[Minghui Net] Nací en 1997, y mis padres son ambos practicantes de Falun Gong. Personas mayores me han dicho que nací en un buen momento y que era mimada. Desde que era pequeña, mi madre me impulsaba a estudiar los libros de Falun Gong y a practicar los ejercicios. Sabía que Falun Gong era bueno y aprendí algunas cosas de los libros, pero cuando fui creciendo prefería estar afuera jugando. Afortunadamente, el Maestro siempre me ha cuidado y logré superar varias pruebas de ye de enfermedad. Además, estuve tres semestres superando la prueba de ser maltratada por un compañero de mi clase. Aprendí como cultivarme después de estas experiencias, y comencé a prestar más atención al estudio del Fa. 

Cuando estaba en sexto grado de la escuela primaria, era consciente de la mala influencia de mis compañeros, aunque me atraían las cosas degeneradas, incluyendo la televisión. Mientras estaba intentando eliminar mis apegos a estas cosas estudiaba mucho el Fa. Me ayudó a crear una buena base para mi cultivación, y a darme cuenta de cuán profundo y misericordioso es nuestro Maestro. Poco a poco entendí la seriedad de Fo Fa que Shifu ha impartido, aunque aún no comprendía muy bien el significado de cultivarme genuinamente. 

Enfrenté mi primera gran prueba cuando estaba en primer año de la escuela secundaria. Mis valores eran muy diferentes a los de mis compañeros, y muchos de ellos pensaban que yo era muy extraña. Incluso mi mejor amiga me peleaba y hasta me golpeaba. No entendía por qué mis compañeros me trataban tan mal. 

Además, me dio vergüenza descubrir que me gustaba un chico de la escuela. Los pensamientos sobre él me abrumaban, y apenas podía superar los ataques del yeli de pensamiento. Mi desempeño académico empezó a deteriorarse. Mis padres, que solían ser cariñosos, se volvieron fríos y distantes, lo que era insoportable, ya que me sentía completamente sola e incomprendida. Sentía como si hubiera una pared que me separara del mundo, tanto en la escuela como en mi casa. Sin embargo, siempre me sentí valorada cuando estaba en casa. Estaba muy triste y la cultivación se convirtió en mi único consuelo. A pesar de esto, mi madre apagaba mis ánimos diciendo cosas como: “Nunca alcanzarás la Perfección de este modo. Cuando llegue el momento, te quedarás aquí y verás cómo otros alcanzan la Perfección”. A veces me desestimaba por completo, diciendo: “No eres de ningún modo una practicante de Falun Gong”.

En este momento incluso temía cuando estudiaba el Fa. Me preguntaba: “¿Soy digna de practicar Falun Gong?” Ya era hora de reflexionar. 

Al relacionarme con el mundo tenía que interactuar con personas, pero me atormentaba lo que mi madre decía sobre mí. Una noche, sostenía el libro Zhuan Falun entre mis manos, contemplando si era una verdadera practicante y si aún era diga de practicar. Pensaba en cómo fuimos elegidos tiempo atrás para venir a la tierra. Los practicantes han soportado todo tipo de dificultades durante las incontables reencarnaciones solo para practicar Falun Gong hoy en día. Me di cuenta de los innumerables seres conscientes que contaban conmigo para su salvación, y la responsabilidad que tenía entonces de continuar con mi cultivación. Así comencé a estudiar seriamente Zhuan Falun. 

Mientras estaba estudiando el Fa, sentía que las nociones humanas en mi mente eran gradualmente reemplazadas con las enseñanzas de Falun Gong, y desarrollé una mejor comprensión del significado de compasión, que no es solo amabilidad. La compasión tiene un significado muy solemne y profundo que está más allá de mi capacidad para poder describirlo.

También intenté mejorar mi situación en la escuela. Gradualmente, mi mejor amiga no estuvo molesta conmigo y nos empezamos a llevar bien con mis compañeros. Incluso algunos abandonaron a los jóvenes pioneros del partido comunista chino (PCCh). Pude suprimir mi atracción hacia el chico, y comencé a desempeñarme bien académicamente. Mi madre descargaba muchos artículos que compañeros practicantes habían escrito sobre otras dimensiones espacio-tiempo y reencarnaciones. Los leía y aprendí mucho de ellos. Me sentía como un rey de un lejano cuerpo celestial, y llevaba la confianza de un rey. Incluso al enfrentar una prueba, me decía a mi misma: “Esto no es nada. Una vez que supere esta prueba, miraré hacia atrás y veré que fue muy fácil para ser una prueba”. 

