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Fragmento: Me di cuenta de que no era accidental haber sido testigo de la muerte repentina del joven. Esto era para que lo exponga e informe a sus familiares. No obstante, en la cárcel con vigilancia las 24 horas, ¡no podía ni siquiera tener papel y lápiz! ¿Cómo podría escribir? Incluso si tuviera papel y lápiz, ¿cómo tendría tiempo para escribir?

 Shifu dijo: “Existe razones detrás de lo que cada uno hace” (Enseñando el Fa en el Fahui de los Grandes Lagos de Norteamérica)(*).

Ahora sé que mis décadas de experiencias en editoriales de la industria de los medios fue para prepararme para asistir a Shifu en la rectificación del Fa.

Para finales del 2000 y febrero de 2003, utilicé mi habilidad de escribir para clarificar la verdad y compartir la bondad de Dafa. Estuve en la cárcel durante ese tiempo y escribí con sabiduría cartas de apelación, cartas a familiares y los llamados “informes de pensamiento” en contra de las malvadas autoridades y sus lavados de cerebros, y para revelar información de primera mano sobre la persecución.

Mientras que los discípulos de Dafa no olvidemos que somos Dafa dizi en el período de rectificación del Fa, y mantengamos nuestra mente en el Fa, tenemos la protección de los Fashen de Shifu. Podremos entonces superar las dificultades y mostrar la magnificencia de Dafa y la compasión sin límites de Shifu.

Es como dijo Shifu en: “Enseñando el Fa en Manhattan”.

Por supuesto, a pesar de todo, ustedes son Dafa dizi que hicieron votos, por eso vuestras vidas existen junto con Dafa. Hay un Fa tan grande, y en el pensamiento recto Dafa está junto con ustedes, estas son una protección y una garantía gigantes”.

Me gustaría compartir mis experiencias de clarificar la verdad desde la cárcel, y compartir el entendimiento que he ganado. Por favor, señalen cualquier cosa inapropiada en mi entendimiento.

Un joven fuerte muere de repente

En noviembre del 2000, fui ilegalmente arrestado bajo el cargo fabricado de “reunión ilegal” y detenido en el centro de detención Nº 3 en una ciudad. Un día alrededor de las 10:00, dos oficiales arrastraron a un joven a la celda. Estaba esposado y encadenado.

La policía solo le quitó las esposas, pero le dejaron los grilletes. Estaba en la mitad de la quinta fila, sólo a dos personas de mí. Este joven tenía 38 años, soltero. Acababa de terminar un retiro voluntario en su empresa y había ido a Beijing a validar el Fa y apelar por justicia para Falun Gong. Decidió que no regresaría a casa hasta que la injusta situación de la persecución fuera rectificada. Muchos practicantes tenían el mismo pensamiento en ese momento.

Antes de que el joven fuera a Beijing, hizo muchas copias de material para la clarificación de la verdad y la entregaba a la gente. La policía lo arrestó. Fue golpeado gravemente y tenía moretones por todo el cuerpo. Pero se rehusó a dar su nombre o su dirección. Por lo tanto terminó en el centro de detención.

Un practicante se inclinó hacia él y le murmuró: “¿necesitas ayuda?”. Miró al practicante y le dijo: “Gracias, tengo a Shifu y al Fa. No necesito nada más”. Esto fue al comienzo de la persecución. Muchos de nosotros lo miramos con admiración.

Por la noche, escuchamos que el joven fue trasladado a la sala Nº 6, que tenía la reputación de atacar con la peor tortura y abuso. Estaba al lado de mi celda, por lo que podía escuchar todo.

El jefe de la sala Nº 6 había torturado a muchos prisioneros y a algunos practicantes de Dafa hasta la discapacidad para poder ganar compensación y una pronta liberación. Tenía tres matones, también prisioneros, bajo su cargo. Los centros de detención y campos de trabajo en China usan a tales matones entre la población carcelaria para manejar a otros prisioneros.

Por la noche, el prisionero a cargo cerró la puerta y comenzó el interrogatorio. Primero le pidió a los matones que forzaran al joven en la posición de “apoyar un aeroplano”, el cuerpo doblado a un ángulo de 90º con ambos brazos estirados. Luego le demandó: “¿Cuál es tu nombre? ¿Dónde vives?”. El joven se rehusó a responder.

Los tres matones le dieron una ronda de trompadas y patadas. Luego de un corto descanso, el joven aún estaba en silencio. El prisionero a cargo pensaba que el joven era terco. Dijo: “Mostrémosle algo de sangre para ver si sigue siendo tan fuerte”.

