[Minghui Net] Las últimas semanas han sido muy complicadas, porque todos los que trabajan conmigo en proyectos de medios de comunicación de Dafa no han estado disponibles por compromisos o problemas personales. Además de la presión del proyecto de medios, había perdido mi empleo.

La solución más lógica era mudarme a mi ciudad natal, tomarme un descanso, seguir buscando trabajo, y continuar adelante con el proyecto. Todo parecía muy sencillo, pero resultó cada vez más complicado con el paso de los días.

No podía irme de la ciudad donde estaba trabajando y necesitaba mantener mi lugar de residencia. Esto significaba que debía continuar pagando el alquiler mientras estaba sin ingresos.

Mudarme a mi ciudad natal no era factible por circunstancias familiares. En casa, cada uno tenía una opinión diferente con respecto a dónde debería ir y qué debería hacer. La interferencia abundaba y seguía poniendo a prueba mi nivel de tolerancia y autocontrol.

Parecía muy simple y fácil en la superficie, pero no lograba que los demás lo entendieran. Las diferencias de opinión entre mis parientes era tal que terminé dando vueltas por tres ciudades, mi antigua residencia, la ciudad donde había encontrado un nuevo trabajo por diez días en el mes, y mi ciudad natal.

Nuevos problemas brotaban de la nada de vez en cuando. Entre tanto, empecé a albergar quejas contra mis anteriores empleadores.

Mientras que los asuntos se intensificaban, mi mente comenzó a empañarse con pensamientos más intolerantes. También comencé a albergar reproches hacia mi familia, porque sentía que sus actitudes me creaban mas interferencias. Pensaba que con su apoyo, mi situación sería mas fácil.

Durante mi paso mas reciente por casa, le expliqué mis circunstancias y sentimientos varias veces a mi esposo, y le señalé cuán difícil, logísticamente, era para mí cargar con el equipaje, la cámara, y libros, al mudarme de una ciudad a otra con tanta frecuencia. Mis quejas constantes causaban muchos resentimientos entre nosotros de los cuales no hablábamos, y continué con mis quejas justo hasta el momento de subir al tren.

Recibí una nota de mi esposo (no practicante) al día siguiente, agradeciéndome por darle oportunidades para crecer. No obstante, no podía aún dejar el sentimiento de sentirme sin apoyo. Pensaba que él debía entenderme y no a la inversa.

Hoy, mientras empezaba mis ejercicios matinales, sentí un dolor en el pecho y anhelaba profundamente encontrar una respuesta a todos estos conflictos. De repente me di cuenta, que el dolor no se debía a la falta de apoyo ni a las situaciones difíciles, sino que era porque me estaba quejando e inquietando.

Estaba responsabilizando a otros por lo que estaba enfrentando, y eso me imponía una carga. Cuando me iluminé a esto, el dolor desapareció, y mi mente dejó de sentir interferencia interna.

Durante este tiempo, no sólo me había vuelto intolerante, sino que también había dejado de ser compasiva hacia otros. Recuerdo ahora que cada vez que compartí mis problemas con alguien, lo que decía resultaba no ser del todo verdadero, no parecía posible contar toda la verdad mientras me quejaba sobre otros o sobre las circunstancias. Sólo pensaba en mí, y esto me alejaba del Fa.

Aunque sabía que necesitaba practicar Zhen-Shan-Ren, en realidad no lograba salir de mis problemas, porque no me daba cuenta que responsabilizaba a otros por mis circunstancias.

Hoy siento que no es necesario estar tan afligida por lo que está sucediendo. Es suficiente sólo mantener pensamientos rectos.