[Minghui Net] El pasado 07 de marzo de 2013, Die Zeit, la revista semanal más leída en Alemania, publicó un artículo sobre la sustracción de órganos a practicantes vivos de Falun Gong que realiza el partido comunista chino, para después venderlos a pacientes occidentales en el mercado de órganos. Esta acción criminal les da una importante fuente de ingresos. 

Bajo el título "Corazón por encargo" (Herzauf Bestellung), el artículo comienza con la historia de un preso condenado a muerte por aclarar los hechos sobre cómo los practicantes de Falun Gong son víctimas de sustracciones de órganos estando aún vivos.

El artículo se basa en la información detallada reunida por el abogado canadiense Sr. David Matas y el ex Secretario de Estado canadiense Sr. David Kilgour y toca temas éticos para las compañías farmacéuticas y hospitales europeos implicados en este campo. Las dos personas realizaron una investigación y publicaron documentos acerca de la sustracción sistemática de órganos a practicantes de Falun Gong en los hospitales, en los campos de trabajo forzado y en las cárceles en China continental.

Un blog eliminado en Beijing suscita interrogantes a la comunidad médica occidental

 El 6 de diciembre de 2012, según noticias publicadas en el blog de un abogado de Beijing, un condenado a muerte fue ejecutado a toda prisa, a pesar que el tribunal superior había emitido una notificación de revisión del caso. Evidentemente, necesitaban los órganos del prisionero.

Para obtener ganancias el hospital se apresuró a sustraer los órganos "en su mejor estado". "Jueces y médicos, desprovistos de conciencia, han transformado los hospitales en áreas de ejecución y en un mercado de órganos", protestaba el abogado en el blog. En el espacio de un día, el mensaje había sido republicado 18.000 veces; la mitad de las personas que lo republicaron dejaron comentarios. Entonces el artículo fue eliminado rápidamente de Internet.

"En un momento dado, una persona debe morir para prolongar la vida de otra persona. Esto puede llevarse a cabo solamente bajo el sistema de trasplantes establecido en China, en nombre del progreso y del dinero", según el artículo del Times. También comentaba que el PCCh sustraía desde hace tiempo los órganos a los presos.

Compañías farmacéuticas occidentales involucradas

Al hacer ganancias, vendiendo a los pacientes occidentales los órganos obtenidos mediante el homicidio, el PCCh también ha involucrado a compañías farmacéuticas occidentales. Los fabricantes farmacéuticos de occidente han introducido algunos inmunosupresores en el mercado chino y se han concentrado en la investigación sobre la cirugía de trasplantes. Es muy probable que los órganos utilizados para las pruebas y para la investigación procedieran de presos ejecutados.

"Los hospitales y los médicos occidentales prestan apoyo técnico a los centros de trasplante de órganos chinos, pero jamás se han preguntado sobre esto. Los asesores occidentales del régimen chino, observan de cerca las tendencias chinas, bajo el pretexto de promover cambios en las operaciones de trasplante".

"Los vehículos de transporte occidentales importados, se convierten en lugares móviles de ejecución. Un vendedor chino de transportes hacía publicidad en Internet de sus vehículos de marca europea, con cámaras de vigilancia farmaceútica y equipamiento para inyecciones, etc. Esta es una indicación aterradora de que los médicos trabajan en complicidad con los verdugos".

Un alto funcionario chino implicado

El artículo menciona también la investigación de Wang Lijun: "China está estudiando activamente cómo matar gente, usando inyecciones de sustancias letales, sin afectar la calidad de los órganos".

"El año pasado, debido a una serie de escándalos políticos, Wang Lijun, fue condenado a muchos años de prisión. Wang era el ex jefe de la oficina de seguridad doméstica de Jinzhou y fue responsable durante años de un instituto psicológico y médico-legal. Por haber desarrollado con éxito una variedad de métodos de ejecución, fue galardonado con el prestigioso "premio a la contribución innovadora especial de Guanghua".

"En su discurso en la ceremonia de premios, dijo que había inventado una nueva solución para la preservación de órganos, suficiente para mantener sin problemas los órganos de los presos asesinados con inyecciones letales.

También declaró haber utilizado miles de cuerpos de personas en sus "experimentos de ejecuciones".

