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Eliminando los apegos y el ye – el camino más recto y maravilloso

Oct. 6, 2014 |   Por un practicante de Francia

(Minghui.org)

¡Hola Maestro!

¡Hola compañeros practicantes!

Quisiera compartir con ustedes algunas tribulaciones que he encontrado durante mi cultivación, y mi entendimiento sobre estas. Inicié mi cultivación en Falun Gong en enero del 2011, gracias a un practicante chino que me dio un folleto comencé a saber más acerca de la cultivación, y empecé a practicar.

Desde pequeño, mi intuición me decía que más allá de este mundo material había muchas otras cosas que uno necesitaba aprender. La gente me decía que estaba siempre distraído. A pesar del rechazo que sentía por las religiones, durante muchos años estuve buscando maneras de cultivar mi mente con el fin de encontrar algún camino que condujera a la Verdad. Falun Dafa, muy profundamente, cambió de forma gradual y fundamental mi manera de entender la vida.

Cultivar el habla 

El Maestro dijo en “Zhuan Falun”: “Cuando abrimos nuestras bocas para hablar, siempre hablamos de acuerdo con el xinxing de una persona que refina gong, no decimos palabras que siembran discordia ni cosas que no son buenas. Siendo personas que se cultivan y refinan, deben evaluarse a sí mismos y evaluar si deben decir esas palabras o no, de acuerdo con el estándar del Fa”.

Se me hacía difícil hablar con la gente cara a cara, especialmente con otros compañeros practicantes; incluso cuando pensaba que había cosas que necesitaban ser comunicadas, me abstenía de hacerlo. Tenía miedo de expresar mi punto de vista, o mis opiniones, y que esto me llevara a tener confrontaciones con los otros. Tenía miedo de poder cometer un error en aquello que dijera, y que lo que había dicho fuera comparado con lo que los otros pensaban; y básicamente, que si me expresaba, eso incluso podría disgustar a los demás.

A menudo era difícil que la gente me entendiera, puesto que hablaba en voz baja, pero era porque principalmente no me tengo mucha confianza. Recientemente, un practicante me señaló esto repetidamente entre risas, lo cual me movió bastante.  Quise llorar porque siempre sentía vergüenza por este defecto y a veces me había  afectado al aclarar la verdad.

Siendo un discípulo de Dafa, estos apegos profundamente enraizados en mi interior, estaban en mi contra  más que nunca. También pude ver que era capaz de eliminarlos gradualmente.

El Maestro dijo en “Zhuan Falun”: “La cultivación del habla que mencionamos se refiere a esa fama y esos beneficios entre la gente común que no pueden ser dejados y que no tienen relación con el trabajo concreto de los cultivadores en la sociedad; o parlotear entre los dizi de la misma vía sobre cosas inútiles; o presumir de sí mismo dirigido por apegos; o transmitir rumores de las vías pequeñas; o charlar muy gustoso y con excitación sobre algunos asuntos de la sociedad”.

Hay otra razón por la que se me hacía difícil hablar con otros cara a cara. Algunas cosas eran muy importantes, pero sólo podía sentir que no era capaz de expresarlas apropiadamente. Una de dos, o no encontraba las palabras adecuadas para expresar completamente lo que quería, o no era capaz de pensar con claridad. No lo había hecho bien, fallé en ser “verdadero”, había repetido una y otra vez todos mis conceptos post-natales y nociones. En esos instantes, me sentía muy arrepentido por haber informado mal a quienes confiaron en lo que les decía.

A veces, hago afirmaciones al azar, las cuales no son más que el reflejo de mis nociones humanas. Debería pensarlas desde la perspectiva de Dafa dizi.

Gradualmente me di cuenta que tenía un problema en cultivar el habla. A través del estudio del Fa, mi conciencia principal se volvió fuerte, ya no hablaba más con prejuicios, ni de chismorreos o cosas inapropiadas. Muchos de mis apegos eran mostrados a través de mis palabras, eso me dio una buena oportunidad para identificarlos y librarme de ellos.

Aumentar mi benevolencia a través de aclarar los hechos y mejorar mi xinxing

Desde que empecé a estudiar el Fa, he cambiado la forma en que miro a los demás. Ahora, me doy cuenta que antes tenía muchas nociones egoístas y carecía de benevolencia hacia los demás.

Ahora, podía sentir a menudo el sufrimiento de los seres conscientes, a veces, incluso sentía el impulso de ayudarlos y consolarlos. Poco a poco, me fui volviendo muy amable, ahora tomo más en consideración a los demás. Dejé de menospreciar a la gente, por el contrario  intenté entenderla, poniéndome en el lugar del otro. Si los pensamientos de desprecio hacia los demás venían, intentaba eliminarlos. ¿Qué me hacía despreciar a los demás? Era un malentendido de la situación, y no mirar dentro para encontrar la razón.

Por ejemplo, fui a una ciudad varias veces a aclarar los hechos; la gente local parecía bastante fría y arrogante. Un amigo íntimo dijo que él tenía la misma impresión. Luego, sentí algunas dificultades cuando aclaraba los hechos y reunía firmas para la petición.

