, mi carácter también mejoró por practicar Falun Gong.

Mis vecinos de al lado siempre dejaban su contenedor de basura cerca de nuestra casa. La basura manchaba la pared, y nuestro patio estaba a menudo lleno de basura. Naturalmente, esto había causado una relación tensa con mi vecino.

Después de volverme practicante, he limpiado en frente de su patio cada vez que limpiaba el mío. Recogí la basura en mi callejón y también en el próximo, en donde vive mi hijo mayor. Mi vecino lo notó y, pronto, él y otros vecinos en nuestro callejón comenzaron a tomar turnos para limpiarlo. Nuestro callejón es ahora el más limpio de nuestro pueblo.

Este vecino, que es guardia de seguridad, disfruta leer los folletos y volantes de Falun Gong. A menudo recita sinceramente: "Falun Dafa es bueno". Los problemas agudos de estómago que le afectaban antes, ya desaparecieron.

Cuando me visitan los practicantes, le aconseja a su esposa que no informe a las autoridades.

Una noche, mientras estaba de guardia, vio una luz en el sótano de un practicante de Falun Gong y la puerta estaba abierta. Él y el jefe de su equipo entraron a la casa y vieron en el piso los paquetes de folletos y volantes de Falun Gong. El jefe de equipo quiso informar a su supervisor, pero mi vecino lo detuvo. Apagaron la luz y se fueron sin molestar a nadie.

Una vez, después de unas copas, me dijo que su problema del estómago había sido curado por Dafa y no iba a dejar a nadie que diga algo malo de Dafa. Dijo: "Jiang Zemin es lo peor".

En otra ocasión, un joven de mi pueblo, al manejar su vehículo de reversa, entró en mi triciclo y lo rompió. Me lo quiso pagar, pero rechacé su oferta. Se sentía tan mal que insistió en que aceptara al menos 100 yuanes. Le dije que le diera el dinero a su madre. Me agradeció una y otra vez. Le dije que le agradezca a Shifu y a Dafa.

La próxima vez que vi a su madre, me dio una palmada en el hombro y me dijo: "¿Dónde encontramos gente buena, como tú, en la actualidad? No le dejaste a mi hijo que te pagará los daños que te causó. En cambio, le dijiste que me diera el dinero a mí. Muchas gracias. Sólo un practicante de Falun Gong haría algo así”.

Un vez, cuando compré algunas especias para el año nuevo chino, el vendedor puso en mi carrito, por error, una bolsa grande de especias. No me di cuenta hasta que llegué a casa esa noche. Cuando terminaron las vacaciones, a través de un empresario de nuestro pueblo, le envié un mensaje al vendedor de especias para que vaya a recogerlas. Más tarde, el vendedor me dijo: "No tenía la menor idea de quién se había llevado la bolsa grande. Muchas gracias. Falun Gong es bueno".

Mientras estoy mejorando, los que me rodean se benefician de la gran benevolencia de Shifu.