Los matones comenzaron a golpear al joven con cachiporras. Enseguida, tuvo una pierna y dos costillas rotas. Los gritos del joven sonaban tan trágicos. Se desmayó y fue llevado a la enfermería. Se quejó toda la noche. Él se quejaba del dolor y yo también me quedé despierto toda la noche.

Al día siguiente, el guardia a cargo de la sala Nº 6 habló con el prisionero a cargo afuera de la puerta. Estaban justo fuera de mi celda y pude escucharlos claramente. Le preguntó: “¿Confesó algo ese Falun Gong?”. “No, el tipo es cabeza dura. Ahora tiene una pierna y dos costillas rotas”. El guardia dijo casualmente: “Solo presta atención a tu enfoque y estrategia. Si no obedece y resulta que se muere, bueno, así tenía que ser. Tenemos permiso para dos muertes por año y todavía no se cumplió con ninguna”. El guardia a cargo asintió.

Una noche, el joven fue trasladado a la “sala de disciplina”. Según otros practicantes que estaban al lado de esa sala, se escuchaban fuertes ruidos de golpes a una persona. Hubo gritos al principio, pero silencio después.

Durante el día, el joven gemía del dolor. No podía comer nada. El doctor le dijo: “No has comido por cuatro días. Si no comes tu cena hoy, tendrás que ser alimentado por la fuerza, ¡piénsalo bien!”.

Luego de las 21:00 el doctor pidió a varias personas de la sala Nº 6 que lo ayudaran con la alimentación forzada. Cuando el doctor entró al cuarto, tres matones y el prisionero a cargo le agregaron sal al líquido que era para alimentar al joven.

Durante la alimentación forzada, el joven dijo: “¡Está muy salado! ¡Me está asfixiando! ¡Deberán enfrentar la retribución!”. De inmediato perdió su voz y sólo tosía gravemente. El doctor estaba enojado: “¿Quién hizo esto? ¿Quién intentó sabotearme?”.

El prisionero a cargo susurró en el oído al doctor, quién no dijo nada. Alrededor de la medianoche, no se escuchó más toser al joven, sólo unos pasos que trasladaban al cuerpo. El joven había muerto.

¡Un hombre joven asesinado en sólo dos días! ¡Fue tan terrible! Las cárceles bajo el régimen comunista no respetan la vida para nada. Matar a una persona es tan fácil como pisar a una hormiga. Me sentí tan oprimido.

El centro de detención convocó a una reunión urgente. El prisionero a cargo había cumplido su sentencia y fue liberado. Los tres matones fueron trasferidos a otro lugar. El centro de detención habló con todos los involucrados en el caso. Iban a mantener sus bocas cerradas por interés y seguridad propia. Todo parecía volver a la normalidad, como si el joven nunca hubiera existido.

Me di cuenta de que no era accidental haber sido testigo de la muerte repentina del joven. Esto era para que lo exponga e informe a sus familiares. No obstante, en la cárcel con vigilancia las 24 horas, ¡no podía ni siquiera tener papel y lápiz! ¿Cómo podría escribir? Incluso si tuviera papel y lápiz, ¿cómo tendría tiempo para escribir?

Un maestro jubilado estaba en mi celda y sabía lo que pensaba. Me dijo: “Sin importar cuán mala es la gente, tienen que abusar de otros para sus asuntos. Si tienes un deseo fuerte, quizás podamos ayudarte”. Estaba muy feliz y dije: “¡Muchas gracias!”.

Pedí lápiz y papel para escribir mi carta de apelación. El guardia no respondió. El maestro jubilado tenía buena relación con él, y ayudó a convencerlo. Finalmente, el guardia accedió a darme lápiz y papel.

Terminé la carta. El maestro ya tenía un plan. Cosió la carta dentro de sus pantalones de invierno. Alisó sus pantalones y dijo: “No te preocupes, es lo único que puedo hacer por el pobre joven muerto. El joven podrá ahora descansar en paz”.

Dejé el centro de detención poco después. ¿Tendría algún seguimiento la causa del joven? No lo sabía. Sólo escuché que el centro de detención fue reorganizado. Los superiores y guardias hicieron un cambio de personal. Creo que el Cielo no dejará que esta gente malvada quede sin retribución.

La atrocidad del 14 de marzo

Varios días antes del año nuevo chino en 2001, me sentenciaron a dos años de prisión en un campo de trabajo forzado y fui trasladado al campo de trabajo de Huanxiling en la ciudad de Jilin, provincia de Jilin. El número de practicantes de Falun gong detenidos allí aumentó de repente a 200. El campo de trabajo reunió a practicantes de Falun Gong de cuatro divisiones y formó una única división especializada en arrestar a los practicantes de Falun Gong.

