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Cómo al cambiar mi ambiente de cultivación cambió mi vida

Oct. 9, 2014 |   Por una practicante de España

Saludos Shifu
Saludos compañeros practicantes


Una oportunidad regalada por el Cielo

Sabía que el Fahui Internacional de Nueva York del año 2013 iba a suponer un antes y un después en mi vida. Fue tanto así que cambió absolutamente todo, primero en mi interior y luego a mi alrededor.Tener la gran suerte de asistir al Fahui y ver a Shifu tan cerca, así como tener la posibilidad de compartir con tantos compañeros practicantes esa experiencia, fue simplemente mágico y maravilloso. Igualmente durante esos días se me ofreció la posibilidad de colaborar en el grupo de coordinación que traería por primera vez Shen Yun a España.

No lo dudé ni un instante. Al regresar a casa, recogí mis cosas y me aventuré a desplazarme 3000 km, a vivir el cambio más profundo de mi vida, junto a mi hija de 5 años. Sin duda, el dejar mi entorno conocido desde la infancia y mi casa fue el primer apego grande que tuve que afrontar y eliminar durante casi todo este año. Pero hoy por hoy veo cada vez más claro el camino que Shifu tiene trazado para mi y pude soltar ese lastre. De hecho, he aprendido a estar atenta y ver claramente cómo todo lo que pasa tiene su perfecta razón de ser. El tiempo me ha enseñado que aunque inicialmente algo parezca complicado o muy difícil de afrontar, luego fue absolutamente necesario para superar algún apego y seguir avanzando. 

Mirando hacia dentro

También mi entorno de trabajo cambiaría completamente. Mi madre y yo tenemos una empresa. Hoy ya somos cinco los practicantes que trabajamos ahí. Es decir, desde hace un año vivo casi todo el día rodeada de practicantes. Realmente este ambiente ha contribuido a tener mas oportunidades para compartir y elevar así nuestro xinxing juntos.
 Al afrontar las tribulaciones que el mundo exterior nos brinda casi a diario, vemos como cada uno las afronta a su manera y cómo en muchas ocasiones estar juntos y hablar sobre ello ha mejorado nuestro entendimiento individual.

Y por supuesto ha habido roces entre nosotros también, momentos difíciles y diferencia de opiniones. Pero en primer lugar somos Dafa Dizi! Así que tenemos esa herramienta mágica que Shifu nos ha enseñado: mirar hacia dentro. Gracias a esto vamos aprendiendo y vamos solucionando los problemas viendo dónde hemos fallado y dónde hay apegos ocultos. He descubierto que la mayoría de mis apegos tienen como base el miedo, de una u otra forma. El miedo parece estar escondido en muchas nociones humanas que aún tengo y que voy descubriendo a diario.

No es fácil trabajar con familia. En este caso la jefa es mi madre y en muchas ocasiones tenemos diferencia de opiniones en el momento de llevar a cabo estrategias de venta o al tomar decisiones,también en nuestra vida privada y con la educación de mi hija.
 
Yo pensaba que mi traslado supondría que nuestra relación pudiera complicarse mucho ya que, para rizar el rizo, viviríamos juntas una temporada. Pero ha sido todo lo contrario gracias a esta herramienta de mirar hacia dentro. Yo sabía que esto sería una prueba importante, así que, en primer lugar, tomé el problema y me lo puse delante de los ojos, lo identifiqué y dejé de ignorarlo. Al fin y al cabo no podría seguir avanzando en mi cultivación, si no resolvía esta cuestión y tampoco sería una convivencia muy agradable. Y se agravaba aún más ya que mi madre es practicante también hace mucho tiempo. Así que fue todo un proceso muy intenso que aún continúa.

Dice Shifu en “Un diálogo con el tiempo” de Escrituras Esenciales para mayor avance :

“Ser divino: Estos problemas ya son muy graves. Sería bueno si aquellas personas pudieran examinar dentro de sí mismos las cosas que han podido encontrar en otros”. Li Hongzhi, 3 de julio de 1997

Esta fue la clave. Mi constante crítica hacia mi madre se había convertido en costumbre desde que fui adolescente. Así que cada vez que algo me molesta de ella, paro un segundo y me pregunto: “Espera ! ¿por qué te molesta esto?, ¿Acaso esto tú también lo tienes dentro de ti? ¿Acaso tú haces lo mismo con otros o en otras situaciones?”.

