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Soy una pequeña Dafa dizi

Sept. 5, 2013

[Minghui Net] Mi nombre es Sansan, y nací en marzo del año 2000. Mi mamá y mi papá son ambos Dafa dizi. Dos días después de cumplir un mes, mi papá fue a Beijing a decirle a la gente que Falun Dafa es bueno. Como resultado, fue ilegalmente condenado por dos años.

En junio de ese mismo año, nos obligaron, a mi mamá y a mí, a vivir en el lugar de trabajo de mi mamá. Cada vez que salíamos del edificio, un par de personas nos seguían.

En septiembre de 2001, mi madre fue arrestada, y la policía le dijo a mi abuela que me llevara a la comisaría para ayudar a convencerla de que deje de practicar Falun Dafa. Observando tras las rejas, miraba a mi mamá, pero no lloré. No obstante, agarré las rejas con mis pequeñas manos y las sacudía sin parar, tratando de abrirlas.

Mi abuela y mis dos tías se turnaban para cuidarme.

Mamá fue liberada en 2003. Mi padre ya estaba en casa, y regresé con ambos. Sin embargo, los buenos tiempos no duraron mucho. Siete u ocho oficiales irrumpieron por la fuerza en mi cuarto en abril de 2004. Mi primo estaba allí, y se asustó tanto que no podía parar de llorar. El jefe de policía me preguntó si estaba practicando Falun Gong con mis padres. Amenazaron con esposarme. Le dije que era malo y que recibiría su retribución. Creyeron que mis padres me habían enseñado a decir eso, pero ellos nunca habían mencionado eso delante mío. Lo que dije fue exactamente lo que tenía en mi mente. Esta vez, arrestaron a ambos, y me quedé sola en casa.

Cuando mi abuelo vino a buscarme, al momento en que lo vi, lloré. Repetía una y otra vez: “Sansan no tiene papi, Sansan no tiene mami, Sansan no tiene hogar”. Mi abuelo me abrazó fuertemente con lágrimas en sus ojos. Esta vez, mis abuelos dijeron que mamá estaría en prisión por dos años, y papá por cuatro.

Mientras estaba con mis abuelos, fui al jardín de infantes, donde la maestra una vez me preguntó: “Sansan, ¿a qué se dedican tus padres? ¿Por qué nunca te vienen a buscar a la escuela?”. Le respondí: “Mamá trabaja en la corte, y papá es abogado. Ambos son buenas personas, y me aman mucho”.

Mi abuela también es Dafa dizi. A veces me lee Zhuan Falun, y me enseña a recitar Hong Yin. Lo disfruto mucho. En mayo de 2006, al llegar a casa después del jardín, no encontraba a mi abuela. Le pregunté a mi abuelo: “¿A dónde fue la abuela?”. Los ojos de mi abuelo estaban rojos por el llanto. Me dijo que había salido de la ciudad. Luego me enteré que mi abuela también había sido detenida por esas malas personas. Sabía en mi corazón que mi mamá, papá y abuela, eran todos buenas personas. Todos los practicantes de Falun Gong son buenas personas.

Mi madre regresó a casa en 2007, y me llevó a nuestra casa, donde ella vivía antes, para que pudiera ir a la escuela. Un día, al regresar de la escuela, dos personas estaban esperando afuera de la casa. Dijeron que estaban buscando a mi mamá. Les dije que no estaba. Dijeron que esperarían. Me preguntaron si venía gente a reunirse con ella. Sentía que no eran buenas personas, así que les dije que sólo mi mamá, mi tía y yo vivíamos ahí. Llamé por teléfono a mi madre y le dije que había unas personas buscándola. La llamaron y le dijeron que venga. Mi mamá les pidió que se vayan, diciendo que no debían acosarme. Luego descubrí que esas dos personas eran directores de la oficina local 610.

Cuando estaba en primer año, en la escuela primaria, durante una clase de educación física, los maestros nos autorizaron a tomarnos un descanso, así que decidí hacer flexiones en el pasto. De repente, siete u ocho compañeros se tiraron encima mío. Cuando se levantaron, no podía mover mi mano. Mis compañeros le contaron a la maestra, y me llevó de inmediato al hospital. Luego de una radiografía, el doctor dijo que había fracturado mi mano y me pusieron yeso.

A todos mis compañeros les gusta estar enfermos, porque estar enfermos significa que pueden quedarse en casa en vez de ir a la escuela. Cuando un estudiante faltaba por enfermedad, otros envidiaban mucho al estudiante ausente. Ya que estaba lastimada, no tenía que ir a la escuela. Estaba muy feliz. Sabía que mi mano estaría bien, ya que recitaba sin parar “¡Falun Dafa es bueno! ¡Zhen-Shan-Ren es bueno!”.

Nunca sentí dolor. Después de la escuela fui a casa y le conté a mamá que mi mano estaba bien, pero que no quería sacarme el yeso. Me dijo que Shifu dice: Decimos que lo bueno o lo malo vienen de un pensamiento de la persona” (Zhuan Falun).

No deberíamos buscar nada por nuestra cuenta. Entonces comprendí que estaba equivocada. Me sentí tan avergonzada, me saqué el vendaje y el yeso. Podía mover mi mano, estaba completamente curada.

Desde primero a sexto año, nunca he estado enferma. Soy saludable y estoy llena de energía. Mis compañeros son todos muy envidiosos. Soy muy sana por la misericordia de Shifu y los beneficios de practicar Falun Dafa.

En la escuela, escucho con atención en clase, y estudio muy bien. Cuando mi compañero, que se sienta junto a mí, intenta copiarse, lo detengo. Le pido que haga su propio trabajo. Si no sabe cómo hacer algo, tengo voluntad para ayudarlo. Sé que debo ser responsable y no sólo conmigo misma. También debo ser responsable con otras personas.

A veces, cuando un compañero me pateaba sin razón, nunca peleaba por eso, ni me quejaba. Tampoco le decía a la maestra. Trato a cada compañero con bondad. Todos mis compañeros quieren ser mis amigos, porque en mi corazón, tengo Zhen-Shan-Ren.

Ahora puedo estudiar el Fa por mis propios medios. Leo las escrituras de Shifu, Zhuan Falun, Hong Yin, y las lecciones que Shifu da en diferentes lugares. En mi vida diaria,  gradualmente he aprendido a tomar a Dafa como estándar y mirar hacia adentro. No quiero simplemente ser una persona noble, también quiero ser una verdadera Dafa dizi. Quiero contarles a la personas de todo el mundo: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Zhen-Shan-Ren es bueno!”.