La división estaba compuesta por tres equipos: control estricto, control general, y control moderado. El equipo de control general estaba en el segundo piso, el de control estricto en el tercero y moderado en el cuarto.

El 10 de marzo de 2001, como resultado de una golpiza un practicante sangró en nariz y boca. No podía abrir un ojo. También fue castigado por tres días en encierro solitario. Practicantes del tercer piso decidieron hacer una huelga de hambre durante el desayuno en protesta por la brutalidad. Este sería un esfuerzo cooperativo de los tres pisos.

Al cuarto día de huelga de hambre, el principal del centro de detención pidió a los tres equipos que enviaran a seis representantes a una reunión. Junto a un practicante de 30 años, fui elegido como representantes del equipo de control estricto.

Entregamos estas tres solicitudes:

1.      Liberación inmediata de los practicantes en encierro;

2.      El guardia que profirió las golpizas debía disculparse y prometer no hacerlo más en el futuro;

3.      Eliminar el castigo “la banqueta del tigre”.

Otros representantes proponían una hora de tiempo libre cada día. Algunos, dos horas de estudio del Fa y tiempo para los ejercicios. Antes de que todos los representantes terminaran con sus pedidos, el principal golpeó la mesa y dijo: “¡Esta es una institución de dictadura! ¡Reunión terminada!”.

Al quinto día, pasadas las 9 de la mañana del 15 de marzo de 2001, todos los guardias masculinos de la cárcel, personal del centro de detención, sumando 40 personas en total, vinieron con picanas eléctricas, bastones dentados y armas de plomo, éstas últimas letales.

Corrieron al segundo piso y preguntaron, con sus bastones en las manos: “¿Van a comer o no? ¡Aquellos que todavía se rehúsan a comer den un paso al frente!”. Fueron arrastrados hasta la “celda disciplinaria” y gravemente golpeados. Varios no pudieron vestirse por varios días.

Los guardias corrieron al cuarto piso. Más de la mitad de los practicantes dijeron que no tenían hambre. Los guardias profirieron otra ronda de golpizas.

El tercer piso era el denominado “equipo de control estricto”. Todos los practicantes del tercer piso escucharon los gritos y golpes provenientes del segundo y cuarto piso, y juntos gritaban: “¡golpear es ilegal! ¡Este es un comportamiento fascista! ¡Son doblemente culpables porque se supone que deben defender la ley! ¡Están perpetrando crímenes en nombre de uniformes oficiales!”.

Algunos de nosotros saltábamos de la mano para hacer ruido en la protesta. Mientras venían del tercer piso, les dije a todos: “soñé con un cielo repleto de nubes rosadas y un pez carpa (pez koi) de más de dos metros de largo volando en dirección noreste”.

Un practicante dijo. “Es muy claro, es una pista basada en la fábula china de los peces carpa saltando sobre el portón del dragón, si logras hacerlo, eres un dios (dragón). Si fallas, eras un pequeño pez. Esta es una pista de Shifu para que superemos bien esta tribulación”. Todos decidimos salvaguardar a Dafa con acciones rectas.

Los guardias corrieron a nuestro piso. El primero pateó la puerta para abrirla y gritó: “¡por qué dejaron de gritar!”. El instructor político llegó un poco tarde y dijo: “¡Sin disparates! ¡Aquellos que aún se rehúsan a comer den un paso al frente!”.

Todos nos paramos. El principal dijo: “OK, merecen su nombre de “equipo de control estricto”. Indicó a dos guardias que arrastraran a un practicante de Dafa a la “celda de disciplina” más cercana. Un guardia sostenía al practicante; el otro lo golpeó y daba golpes con su picana eléctrica. Los golpes eran descontrolados, sólo se detuvieron cuando el practicante perdió la consciencia.

Niu Junhui del condado de Shulan, de 27 años, estaba en silencio al comienzo. Luego gimió “voy a morir” cuando le rompieron las costillas. Lo seguían golpeando sin piedad.

Niu logró proteger su cabeza con las manos al comienzo. Pero luego de perder la consciencia, sus manos aflojaron y el bastón dentado golpeó la parte izquierda de su cabeza. La sangre brotó. Un policía tomó dos rollos de papel higiénico e intentó bloquear el tajo en su cabeza. Niu solo tenía un débil latido, estaba agonizando. Una ambulancia lo llevó de inmediato.

Ocho practicantes fueron golpeados hasta quedar inconscientes en el equipo de control estricto. Tres fueron trasladados al hospital Nº 4 (hospital designado para el campo de trabajo) en estado de emergencia. 65 practicantes en toda la división fueron heridos gravemente. 105 sufrieron golpes “normales”. Uno murió. Otro practicante, Hou Zhanhai del equipo de traslado de la ciudad de Jilin, falleció dos días después, sus pulmones fueron severamente dañados por los disparos de las balas de plomo.