Un desafío a la comunidad médica occidental

El artículo desafía a la comunidad médica occidental: "Los médicos han actuado en contra de los estándares éticos de su profesión. En la delgada línea que separa la cooperación con la connivencia, un sinfín de complicaciones han silenciado a las personas involucradas". La pregunta es:

* ¿Cual es el precio de la moral?
* ¿Hasta dónde llega la ambición de los investigadores médicos?
* ¿De qué cantidad es el beneficio?
* Si los occidentales no quieren manchar sus manos con sangre, ¿dónde está el límite para que eso no ocurra?

El artículo también menciona que muchos médicos chinos, han recibido formación de alto nivel en hospitales y centros de trasplantes en Alemania: "Los médicos chinos obtienen tecnología médica que les permite extraer los órganos de los presos ejecutados en China, violando así los derechos humanos".

Un médico israelí toma posición

Mordechai Shtiglits, vive con su esposa en Petach Kivka, cerca de Tel Aviv, la segunda ciudad más grande de Israel. Estuvo hospitalizado en el Centro Médico Sheba durante año y medio a la espera de un corazón, pero resultó en vano. Por ello, en 2005, ingresó en el hospital Zhongshan en Shanghai.

En el espacio de una semana, un cirujano le consiguió un corazón muy joven. Le dijeron que el donante, era un joven de 22 años de edad, que murió en un accidente de coche.

Según análisis de Die Zeit: "El argumento no era convincente. Si bien es cierto, en China mueren cada año 60.000 personas en accidente de tráfico, los médicos no podían saber de antemano quién iba a morir por esta causa. Por otra parte, hasta la fecha el país todavía carece de un sistema logístico central para asignar y transportar rápidamente los órganos".

Con respecto al origen de los órganos, el hospital debe tomar nota y hacer una información detallada con respecto a los donantes u órganos donados. Pero el documento que poseía el hospital Zhongshan sólo recogía estas líneas: diagnóstico de admisión, valores de laboratorio, medicamentos administrados y acciones recomendadas.

"Todo el mundo rechaza la utilización de órganos de presos ejecutados. El trasplante se ha establecido teniendo como base las donaciones voluntarias. Con los presos, no hay voluntad libre, al menos según la definición global de la Asociación Médica Mundial y de la Sociedad Internacional de Trasplantes. Pero el estilo chino de corrupción moral, está muy lejos de eso".

"Si un paciente rico necesita un órgano en un determinado límite de tiempo, quedarse a la espera que un donante compatible sea ejecutado en el momento oportuno no resuelve su problema". La autoridad carcelaria debe elegir deliberadamente e inspeccionar el estado de salud de los presos, incluido el tipo de sangre y la morfología del tejido celular, para después proceder a la ejecución. Todo esto debe suceder cuando el demandante del órgano esté todavía en China". El famoso moralista de Nueva York Arthur Caplan escribió en "Órganos del estado": El abuso de trasplantes en China en 2012; "Es ni más ni menos un asesinato por encargo".

Jakob Lavee era el médico de Shtiglits y también el presidente del departamento de trasplantes cardíacos en el centro médico Sheba. Como médico, sólo podía desear que sus pacientes recibieran el mejor tratamiento posible, pero no a cualquier precio.

Según Die Zeit, Lavee continuó ayudando a Shtiglits después de regresar a China. El experto cardiólogo estaba realmente satisfecho con los progresos que se hacían en Shtiglits, pero al mismo tiempo preocupado por la extensión de la vida de una persona, a cambio de la muerte de otra persona.

Una gran parte de los costos del trasplante de corazón de Shtiglits en China, estaba cubierta por las compañías aseguradoras. Gracias a la persistencia de Lavee y su trabajo duro, en 2008, Israel aprobó una ley que estipulaba que cualquier solicitud de trasplante de órganos efectuada en un país que permite el comercio de órganos, no estaría cubierto por ninguna compañía de seguros.

Desde la promulgación de esta ley, esencialmente ningún israelí ha ido a China para un trasplante de órganos. En Internet, Lavee ha sido criticado como el obstáculo que impide a los pacientes ir a China. "Ante esta acusación, me sentí muy orgulloso" dijo, Lavee.

Pruebas cada vez más evidentes

Entre 1999 a 2007, el mercado de órganos se desarrolló rápidamente. En 2003, el número de trasplantes de órganos en China comenzó a crecer de una manera alarmante. Entre 2003 y 2006, hubo un auge en el turismo de trasplantes de órganos en China. En 2007, el régimen chino lanzó un nuevo reglamento que prohibía la venta de órganos.

