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Falun Dafa reparó mi rostro desfigurado y me ayudó a recuperar la confianza

Sept. 23, 2013 |   Por una discípula de Dafa en Tangshan, provincia de Hebei

[Minghui Net]

En 1976 cuando el gran terremoto de Tangshan afectó a mi ciudad natal, me convertí instantáneamente de una niña bonita en una joven sobreviviente con rostro severamente desfigurado. Aunque finalmente pude volver a la escuela, los demás se burlaban de mi aspecto sin cesar y mi confianza quedó totalmente destruida. Incluso después de que entré a trabajar, todavía evitaba a la gente y nunca me atreví a salir con ningún hombre porque siempre me sentía inferior. Mi sufrimiento me hizo también sensible, celosa y de mente cerrada.

Sin embargo, todo esto cambió cuando empecé a practicar Falun Dafa en 1995. Mi rostro desfigurado volvió gradualmente a la normalidad y finalmente recuperé la confianza y dignidad. Tanto mi familia como mis amigos están contentos de ver que Falun Dafa me convirtió en una mujer llena de vida, tolerante y amable.

También he encontrado a un esposo cariñoso con quien disfruto de una relación gratificante. Las palabras no pueden describir mi gratitud a Falun Dafa y al Maestro y sólo puedo compartir con todos cómo recuperé mi vida a través de esta práctica maravillosa.

El terremoto arruinó mi vida

Tenía sólo diez años cuando pasó el terremoto. Mi hermana mayor y yo estábamos en la misma habitación y ambas quedamos enterradas en los escombros. Después de sacar a mi hermana con sus manos, mi padre estaba agotado y no podía moverse. Así que cuando finalmente fui rescatada por nuestros vecinos, ya había perdido la conciencia y muchas personas, incluyendo a mis padres, pensaron que no iba a sobrevivir.

Me acostaron en el suelo junto a mi hermana. Me despertó la lluvia, pero antes de que tuviera la oportunidad de decir algo, me desmayé otra vez.

Cuando abrí los ojos nuevamente, ya estaba en el hospital del condado. Los médicos curaron mis heridas y me mantuvieron hospitalizada un mes y durante este tiempo perdía y recuperaba la conciencia.

Todavía no era capaz de sentarme cuando mi padre me llevó a casa. Como me golpeé en la cabeza durante el terremoto, tenía un traumatismo leve y mi cabeza giraba como loca todo el tiempo.

Peor aún, mi rostro quedó extremadamente desfigurado. Perdí la audición del oído izquierdo, el lado derecho de la cara era un desastre, y tenía un corte profundo. El ojo derecho se hundió y los conductos lagrimales se obstruyeron, y como resultado las lágrimas corrían. Años después, incluso los tratamientos en un hospital mucho mejor, no pudieron destapar los conductos lagrimales.

La única cosa buena era que la visión del ojo derecho aún estaba bien. Después de descansar en mi casa por varios meses, finalmente me pude sentar y eventualmente empecé a caminar lentamente.

En aquel entonces, todo el mundo, incluyendo mis padres, parientes, vecinos, maestros y compañeros de clase quedaron impactados cuando me vieron la cara. Fue simplemente aterrador ver cómo un desastre natural había convertido a una niña bonita en un patito feo.

Mi vida de miseria acababa de empezar. Antes del terremoto, me destacaba en todo, tanto en lo académico como en lo no académico y era muy apreciada por mis profesores y compañeros.

Mis heridas provocaban interminables burlas por parte de los muchachos crueles quienes me insultaban e incluso me golpeaban. Cuanto más temía verlos, más a menudo me topaba con ellos. Mi confianza estaba prácticamente destruida. Mientras aguantaba el acoso, me volví extremadamente sensible y al mismo tiempo vanidosa. También me dolió enormemente que la escuela me haya excluido totalmente de asistir a muchas actividades de rendimiento debido a mi aspecto. No ayudó que algunos profesores de mala calidad incluso me despreciaran abiertamente.

Aunque todavía era una excelente estudiante, renuncié a todas las oportunidades de ser presidenta de la clase ya que no quería convertirme en objeto de acoso. Mientras tanto, no podía dejar de odiar a los que me insultaban y me fastidiaban y juré que nunca volvería a hablar con ellos.

Las cosas empeoraron después de que entré a trabajar. Mientras crecí, mi deformidad sólo me trajo más dolor, especialmente en un momento y un lugar donde la gente sólo valora el dinero, el poder y las apariencias.

Cuando mis colegas femeninas charlaban sobre maquillaje y moda, me escondía en las esquinas y no quería atraer la atención a mi cara. Tampoco me atreví a salir con ningún hombre, ya que no creía que alguien pudiera pensar que era suficientemente bonita para ser su novia.

Como resultado, me volví una persona de mal genio y les hacía a menudo rabietas a mis padres y hermanas cuando llegaba a casa. Realmente nadie entendió mi sufrimiento y a veces rezaba a Dios para que por favor me ayudara.

Falun Dafa recuperó mi vida

Justo cuando estaba en total desesperación, me encontré con Zhuan Falun en mayo de 1995. Cuando abrí el libro, vi la foto del Maestro trajeado y sonriéndome compasivamente. Sentí como si hubiera encontrado a mi familia perdida. Una cálida corriente atravesó todo mi cuerpo y supe que tenía esperanza. Leí el libro entero tres veces seguidas y desde entonces nunca lo pude dejar.

A través de la lectura constante de Zhuan Falun, empecé a ver que este mundo tenía más que ofrecer que solo cosas oscuras y sucias. Con un Maestro tan bueno difundiendo una práctica tan maravillosa, qué suerte tuve de haber podido convertirme en una practicante. Todas las cosas que me habían hecho sentir inferior y molesta, de repente parecieron nada. Comprendí que eran deudas acumuladas en mis vidas anteriores que tenía que pagar esta vez.

Ya no me sentía miserable y triste. Viendo que me volví más sociable y tolerante, todos mis colegas estaban dispuestos a conversar conmigo. Mi cara ya no me preocupaba y ya no me molestaba hablar de moda y maquillaje.

La vanidad intensa, el odio y celos que tenía antes, también desaparecieron y me sentí a gusto hablando nuevamente con aquellas personas que una vez hirieron mis sentimientos.

Al cambiar mi carácter, me alegró ver que me volvía más inteligente y más rápida. Como resultado, me destaqué en mi trabajo.

Mis padres y hermanas estaban eufóricos y pronto se convirtieron en practicantes de Falun Dafa.

La conmoción del terremoto se curó totalmente y el lado derecho de mi cara volvió a la normalidad. Sin una mirada cuidadosa, uno no podía ni siquiera detectar que alguna vez hubo un corte profundo. Antes de darme cuenta, los conductos lagrimales del ojo derecho se destaparon. Sentía todo el cuerpo ligero y saludable.

Además, me casé y tengo un esposo amoroso.

Creo firmemente que todo lo que tengo hoy son bendiciones del Maestro. ¡Una vez más, agradezco al Maestro por haber reconstruido mi vida!