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Comenzando la cultivación nuevamente desde el corazón

Ene. 21, 2013 |   Por un practicante de Dafa de la provincia de Guangdong, China

[Minghui Net] 

Empecé a practicar Falun Gong en el inicio de 1999. Me sentía muy bien durante ese período. De pronto, comprendí muchas cosas y abandoné muchos apegos. Pero cuando comenzó la persecución, me derrumbé inmediatamente, me sentía aterrorizado, miserable y deprimido. Me negaba a escuchar o leer la propaganda calumniosa, y nunca dudé de Dafa. Sin embargo, no podía dar el paso adelante y salvaguardar a Dafa. 

Derrumbe

En 2002, debido a la escasez de personal técnico, compañeros practicantes me sugirieron que aprenda y me haga responsable de ese tema en nuestra zona. Empecé a manejar más y más proyectos, y ayudaba a resolver problemas de todo tipo. En algunas ocasiones, me tomaba mucho tiempo aprender nuevas habilidades y resolver un problema. Parecía que estaba trabajando continuamente y no podía concentrarme al estudiar el Fa, ni tenía tiempo de hacer la meditación. Mi cultivación fue afectada y los conflictos que tenía con otros practicantes  se acrecentaron. Luego de varios años, estaba lleno de resentimiento y renuncié a los proyectos en los que estaba involucrado y no me quería contactar de ningún modo con determinados practicantes. 

Ya que no podía resolver los problemas con los compañeros practicantes, elegía evitarlos. Sin embargo, no podía evitar los conflictos con mi esposa, que también es practicante. Cuando nos casamos, pensaba que sería fácil llevarse bien entre compañeros practicantes. Mi esposa dijo: "Uno sólo puede ver a compañeros practicantes que se cultivan bien en la página web Minghui. No puedes encontrar ninguno en la vida real". En realidad estaba hablando sobre mí. Cuanto más pensaba de esa manera, menos me preocupaba por ella. Me sentía decepcionado y frustrado. Pensaba: "Si piensas que los demás no se están cultivando bien, entonces tú puedes tratar de hacerlo bien, de otro modo, ¿para quién te estás cultivando?". No le compartí mis pensamientos. Ella incluso le dijo a otros compañeros practicantes que iba a abandonar la cultivación. Teníamos peleas todos los días. En una oportunidad, no logré controlar mi temperamento cuando me enfadé y rompí un vaso de vidrio contra el suelo con tanta fuerza que quedó hecho polvo; también en otra ocasión, golpeé mi mano sobre la mesa con tanta fuerza que me lastimé. Cuando vi mi rostro en el espejo, parecía la cara de un diablo y con una mirada feroz. Sabía que había caído, y me volví aún más resentido hacia los compañeros practicantes. Me sentía usado y que nadie se preocupaba por mi estado de cultivación o por mi vida o muerte. 

La luz del amanecer 

Un compañero practicante de otra ciudad me habló acerca de la seguridad en los correos electrónicos durante el festival de ese año. Le dije: "Tal vez, ya no soy capaz de manejar esto" (yo estaba muy deprimido porque había tenido una pelea con mi esposa). Le compartí acerca de mi experiencia y estado mental. Él respondió: "Siempre te preocupas de que las cosas irán mal y eres intolerante con quienes no lo hacen bien, seas tú o tus compañeros practicantes. Eres muy crítico contigo y con los demás y tratas a los demás con dureza. Ya no te puedes controlar: quieres ser tolerante, pero no puedes; quieres seguir el curso natural, pero no puedes. Te has quedado estancado en este círculo vicioso. Son las viejas fuerzas que te están persiguiendo. A pesar de que no has sido detenido o amenazado, las viejas fuerzas usarán esta forma para destruirte".

Yo sentía que él tenía razón, a pesar de que entendía que la vida de uno está arreglada, incluido el carácter y el temperamento. Fue impuesto por las viejas fuerzas para tratar de destruirme. Ahora que lo entendía, ¿cómo iba a negarlo? 

Ese practicante me sugirió que fuera a su ciudad para intercambiar sobre mis problemas personalmente. Tan pronto me decidí a ir, la interferencia aumentó, pero logré identificar los intentos de las viejas fuerzas para distraerme, y decidí que era una razón más para ir. 

Me preguntó por mi cultivación durante los últimos años. Mientras escuchaba en silencio, analiza paso a paso mis apegos fundamentales en base al Fa. Gradualmente me puse más activo, mirando y buscando internamente. Esa fue la primera vez que había podido mirar para adentro realmente. No me había dado cuenta de que tenía tantos apegos y que los había estado ocultando. Era un autoengaño cuando pensaba que no tenía ninguno de estos apegos y, cuando quedaban expuestos, todavía no podía reconocerlo. Tenía tantos apegos humanos: la mentalidad de contender, ostentación, resentimiento, celos, lujuria y miedo. Varios practicantes que no conocía personalmente enviaron pensamientos rectos para mí durante un largo período de tiempo para eliminar esas sustancias en otras dimensiones, negando así los arreglos de las viejas fuerzas. 