Este cambio en mi interior se ha manifestado en mi exterior. Ahora nuestra relación es mucho mejor y aunque en el camino me sigo encontrando a veces con piedras que me quieren hacer caer e incluso todavía caigo muchas veces, intento trabajar en ello a diario y no olvidar Shan y Ren en este asunto, tengo que estar alerta siempre. Y agradezco muchísimo a mi madre su dedicación con mi hija para así poder atender mejor mi trabajo para Shen Yun.

Formando un solo cuerpo

Justo al llegar a Barcelona también comenzaba la promoción de Shen Yun 2014. Nuestro primer año en España, por lo que aquí también se me abría un nuevo mundo donde tenía que aplicarme y aprender rápido, tanto yo como todos los compañeros practicantes.

Enseguida se intensificó el estudio del Fa tanto en Barcelona como en el resto de regiones en España. Se pusieron días concretos  en varios lugares donde se hacían estudios presenciales y donde se reunían todos los practicantes que podían. También se hizo un estudio a nivel nacional, donde se movilizaron casi todos para estudiar unidos durante dos días. El estudio por Internet también se intensificó. La asistencia cada vez era mayor y con ello la intensidad de la energía y la unión del grupo tanto a nivel regional como nacional.

Tuvimos la oportunidad de conocernos todos, de intercambiar y de mejorar juntos como grupo. El sentimiento de una meta común fue aumentando cada vez más. Después del estudio y de compartir, también aprendíamos día tras día más sobre Shen Yun, sobre cómo presentar el show, nos íbamos formando todos para promocionar el espectáculo lo mejor que sabíamos hacer con un apoyo incondicional unos a otros. Asistir a Shifu a salvar el mayor número de seres conscientes posibles era y es nuestra meta primordial.

Tuve la gran suerte de compartir con muchos practicantes realmente por primera vez en esta magnitud, intercambiando experiencias y entendimientos. Mi situación cambió tanto, que de estar sola practicando por mi cuenta en un sitio muy apartado, llegué a estar en una gran ciudad donde estaría rodeada de practicantes siempre. Todos y cada uno de ellos me han enseñado algo que atesoro en mi interior. Logramos realmente formar un cuerpo unido y sólido en un proceso de evolución conjunto que nos llevó a todos individualmente a sentirnos moléculas de un solo organismo. La verdad es que hoy en día cuando nos reunimos a estudiar, me siento en familia.

Se me encoge el corazón cada vez que pienso en esa cooperación incondicional de todos y cada uno de los practicantes. Muchos se desplazaban a Barcelona siempre que podían, incluso solo por un fin de semana u organizaban sus vacaciones para poder estar presentes y ayudar. Dormían muchos juntos en una sola casa renunciando a comodidades, a costumbres, a horarios, a privacidad...etc. ¡Qué grandes son sus corazones!

Nuestra coordinadora para el estudio del Fa hizo un gran trabajo. Se podría decir que era el pegamento que nos mantenía juntos. Ella procuraba que nadie se despistara, que acudieran a los estudios presenciales, llamaba por teléfono e intercambiaba emails hasta altas horas de la noche para recordar la importancia fundamental que tiene el estudio y que sin él no llenaríamos el teatro. 

“Discípulos, ¡sean diligentes! Todo lo más magnífico y lo más maravilloso es desarrollado en el proceso de su validación de Dafa. Sus votos y promesas se convertirán en testimonios de su futuro. (Li Hongzhi, Escrituras para mayor avance II “Los discípulos de Dafa en el período de la rectificación del Fa”).


Promoción de Shen Yun 2014

De alguna manera  mi trabajo común en la empresa caminaba de forma paralela al proyecto. Tanto era así que mi compañera de trabajo y yo (al principio solo eramos dos y la jefa) afrontábamos situaciones muy similares: intentar sacar la empresa adelante y ayudar a coordinar bien el proyecto principal. Agradezco mucho haber podido compartir tanto con esta compañera, creo que Shifu nos puso juntas en una oficina por razones muy concretas que siguen revelándose a medida que pasa el tiempo.

Era sorprendente cómo entraban comerciales a nuestra oficina queriendo vendernos espacios publicitarios en radio o televisión, imprentas ofreciendo sus servicios, empresas de marketing ofreciendo llevar una posible campaña publicitaria para nuestra empresa...etc....y al final resultaron ser muy buenos contactos para ayudarnos con la promoción de Shen Yun. Nuestra oficina parecía la puerta de entrada para muchas personas predestinadas, o bien para ayudarnos o bien para ver el show. Parecía que venían guiados.