El Maestro dijo: 

“Cuando atravieses una tribulación o una prueba real, haz la prueba; si es difícil de tolerar, trata de tolerar; si parece difícil de realizar y dicen que es difícil, entonces prueba un poco, a ver si realmente va o no va. Si de veras puedes llevarlo a cabo, descubrirás realmente que, ¡tras el verde oscuro del sauce, se hallan resplandecientes flores y otra nueva aldea!” (Lección Novena, Zhuan Falun)

Cuando pensaba que todo había vuelto a la normalidad, asistí a una colonia de verano en los Estados Unidos cuando estaba en el segundo año en la escuela secundaria. Estados Unidos es un país de libertad y democracia, pero me sentía como si estuviera un mes en prisión. Mis compañeros chinos, los maestros y la guía de turismo china me aislaron al verme hablar con una señora mayor china que estaba distribuyendo material de Falun Gong en la ciudad de Nueva York. Me criticaron y condenaron. Me sentí tan mal que comencé a llorar. Todos se mantuvieron lejos de mi durante el viaje.

Tuve miedo de encontrarme con practicantes de Falun Gong durante el resto del viaje, porque no quería que me traten de ese modo. Por la manera que era tratada, me sentía como si hubiera cometido un crimen. Al comparar con la manera abierta y honesta con que los estadounidenses se trataban entre sí, los chinos que estaban en mi tour se trataban entre sí con agresión y valores distorsionados. Fui testigo de cómo los chinos han sido corrompidos y controlados por la cultura del PCCh pero ni siquiera se dan cuenta de eso. Estaba derrotada por el miedo, por eso no lograba clarificarles la verdad de manera abierta y con confianza. Después de la colonia, cuando regresé a mi casa, soñé que estaba subiendo una oscura montaña, que tenía su cima cubierta por oro radiante. Intentaba avanzar, pero la luz enceguecedora me paralizaba. Al descender de la montaña, un compañero estadounidense me dijo en inglés: “Ése es tu camino”. Inmediatamente me di cuenta del significado del sueño, y me sentía superada por el arrepentimiento.

El Maestro dijo:

“No importa lo que hayas experimentado, tan pronto como te des cuenta del problema simplemente corrígelo de inmediato; si te caes, simplemente ponte de pie y continúa con las cosas que un Dafa dizi debe hacer”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Vancouver, Canadá, 2003)

Sabía que el Maestro había dicho eso, pero al mismo tiempo sentía que me estaba comportando realmente mal. Este pensamiento me persiguió durante mucho tiempo, y gradualmente fui perdiendo mi confianza. Solía ser inocente y pura, y ahora me había vuelto madura y diplomática. Antes era sincera y directa, pero ahora me estaba volviendo muy precavida cuando clarificaba la verdad sobre Falun Gong.  Naturalmente, los resultados no eran buenos. Incluso cuando hablaba con mi mejor amiga, temía ser completamente honesta. Esquivaba ciertos temas para no arriesgarme a caerle mal. Esto también afectaba mi cultivación. Cuando identificaba un apego, pasaba mucho tiempo analizándolo, como si lo estuviera estudiando académicamente. Dicho análisis no ayudaba a mi cultivación, sino que creaba la ilusión de estar cultivándome.

Cuando mis padres se preocupaban por mi cultivación, me confortaba diciendo: “Nada sucede. Ellos no entienden mi situación. Cuando dicen cosas como éstas no están actuando como practicantes de Falun Gong”. Cuando mis padres me reprochaban con enojo, me quedaba en silencio y no respondía, para evitar ser castigada. Cuando sólo lograba un pequeño avance, me consolaba en mi corazón diciendo: “Está bien. Al menos hice un pequeño progreso”. Finalmente sentía que me faltaba fortaleza e ímpetu cuando se trataba de eliminar mis apegos. Parecía que cedía constantemente. Estaba perezosa y apática y mi mente estaba repleta de pensamientos acumulados. Sabía que algo estaba mal, pero no lograba empujarme a mí misma fuera de ese pozo.

