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Testigo de la persecución en campo de trabajo forzado Masanjia

Ene. 24, 2013 |   Por un practicante de la provincia de Liaoning

[Minghui Net] El tercer equipo de la primera división del campo de trabajos forzados de Masanjia en la provincia de Liaoning es un lugar aterrador que persigue específicamente a practicantes masculinos de Falun Gong. Quería compartir la brutal tortura que presencié cuando fui retenido en este campo y permitir que las personas del mundo conozcan la naturaleza malvada del partido comunista chino (PCCh) en su persecución a los practicantes de Falun Gong, y para pedir por justicia.

Tres guardias incluyendo a Gao Hongchang y a Yu Jiang utilizaron 800.000 voltios en las picanas eléctricas sobre un practicante de apellido Yu en la noche del 1 de octubre de 2008. Con gran dolor, el practicante se arrastró por el suelo. Los guardias gritaron al electrocutarlo: “¿está de acuerdo?”. El practicante gritó del dolor. La cabeza y la cara estaban cubiertas de sangre, dejando sangre también en el suelo por donde se arrastraba. Después fue encerrado y torturado en una celda por varios meses. Más tarde, cuando lo vi otra vez, estaba haciendo trabajos forzados.

Cuando los practicantes se negaban a escribir una declaración de garantía, los guardias utilizaban picanas eléctricas de 800.000 voltios para electrocutarlos o colgarlos con sólo la punta de los dedos de los pies tocando el suelo. Eran colgados durante varios días y noches.

Después de un rato, los guardias repartieron una propaganda que calumniaba a Dafa, forzando a todos los practicantes detenidos a contestar. Luego de recoger la propaganda si encontraban que alguien todavía decía que Falun Dafa es bueno, de inmediato lo torturaban. Al poco tiempo después, podíamos oír al practicante gritando por la tortura. Para los nuevos practicantes detenidos, los guardias utilizaron inmediatamente picanas eléctricas para forzarlos a firmar la renuncia a su creencia. Si se negaban, eran electrocutados.

Un día, cuando tres nuevos practicantes de entre 50 y 60 años fueron arrestados y gritaban: “¡Falun Dafa es bueno!” el guardia Yu Jiang y varios otros inmediatamente les aplicaron las picanas eléctricas en las bocas y caras dejándolas cubiertas de manchas negras. Después sus bocas se hincharon y no podrían cerrarlas durante varios días.

El practicante Sun Li fue obligado a estar de pie en el vestíbulo frente a la pared durante más de diez horas cada día durante un mes. Otro practicante llamado Li Hailong sufrió un desplome mental después de varias series de torturas y se orinó en sus pantalones. Un practicante de apellido Wang fue encerrado en una celda oscura por varios meses y también colapsó mentalmente. Un practicante llamado Sun Shushen quedó paralítico luego de varias series de torturas.

En 2012 había más de 158 practicantes detenidos en la 3.a brigada que fueron forzados a hacer trabajo de esclavos. Cuando no podían terminar el trabajo, sus horas de trabajo eran extendidas. De noche, después de terminar sus tareas, fueron forzados a sentarse en tablas duras durante tres horas y leer fuerte la calumnia del PCCh contra Falun Dafa.

A los practicantes no se les permitía usar los baños entre las 22 y las 5 de la mañana. Como resultado, muchos sufrieron desórdenes urinarios.

Un día el guardia Li descubrió que el Sr. Li Zheng de 60 años, llevaba un par de zapatillas de tela que su familia le había enviado, en vez de usar los zapatos de la prisión. Subió inmediatamente y lo abofeteó en la cara. También, los guardias fuerzan a los practicantes a comprar cosas de su propia prisión así ganan dinero a costa de ellos.

Los guardias más malvados que persiguen a los practicantes son: Gao Hongchang y Yu Jiang. Gao Hongchang era el líder del equipo e instigó a otros guardias y a presos a torturar a los practicantes. El 2010 fue promovido a líder de la 1.a división del campo con más poder y llegó a ser aún más violento en instigar a otros perpetradores para torturar a los practicantes.

Esto es lo que presencié de la persecución brutal a practicantes de Falun Gong por los guardias y es sólo una gota en el océano de la persecución realizada en el campo de trabajos forzados de Masanjia.