Por fin ¡teníamos los folletos! Comenzaba la campaña de promoción para Shen Yun y con ello el reparto de tareas a pie de calle.
Tuvimos algunos stands promocionales y repartimos folletos en la calle, en los buzones, promocionábamos el show a la entrada y salida de los teatros más importantes, íbamos por las tiendas y colocábamos póster en los escaparates. Todos trabajábamos como hormiguitas para cubrir la mayor superficie posible teniendo siempre en cuenta que teníamos que llegar a la sociedad principal.
Mientras tanto, se hacían campañas en periódicos, radio, aparecían banderolas en las farolas de las calles más concurridas de Barcelona, se posicionaba el show en Internet, se hacían campañas de envío de newsletters, se presentaba el show a grupos a través de una conferencia en clubs o asociaciones.
Algunos practicantes rotularon sus coches y conducían llegando incluso a otras provincias. Había autobuses rotulados por toda la ciudad. Cada practicante llevaba folletos consigo cada vez que salía de la puerta de su casa y aprovechaba la mínima oportunidad para entablar conversaciones de donde resultaron muy buenos contactos, ya sea en la calle, en el tren o incluso en el avión.

Parecía que solo necesitábamos estar en movimiento y la gente predestinada llegaba a nosotros. Nosotros solo éramos y somos el vehículo para que la gente predestinada llegue a Shen Yun. Qué gran honor el de ayudar a Shifu a salvar al mayor número de seres consientes posible.

En una promoción que tuvimos en un centro comercial yo tenía que organizar que se montara bien el stand. De hecho, debido a mi trabajo común, no podía estar ahí, así que lo montaron otros practicantes. El siguiente paso era organizar a los practicantes según sus disponibilidades para que siempre se estuviera promocionando e informando sobre el show a los viandantes durante las horas que el centro comercial estaba abierto. En ese momento pensé que aunque todavía no conocía a todos los practicantes, ni sus disponibilidades, ni sus habilidades, me esforzaría por hacer un buen trabajo.

Cuando quise comenzar mi labor me llamó una coordinadora y me dijo que ella ya había delegado mi trabajo a otra practicante y no me dijo el motivo. Solo que consideraba que lo debía hacer. De inmediato me sobrevino una sensación de decepción, de derrota, de tristeza porque suponía que no me consideraban capaz de hacer esta tarea. Acto seguido pensé que pudiera que tuviera razón, que yo no lo haría muy bien. Así que encajé la noticia cabizbaja. Claramente me movió el corazón. Me sentía frustrada y mi ego estaba dolido. Pero, ¿qué trabajo de coordinadora estaba haciendo yo si ni podía coordinar esto? Igual no debería ser coordinadora...igual yo no estaba a la altura.

 Los días pasaban y esta practicante, a la que no conocía hasta entonces, y yo íbamos haciendo el cuadrante con los horarios para que el stand nunca estuviera desatendido. Ella organizaba a la gente y me iba informando. Me empezaba a dar cuenta de que ella estaba entusiasmada por hacer este trabajo, que lo agradecía muchísimo y en una ocasión me contó su dificultad de comunicarse con otras personas y cómo este trabajo le había dado la oportunidad de abrirse e interactuar con los demás y lo mucho que esto le estaba ayudando. En ese momento se me llenaron los ojos de lágrimas y comprendí todo. Por un lado me sentí mal por mis pensamientos iniciales y por el otro me sobrecogió la mágica sensación de que todo está perfectamente arreglado por Shifu, que debo simplemente hacer lo que toque hacer, que no debo cuestionar nada, que nunca debo perder el objetivo de vista y, sobre todo y ante todo, tener fe.

“En el pasado la cultivación era meramente un asunto de la propia perfección de uno, y cuan bien o pobremente uno lo hacía era problema de uno mismo. Ahora hay que salvar seres conscientes, entonces involucra el asunto de coordinar y ayudarse unos a otros. Entonces, durante la coordinación, los apegos humanos emergerán mientras trabajan juntos". (Li Hongzhi, Enseñando el Fa en el Fahui Internacional de Washington DC 2009)



¡Shen Yun llega a Barcelona!

La promoción, publicidad en los medios y en la calle, el boca a boca, el video promocional proyectado en televisiones en centros comerciales, las presentaciones a grupos, las visitas a empresas y a clubs deportivos, ¡todo estaba hecho! Y mientras tanto y en todo momento se hacían pensamientos rectos, se estudiaba el Fa, se hacían los ejercicios.

