[Minghui Net]

La policía me arrestó y me detuvo en julio de 1999 por esconder un asesinato. Estaba decepcionada y amargada, y mi futuro parecía no tener esperanza alguna. Solía gritar y correr por todos lados irracionalmente.

Un día, los guardias dijeron que varios practicantes de Falun Gong serían detenidos en mi celda. Sentí algo de recelo, ya que al igual que todos en China, había escuchado las mentiras del partido comunista chino sobre la práctica, así que no sabía qué esperar. Mi cuñada, que fue detenida por la misma razón que yo, me tranquilizó y me dijo que los practicantes de Falun Gong eran buenas personas.

Tan pronto como llegaron los practicantes, los guardias inmediatamente dejaron todo lo que estaban haciendo y comenzaron a maltratarlos. Los insultaban, los golpeaban y los forzaban a escribir declaraciones que denunciaban a Falun Gong. Las encías de algunos practicantes sangraban de las golpizas. Muchos estaban cubiertos de moretones y sus piernas se habían vuelto moradas por los golpes.

Cuando los practicantes iniciaron huelgas de hambre para protestar el maltrato, los guardias los torturaron con alimentación forzada. Vi a varios guardias presionando fuertemente las extremidades y la cabeza de una practicante, mientras insertaban un plástico grueso por su nariz. La horrorosa imagen de esa practicante temblando y luchando debido al dolor dejó una imagen duradera en mi mente.

Esta era la primera vez en mi vida que veía a gente mantenerse firme en sus creencias a pesar de la alta presión y severa tortura. Me dio curiosidad: ¿Cómo es que estos practicantes podían permanecer en calma y positivos a pesar del maltrato? Parecía que su fortaleza interna les daba el poder de superar esas dificultades tan insoportables.

Comencé a hablar con ellos y estaba ansiosa de escuchar lo que tenían que decir. Hablando con practicantes, me sentí motivada y recuperé algo de esperanza para el futuro.

Un practicante me dio una copia de Zhuan Falun. Me gustaba mucho leerlo. Siempre que abría el libro y pasaba a la página con la foto de Shifu Li Hongzhi, siempre veía a Shifu sonriéndome. Me calmé y dejé de preocuparme sobre mi vida. Todos los días estudiaba el Fa y hacía los ejercicios con otros practicantes.

Shifu dijo en Zhuan Falun:

“Siendo un cultivador, el curso de tu vida cambia desde hoy en adelante, mis Fashen te lo arreglan nuevamente. ¿Cómo lo arreglan? ¿Cuántos años les quedan a algunas personas en el curso de su vida? Ellas mismas no lo saben; algunas personas pueden contraer alguna enfermedad grave después de un año o de medio año, una enfermedad que puede durar muchos años; algunos pueden sufrir una trombosis cerebral u otras enfermedades y quedarse completamente inmovilizados. ¿Cómo harás para cultivarte y refinarte durante el resto del camino de tu vida humana? Vamos a limpiar todo esto para ti, no se puede dejar que ocurran tales situaciones. Pero debemos aclarar de antemano que sólo podemos hacer esto para los cultivadores verdaderos. No se puede hacerlo a la ligera para la gente común; eso equivale a hacer algo malo. El nacimiento, el envejecimiento, las enfermedades y la muerte de las personas comunes tienen sus relaciones causales y predestinadas, las cuales no pueden ser dañadas a la ligera”.

Así que decidí convertirme en una practicante y comencé a cultivarme con todo mi corazón.

Un día un guardia me dijo que mi caso pronto iría a juicio. Fui sentenciada a tres años en prisión, a ser servidos como cinco años en libertad condicional. Así que retorné a casa varios días después.

Estoy muy agradecida por la ayuda de Shifu. ¡Me ha dado una nueva vida!