Los Dafa dizi dentro y fuera del centro de detención trabajaron bien juntos. La información se difundió enseguida. Sin dudarlo, practicantes fuera del campo de trabajo expusieron la persecución. Difundieron la información sobre el caso trágico en las noticias dentro y fuera de China. Algunos denunciaron el caso al congreso popular nacional (CNP) y al congreso popular político consultivo (CPPC). Algunos organizaron con familiares una demanda por la liberación de sus seres queridos.

¡Murió gente en el campo de trabajo!”. “Escuchamos que muchos fueron hospitalizados”. “¿Merecen ser llamados policías? ¡Ni siquiera los matones harían algo así!, es simplemente tan trágico”.

La gente empezó a hablar de esto. Cada día, llegaba gente en taxi o transporte público para preguntar por sus parientes en el campo de trabajo. Muchos se paraban afuera de los altos muros y las rejas del campo de trabajo. Algunas mujeres lloraban con sus niños en brazos. Todos estaban preocupados por sus familiares.

Debido a la presión pública, el CNP de la provincia de Jilin comenzó una investigación. El campo de trabajo declaró ley marcial el primer día de la investigación. Todo el personal debía quedarse allí, nadie podía entrar tampoco.

El principal estaba muy nervioso. Hizo uso de todas las relaciones personales y comerciales a su alcance para salir de esta disyuntiva. Muy pronto, su superior propuso la solución: desprenderse rápidamente de los 65 practicantes heridos gravemente y enviarlos a cuatro campos de trabajo en otras partes de la provincia. Esto haría que sobrevivieran a la investigación.

Al quinto día después de la tragedia del 15 de marzo, nos anunciaron: “Suban al bus y salgan de inmediato. No tienen permitido preguntar sobre su destino. El destino de cada persona será informado después. Los que no puedan caminar serán movilizados en camillas. Los que tengan dificultades en caminar serán levantados hasta el bus. Otros tendrán apoyo al caminar hasta el vehículo. No me importa cuánto dolor tengan que soportar en las próximas horas, sin hablar y sin gritar. Si aún están vivos, deben irse. ¡Esa es la orden!”.

Shifu dijo en “Un mensaje” de “Escrituras esenciales para mayor avance II”:

Todo lo que los discípulos de Dafa hacen al presente está resistiendo la persecución a Dafa y sus discípulos. El esclarecer la verdad, al mismo tiempo que se expone al mal, lo refrena y reduce la persecución; exponiendo al mal, a la vez limpia de la mente de la gente el veneno de las mentiras y el engaño del mal; esto está salvando a la gente. Es la misericordia más grande. Se debe a que en el futuro varios billones de personas obtendrán el Fa y si la mente de la gente contiene pensamientos que resisten a Dafa, una vez que el malvado drama se haya acabado, comenzará una eliminación de la humanidad a gran escala y la gente que tiene la relación predestinada para obtener el Fa o incluso un número mayor de gente inocente quizás sea eliminada. Por lo tanto, todo lo que estamos haciendo es magnífico, es misericordioso y está consumando el final de nuestro sendero”.

En consecuencia, puse mi mejor esfuerzo en exponer el mal de manera oportuna. Aunque la información podría no ser republicada en el sitio web Minghui (en ese momento era muy difícil romper con la censura de Internet), tenía que organizar el valioso material que conseguía de primera mano sobre la persecución. Esta es una misión histórica que Shifu arregló para mí.

El proceso de escritura era muy similar a cuando escribí sobre la muerte repentina del joven. Sólo era mucho más difícil y con muchos altibajos. Tenía que escribir tres veces luego de que los dos primeros borradores fueran destruidos. Al final, con la ayuda de otros Dafa dizi en la celda, escribía mientras estaba sufriendo la tortura de “la banqueta del tigre”.

En febrero de 2003, luego de salir del campo de trabajo, otros practicantes me preguntaron: “¿Quién escribió sobre la atrocidad del 14 de marzo? ¡La debió haber escrito un testigo porque era muy específica y detallada! Terminé de leerla con lágrimas”.

Cuando se mencionó la atrocidad del 14 de marzo, me retrotraje de inmediato a esa magnífica escena de practicantes salvaguardando el Fa y persistiendo en su creencia en Dafa. Pensaba: “Con tal que una persona la lea, es suficiente. Mi sacrificio no fue en vano. No decepcioné la responsabilidad que Shifu depositó sobre mí. ¡Mi misión histórica se está cumpliendo!”.

(Continuará)

 

(*) Nota del traductor: cita no textual.

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/11/11/143123.html