Cuando los autobuses de Shen Yun llegaron a la ciudad todos contuvimos el aliento decididos a afrontar el “sprint” final.

El grupo de seguridad estaba instruido y en sus puestos, el grupo de prensa de La Gran Epoca y NTDTV estaba preparado y alerta, los coordinadores correspondientes tenían ya la recepción del público a punto, la venta de las últimas entradas en la caja del teatro estaba lista, practicantes sentados en los jardines del teatro enviando pensamientos rectos y estudiando el Fa. Y de repente sin revuelo, en silencio y en una gran estela de harmonía, llegaron los artistas al teatro. Uno por uno pasaron por nosotros sonriendo y saludando, parecía que sentían nuestra larga espera, nuestra ilusión, nuestra devoción y respeto por su misión.

Durante los días del show yo pertenecía al equipo de seguridad y estaba en un pequeño despacho justo a la entrada y salida del personal, el cual resultaría ser punto de encuentro de todo tipo de situaciones durante esos cuatro días. ¡Aprendí tanto!

Fue extraño porque de alguna forma esa pequeña oficina era el punto de información, de resolución de problemas, de organización de personal y punto donde acudían los artistas y miembros de la orquesta a que les aclararan dudas o les ayudáramos en algo. Los cuatro días estuve ahí dentro atenta al walki talki y organizando a los practicantes que ocuparían los puestos designados por el coordinador de seguridad.
Me venían problemas o situaciones que tenía que solventar sobre la marcha sin realmente saber bien cómo hacerlo inicialmente, pero buscaba la forma de resolverlo. No hubo un momento de tranquilidad ahí dentro casi en los cuatro días.

Tuve la gran suerte de ver desde ese punto tantas cosas que me hacían reflexionar sobre la grandeza de lo que estaba pasando. Algunos practicantes eran como comodines que se encargaban de toda clase imaginable de tareas tales como por ejemplo comprar en la calle pequeñas cosas que hacían falta, llevar folletos a algún punto, trasladar las cajas de programas, buscar bolígrafos, comprar vasos de plástico, llevar o recoger a alguien, etc... Otros se dividían en dos haciendo varias cosas a la vez. Las mujeres abajo en la sala de lavado y planchado trabajaron tan duramente durante horas en ese sótano pasando calor y tan agradecidas de ser, junto a todos los demás, un engranajes de esa gran maquinaria divina.

En toda esa vorágine de trabajo, en ese ir y venir, en ese sentimiento común de que todo tenía que salir a la perfección,justo en medio como un núcleo infranqueable, sólido y divino, estaba Shen Yun Preforming Arts.

Llegué al estado de ni querer pensar. Me daba la impresión de que no podía dejar que cruzara ningún pensamiento ajeno por mi cabeza para no perturbar la tarea tan sagrada que estaba haciendo ahí Shen Yun, así que hacía pensamientos rectos constantemente e intentaba servir como herramienta lo mejor que podía hacer.

Todos los artistas y componentes de Shen Yun son tan disciplinados y tan rectos. Tan diligentes, tan compasivos. Cuando se fueron de Barcelona dejaron tras de sí una estela de harmonía y de paz. Creo que todos sentimos que no queríamos que se acabara nunca.

¡Gracias Shifu, gracias Shen Yun!

Qué pequeña me veo comparada con esta misión tan importante. Pero he aprendido tanto: no importa qué es lo que hagas, hazlo siempre lo mejor que puedas porque al final solo cuenta lo que haya salido de tu corazón. Aunque por fuera parezcas dominar una situación, por dentro se esconde la verdad de tus intenciones y es lo único que Shifu ve. Y tal y como me recordó un practicante hace poco: no se trata de nosotros, nosotros solo somos la herramienta.
Siento que Shen Yun es un potenciador de nuestro camino de cultivación, a través el cual nos forjamos, nos corregimos, nos limamos, nos limpiamos, para ser mejores herramientas para un fin común: ¡ayudar a Shifu a salvar la mayor cantidad de seres conscientes posible!

Gracias desde lo profundo de mi alma Shifu por ayudarme a cultivarme mejor haciéndome pasar por innumerables situaciones. Estoy dispuesta a afrontar lo que haga falta para llegar a donde me dejes llegar. Soy fuerte y nunca más diré que no puedo. Y lamento mucho en ocasiones haber tardado tanto en darme cuenta de apegos . Gracias por dejarme caminar al lado de tantos practicantes que me van enseñando y ayudando tanto.

¡Gracias Shifu!
Gracias compañeros practicantes