Cuando estaba empezando la escuela secundaria, le mostré a mi mejor amiga historias sobre reencarnaciones, y ella se sintió conmovida. Ella recordó una promesa que había hecho una vez en una vida anterior, y comenzó a practicar Falun Gong. Me di cuenta que me estaba quedando atrás en mi cultivación cuando  me ofrecí a pasarle la música de los ejercicios de Falun Gong. Antes de copiarle la música de los ejercicios de Falun Gong en un MP4, le pedí que borrara todo por respeto a Falun Gong. ¡Realmente no esperaba que ella borrara todo al día siguiente! Usaba el reproductor de MP4 sólo para Falun Gong. Me sentí tan avergonzada, porque yo era incapaz de eliminar mis apegos con tanta facilidad, y con frecuencia evitaba enfrentarlos. Cuando ella escucha las lecciones del Maestro, siempre se sienta con su espalda derecha y sus manos en posición de jieyin, escuchando con decisión. Ella se muestra muy contenta al clarificar la verdad sobre Falun Gong a las personas, y ha convencido a muchos de abandonar las organizaciones juveniles del PCCh. Yo fracasaba en ambas.

Cuando me sentía deprimida y derrotada, el Maestro arregló que ella empezara a practicar Falun Gong para que yo pudiera ver la diferencia entre nosotras. Desde que estudiamos el Fa y nos cultivamos juntas, ambas hemos logrado practicar y avanzar. Luego de intercambiar nuestras experiencias de cultivación y entendimientos, me di cuenta de que había estado cultivándome pésimamente. Me esforcé en ser diligente, y aunque el resultado no era satisfactorio, sentía que tenía esperanza.

Me volví nuevamente perezosa en las vacaciones de verano, cuando nadie estaba cerca para motivarme. De hecho estaba más haragana, y soñaba despierta. En realidad sentía como que tenía una cáscara a mi alrededor y que no era capaz de eliminarla. Derroché la mitad de mis vacaciones de verano, y cuando pensaba en mejorar, rápidamente volvía a los mismos hábitos.

Un día mi madre me recomendó que leyera un artículo escrito por una compañera practicante que trabajaba para el canal de televisión New Tang Dynasty Television (NTDTV). Ella fue transferida de un proyecto a otro debido a un conflicto entre dos coordinadores de proyecto. Ella conocía todo sobre el proyecto anterior, pero luego de ser transferida tuvo que empezar a aprender todo de cero. Aun así, terminó saliendo todo bien con su nuevo equipo de proyecto. Ella contribuyó su éxito al “humillarse a sí misma”.

Dicho artículo fue muy inspirador. Me di cuenta que la “confianza” era en realidad “arrogancia”. Era tan arrogante que no me atrevía a enfrentar mis faltas, y evitaba enfrentar mis apegos, y seguía justificándome cuando no me cultivaba lo suficiente. Temía clarificar la verdad abiertamente. Analizaba mis apegos en lugar de cultivarme a mi misma, y hacía todo eso para proteger mi “yo” o mi ego de resultar lastimada, aunque mi “yo” no era mi “yo verdadero”. El ego es el resultado de mis nociones adquiridas y los arreglos de las viejas fuerzas. Ese “yo” debe ser la cáscara que me envuelve. Me enfoqué en la cáscara al enviar pensamientos rectos. Me llevó veinte minutos hasta que sentí que había eliminado la cáscara.

Al día siguiente sentí que el Maestro purificaba mi cuerpo, y se sintió terrible. Cuando estaba sufriendo la peor parte, una frase saltó a mi cabeza, “Asimilándome al Fa”. Recordé de repente algo que el Maestro había dicho, 

“Recuerdo que di este ejemplo: si a una pieza de aserrín o una astilla de madera se la deja caer en un horno con acero fundido, en un instante ni siquiera podrías ver un rastro de ella. Una persona es como una astilla de madera y este Dafa del universo es como el horno con acero fundido. Asimilar a una persona, por el fin de asimilarla, es muy fácil”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Nueva Zelanda)

Si puedo asimilarme al Fa, avanzaré al instante. No hago bien en perder el tiempo preocupándome sobre esto y aquello. Los apegos son apegos, y se van una vez que los elimino. Al notar esto, sentí que mi campo de energía había sido purificado, y yo no estaba soñando despierta.

Ahora estoy finalizando la escuela secundaria. Siento que hay una energía que me motiva a hacer las cosas bien. Soy una persona diferente. Me gustaría agradecer al Maestro por su compasión y su salvación. Es por su ayuda que yo he podido continuar con este camino.

Por favor, señalen cualquier cosa inapropiada en mis humildes iluminaciones. 

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