La publicación de Die Zeit tiene su propio punto de vista sobre los encubrimientos excesivos del PCCh: "En ocasiones, el régimen chino se compromete en campañas de exterminio, apoyados por los medios de comunicación: por ejemplo, en agosto de 2012, la policía del PCCh detuvo a 137 sospechosos de estar implicados en el tráfico de órganos, incluyendo 18 médicos. Al mismo tiempo, los mas importantes sitios web como chinahealthtoday.com, placidway.com y novasans.com hacían publicidad de guías de hospitales y centros para el turismo médico en toda China. ¿Y en cuento al Estado? Esencialmente, detrás de estos anuncios sólo figuraban las agencias.

En los últimos años, el conocido abogado David Matas, experto en derechos humanos y el ex Secretario de Estado para Asia-Pacífico David Kilgour, realizaron investigaciones independientes, reuniendo una gran cantidad de evidencias concretas, sobre la sustracción forzada de órganos en China a practicantes de Falun Gong.

La evidencia obligó a los medios occidentales a enfrentar la verdad: en China, "el aparato estatal no prohíbe el comercio de órganos".

El artículo de Die Zeit subraya que el informe de Matas y Kilgour define exactamente el sufrimiento de los practicantes que aunque no son condenados a muerte, son ejecutados porque sus órganos son compatibles para algunos pacientes.

En su presentación sobre la situación de los practicantes de Falun Gong, Matas y Kilgour fueron escrupulosamente objetivos. Reunieron evidencias provenientes de los mismos practicantes, como por ejemplo, diferentes pruebas médicas a las que fueron sometidos durante su encarcelamiento y la información acerca de aquellos que desaparecieron y cuyos cuerpos fueron descubiertos con órganos sustraídos.

Entrevistaron a pacientes extranjeros que viajaron a China para un trasplante de riñón o hígado. Incluso entrevistaron a conspiradores que participaron en la cirugía para la extracción de órganos.

También grabaron conversaciones telefónicas de los centros de trasplante de China continental donde los investigadores se hacían pasar por familiares de pacientes que pedían órganos de practicantes de Falun Gong.

Los practicantes de Falun Gong, considerados los donantes de órganos más apropiados

Los practicantes de Falun Gong se consideran los donantes de órganos más apropiados, porque la mayoría de los delincuentes están infectados por la hepatitis B.

En marzo de 2006, se registró una llamada telefónica con el hospital Zhongshan; cuatro meses después de que Shtiglits tuvo su trasplante de corazón. La persona que lo llamaba quería saber si se podía obtener órganos de practicantes de Falun Gong. El médico respondió inmediatamente: "Aquí, sólo utilizamos los órganos de los practicantes de Falun Gong".

Los alegatos formulados por ambos canadienses eran "no sólo investigaciones profundas sino también de gran importancia", dijo, Manfred Nowak, profesor de derecho internacional en la Universidad de Viena y Relator Especial sobre la tortura de las Naciones Unidas, hasta el año 2010.

Dijo, que un indicador clave era el hecho de que el aumento de número de operaciones de trasplantes en China, coincidió exactamente con la intensificación de la persecución a practicantes de Falun Gong.

Deberíamos exigir al régimen chino que revele la fuente verdadera de los órganos

En nombre de las Naciones Unidas, el Sr. Novak ha exigido que el régimen chino revele la verdadera fuente de todos los órganos trasplantados. El Sr. Nowak dijo que el PCCh negó la acusación con su habitual "propaganda", pero que no refuta estos hechos.

Die Zeit destacó igualmente que el Congreso estadounidense ha leído el informe Kilgour / Matas, incluyendo la prueba documental. Más tarde, un cuarto de los miembros de la Cámara firmaron una carta dirigida a la Secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, pidiéndole que el Consejo de Estado revele toda la información sobre "el abuso terrorífico de los trasplantes de órganos".

Concluyendo, el artículo menciona que una practicante de Falun Gong alemana, Liu Wei, fue golpeada y privada del sueño, mientras estuvo detenida ilegalmente en un campo de trabajo chino. Ella y otros practicantes fueron sometidos a un examen médico por diez policías y diez médicos. Sólo a los practicantes de Falun Gong se les aplica reconocimiento médico.

Les hicieron análisis de sangre y una ecografía de todos sus órganos. Los médicos también le preguntaron si había tenido enfermedades genéticas. Pasó seis veces por el reconocimiento médico pero nunca le informaron sobre los resultados.