(Minghui.org) Tengo 73 años y soy de la provincia de Jilin. He estado practicando Falun Dafa durante casi 14 años y me he beneficiado mucho. Mi camino de cultivación, tratando de hacer bien las tres cosas, ha sido bastante fluido. Quiero compartir con todos mis historias milagrosas de cultivación.

El milagro de la curación y de la salud 

Primero permítanme hablar de la curación y de la salud. Soy una mujer de 70 años. A mi edad, puedo llevar en bicicleta a un niño de más de 45 kilos a la escuela.

Antes de practicar Falun Gong, me quedaba en el hospital cada invierno hasta la siguiente primavera. Tenía muchos problemas de salud, incluyendo varios mini derrames cerebrales, bloqueo del corazón, presión arterial baja, gastritis, enteritis, nefritis, bronquitis, artritis, hiperplasia del hueso, etc. Cuando iba con algún médico, me veía obligada a permanecer en el hospital. Cuando me enfermaba, sentía que todos mis órganos internos estaban mal.

Cuando tenía que caminar, casi no podía mover las piernas. En las noches de invierno no podía usar el edredón, porque rápidamente me calentaba muchísimo. Entonces tenía que sentarme delante del ventilador para enfriarme. Veinte minutos más tarde, el episodio se repetía. Esto seguía y seguía y no podía descansar en las noches.

En menos de 20 días después de que empecé a practicar Falun Dafa, todas mis enfermedades se curaron. Recuerdo un día cuando mi hijo me pidió que salgamos. Me adelanté y mi hijo que iba detrás me llamó: "Mamá, espérame. ¿Por qué estás volando?". De repente, me di cuenta que mis pies no estaban tocando el suelo mientras caminaba.

Entonces, un día, comenzó lo que creo que es el proceso de eliminación de yeli. Me quedé en la cama por medio mes, sin comer, ni beber. No me podía mover y me dolía todo el cuerpo. Mis hijos estaban asustados. Les dije que no estaba enferma, que estaba eliminando yeli. Después de dos semanas, me había recuperado completamente. Era como si nada hubiera pasado. Mis hijos se quedaron impresionados y comenzaron a leer Zhuan Falun.

Superando una prueba

El 5 de junio de 2010 fue un día caluroso. Fui a ayudar a otros practicantes a comprar equipo y me caí de una motocicleta sobre cemento. Traté de ponerme de pie, pero no pude. Otro practicante me ayudó a pararme. Los dos dijimos que todo iba a estar muy bien puesto que somos practicantes. Pensaba que esto lo había hecho el mal porque quería impedirme salvar a los seres conscientes. Lo negué totalmente. Independientemente de los apegos que tengo, no permito que me persiga el mal.

Enviamos pensamientos rectos. Después de descansar, caminé a casa lentamente. El dolor me hacía sudar, sentía náuseas, y tenía la cara pálida. En la  casa, el dolor empeoró. Empecé a vomitar y sudar mucho.

En ese momento, vi a Shifu sentado junto a mí. Todo el pecho y la cavidad abdominal de Shifu estaban llenos de sangre. Lanzas perforaban su cuerpo, cabeza y cara, y la sangre corría hacia abajo. ¡Shifu estaba soportando una gran tribulación para mí y me animaba que la supere! Lloré.

Quería estudiar el Fa sin importar cuánto me dolía. No me podía sentar, ni tampoco acostar. Me puse de pie para escuchar la grabación audio del Fa. Me obligué a hacer los ejercicios. Estaba llena de sudor. Cuando hice el ejercicio “circulación celestial Falun”, me forcé a agacharme. Quería que cada movimiento sea exacto. El dolor me hizo temblar y sudaba excesivamente. Escuché un "golpe" en mi espina dorsal, y después fui capaz de rodear mis pies con las manos.

Al día siguiente, una compañera practicante vino a ayudarme. Permaneció durante una semana. Estudiamos el Fa y enviamos pensamientos rectos juntas. Una semana después, me recuperé totalmente bajo la protección de Shifu. Durante la semana, 18 personas que vinieron a verme renunciaron al partido comunista chino y a sus organizaciones afiliadas. Shifu me salvó una vez más. Le agradezco a Shifu por protegerme todo el tiempo.

Milagros en mi camino de cultivación

Cuando empecé a cultivarme, no podía levantarme temprano para unirme al grupo que practicaba los ejercicios a las 4 de la mañana. Cada día, Shifu me llamaba: "¡Levántate!". No había nadie más allí. Sabía que Shifu me estaba hablando a mí. Me levantaba enseguida e iba a hacer los ejercicios. Esto continuó hasta que pude levantarme a tiempo.

Cuando hago la meditación sentada, levito a menudo. Una vez, hice el ejercicio de meditación sentada junto con una compañera practicante. No le dije por adelantado que a lo mejor iba a levitar durante la práctica y se sorprendió por el sonido "Dong, Dong" que hice.

Una vez ayudé a un practicante a cambiar de lugar unos equipos que usamos para hacer materiales de aclaración de la verdad. Fue una distancia larga. Cuando llegamos al edificio del practicante, estábamos cansados. Vivía en el quinto piso. Pensé que sería bueno si alguien pudiera bajar a recogerlos. Pero enseguida sentí que mi pensamiento estaba equivocado. De repente, recordé la historia de un practicante que llevaba una bolsa de libros que se los iba a entregar a Shifu. Inicialmente el practicante consideró que la bolsa debía ser pesada, pero cuando la recogió vio que era muy ligera. Entonces pensé que Shifu estaba conmigo y que las cosas que llevaba también deberían ser ligeras. Sin pensarlo más, comencé a subir las escaleras. Sólo di dos vueltas, cuando levanté la cabeza y me di cuenta de que ya estaba en el quinto piso. ¿Cómo pude haber llegado ahí tan rápido? En mi camino de regreso, revisé y vi que había 8 vueltas para llegar abajo. ¡Shifu me había ayudado a caminar a través de otra dimensión! ¡Gracias, Shifu!

Shifu me acompaña cada vez que salgo a aclarar la verdad. En una ocasión, debido a mi descuido, cuando me fui de la casa olvidé apagar la estufa en donde estaba hirviendo agua. Cuando volví después de más de dos horas, el agua aún estaba hirviendo en la estufa. Aún más, el pote de agua no se había desecado.

En otra ocasión, usé una barra de calefacción eléctrica para calentar el agua en un recipiente plástico. Estaba en otra habitación, haciendo materiales informativos y se me olvidó por completo. Cuando me acordé y fui a checar, el agua se había secado, la barra de calefacción eléctrica se había quemado y el cable eléctrico estaba en llamas. Me apresuré a desconectar el interruptor y tirré el cable en el fregadero de agua para extinguir el fuego. Miré el pote de plástico, y vi que estaba bien. Si Shifu no me habría protegido, habría sido un desastre.

Muchos practicantes de Dafa han experimentado milagros. Ocurrieron por cultivarse en Dafa y por la ayuda y protección de Shifu. ¡Espero sinceramente que la gente no pierda esta oportunidad fugaz de obtener el Fa y ser salvada!