Si permitía que este sentimiento se apoderara de mi mente, los menospreciaría y pensaría: “Bien, déjalos en paz, déjalos sentirse bien consigo mismos”. Con este pensamiento en mi mente, realmente quería mantenerme alejado de ellos. Pero si miraba hacia dentro, desconfiaría de este pensamiento y todavía sería capaz de continuar con mis actividades de aclaración de la verdad. Sabía que esto no era nada  más que un sentimiento, que puede expandirse o contraerse dentro de mí, pero que no es beneficioso. Este sentimiento estaba conectado con mi pereza, impaciencia y la mentalidad de buscar resultados. Realmente, en esta ciudad hay muchas personas agradables que no son como yo pensaba que eran. En mi nivel, aún no podía comprender algunas situaciones complicadas; sólo podía actuar con humildad y hacer lo que los discípulos de Dafa deben hacer. En resumen, la actitud correcta era, ser tolerante, perseverante y paciente, para entender que estaba ascendiendo a un nivel superior.

Transitar el  camino que el Maestro ha arreglado

Cuando aclaraba los hechos en el mercado, la mayoría de la gente que se paraba a conocer sobre la persecución de los practicantes de Falun Gong se conmovía. A algunos se le saltaban las lágrimas, algunos expresaban su indignación en contra de los que cometieron tales atrocidades, y algunos deseaban ayudar. Se llevaban algunos materiales y hojas de peticiones para sus parientes y amigos. Pero a veces las cosas no salían con tanta fluidez.

En un lugar apartado, había un pequeño mercado con muchos stands vacíos durante el verano. Llegué un poco tarde. El encargado del mercado me dijo que había encontrado un sitio apropiado para mí para que no obstaculizara a los demás. Consideré que el lugar no era malo del todo. El comerciante más cercano también estaba de acuerdo con que me pusiera allí. Al lado había un espacio amplio sin comerciantes, la gente podía acercarse libremente.

Todo parecía ir bien. Mientras estaba sentado en el stand, me dijo una mujer: “Hola, luego habrá una función en el mercado, si pones tu stand aquí, se reducirá mucho el espacio”. No esperaba que se me hiciera responsable de esto. Ya conocía a esta mujer de antes; hoy, había tenido problemas con otro comerciante que resultó ser el del stand vecino. Me volví precavido. Percibí que me traería problemas. ¿Qué poder tenía para decidir sobre los sitios de los comerciantes? Mi ira aumentó.

Le dije que me quitaría cuando empezara la función. Ella no aceptó, y fue a buscar a más gente que le apoyaba. Fui a hablar con el encargado del mercado; el encargado me expresó que no quería verse envuelto en esto e intentó encontrarme otro sitio. Finalmente, me cambié al otro sitio, donde pasaba menos gente. Más tarde, esta mujer empezó a jugar conmigo a “el ratón y el gato”, enviándome a otras personas a decirme que si venían los bomberos, mi stand estaría en medio del paso.

Recordé “Zhuan Falun” y recité: “Por eso, de ahora en adelante, cuando encuentres conflictos, no los tomes como accidentales. Porque cuando se producen los conflictos, éstos aparecen repentinamente, pero no existen por casualidad; eso es para que eleves tu xinxin”. Comprendí que esto era una prueba para mejorarme. Me tranquilicé y reconsideré.

Esto era mi prueba de xinxing. Miré adentro para ver si había algo que no había hecho bien. En primer lugar, no había conocido a los demás comerciantes ni les hice saber lo que estaba haciendo. Habría sido una buena oportunidad para aclarar los hechos ya que ellos seguramente no vendrían a mi stand. En segundo lugar, aún estaba usando mis nociones humanas para hacer las cosas; debería haber fluido con la situación, y no buscar resultados; tener fe en los arreglos del Maestro. También, debería intentar de la mejor manera acometer y pasar todas las inevitables pruebas para mejorar mi xinxing.

Cuando recuerdo a esta mujer que me trajo problemas, puedo ver sus apegos y su incapacidad para hacer buenos negocios. Aunque fue más astuta y más egoísta que los demás, al final también tendrá que sufrir por todos los actos malos que cometió. Ella me dio una oportunidad para mejorar. Se lo agradezco desde mi corazón. Esto también quiere decir que si tengo la oportunidad de encontrármela de nuevo, no tendría ningún resentimiento hacia ella; le hablaría de manera normal y amable.

Como discípulos de Dafa, todos nos encontraremos con dificultades y tribulaciones en la cultivación. Siempre que estudiemos continuamente el Fa, midamos nuestras palabras y acciones con el Fa, superaremos las dificultades y atravesaremos las duras pruebas; continuamente mejoraremos nuestro xinxing. En el futuro, debo tener más fe en el Maestro, en el Fa, seguir “Verdad, Benevolencia, Tolerancia”, y hacer bien las tres cosas.

Gracias a Dafa, fui capaz de eliminar gradualmente mis apegos y mi ye. Estudiar continuamente el Fa ha expandido mi mente. Estoy transitando un camino más recto y maravilloso

 

¡Gracias Maestro¡

¡Gracias compañeros practicantes!