Me sentía muy fuerte cuando enviaba pensamientos rectos para eliminar mi envidia. En mi mente me dije: "La envidia no es mía, es algo impuesto por las viejas fuerzas, yo no quiero tener envidia". Sentí que este pensamiento venía de lo profundo de mi ser, haciéndose más y más grande, y emanaba luz y fuego de manos. Inmediatamente sentí que la montaña de hielo que me rodeaba, se derretía y mi corazón se calentaba. Las lágrimas se derramaban por mi rostro. 

Tuve que regresar a casa a los dos días, pero había reconocido la gran brecha entre los compañeros practicantes y yo. Sus horarios estaban completos, no perdían ni un minuto, y cuando se reunían, no tenían charlas triviales. Hablaban de su cultivación, por ejemplo: "Me pregunto qué clase de apego tengo, vi a un compañero practicante actuando de cierta manera, tengo que hablar con él sobre eso; últimamente no he podido mantener mi palma erecta durante el envío de pensamientos rectos, tengo que mirar adentro para encontrar mi error, etc.". En sólo dos días, me sentí mucho más liviano, y con mi corazón abierto. 

De regreso a casa, me di cuenta de una cosa: yo sabía lo mucho que mi esposa se ​​quejaba de mí y eso era debido a todas las cosas que yo le había hecho a ella. No importa lo fuerte que aparentaba ser, en realidad ella era vulnerable. Necesitaba de mi ayuda, ¿cómo podría tener resentimiento hacia ella? Cuando llegué a casa, me saludó. Anteriormente, esto hubiera sido imposible, porque una vez que nos peleábamos, nos llevaba mucho tiempo resolver la situación.

Me di cuenta de mi cambio. En el pasado, cada vez que me encontraba con un conflicto, no podía evitar emocionarme y quedar afectado. Pero ahora, me podía cuestionar inmediatamente: "¿Qué ocurre? ¿Qué parte de mi corazón ha sido tocado?". Lo encontraba y eliminaba rápidamente mediante el envío de pensamientos rectos para eliminar a los elementos de las viejas fuerzas. 

En un conflicto, si uno se enfoca en los apegos de los demás, exigiendo que otros mejoren en lugar de cambiar uno, la situación sólo puede empeorar. Sólo cuando uno realmente mira internamente y envía pensamientos rectos para eliminar el apego (la sustancia en otras dimensiones) y los arreglos de las viejas fuerzas se puede finalmente superar la tribulación. Estaba ansioso por compartir mi entendimiento con los demás compañeros practicantes. Me dijeron que se notaba el cambio en mí a través de mi expresión. Algunos coincidieron también en la importancia de cultivarse seriamente y sin estar confundidos. 

Buscando nuestro apego fundamental 

Yo nunca había reflexionado acerca de mi apego fundamental en la cultivación. Obtuve Dafa de modo natural. Sentí que era bueno en cuanto estudié el Fa, y pensaba que no tenía búsquedas al comenzar la cultivación. Los compañeros practicantes me recordaron: "No importa lo fácil que obtuviste Dafa, debe haber una razón. Buscar más profundamente, si realmente no lo encuentras, trata de ver dónde has tenido la mayor dificultad durante estos años. Si aun así no lo encuentras, pide ayuda a Shifu".

Luego me recordé que el primer libro de Dafa que leí fue "Escrituras esenciales para mayor avance". En el cual Shifu dijo: 

"Aunque alguien hubiese dominado el conocimiento de toda la humanidad, sería aún nada más que una persona común". ("Qué es la sabiduría", Escrituras esenciales para mayor avance) 

Eso fue lo que me conmovió. Se ajustaba a los sentimientos de superioridad que tenía en ese momento. Siempre había pensado que era especial. Pensé: "Eso es correcto, yo no soy una persona común y corriente, para empezar, tengo buena cualidad innata, buena cualidad de iluminación. Es por eso que reconocí a este Fa en cuanto lo leí. "¿Por qué sentía que era mejor que los demás?". Fue porque, en el fondo, me sentía inferior, y era un mecanismo de auto-defensa para protegerme. No tenía dinero, ni habilidades, ni nada, y sin embargo, tenía una buena opinión de mí mismo. En otras palabras, en el fondo, era celoso por naturaleza. Ese tal vez sea mi apego fundamental. La cultivación en Dafa armonizó mi mentalidad, y encontré una manera de equilibrar mi envidia. 

Cuando visité a una pareja de practicantes, me di cuenta de que el marido usualmente criticaba a su esposa por ser lenta y descuidada. Le dije: "Parece que siempre te preocupas de que tu esposa no hace las cosas tan bien como tú. ¿Tienes algún apego en tu corazón?". Yo sólo sabía que como compañero practicante debo señalar los defectos de los demás, pero en ese momento no reflexioné lo siguiente: "¿Por qué puedo ver este problema y por qué tuve semejante reacción ante su comportamiento?".

Una noche, alrededor de las 11 p.m., era el horario que en cerraba mi tienda, para ahorrar tiempo, mi madre (también practicante) comenzó a limpiar mis herramientas. Entonces, me enojé. En el pasado, yo habría dicho: "Espera. Yo lo hare". No por una cuestión de consideración hacia ella, sino tenía miedo de que no las limpie correctamente o las ubique en el lugar incorrecto. Con el fin de mostrar que yo lo podía hacer mejor, prefería asumir todo el trabajo. Me quedé sorprendido, el deseo de validarme estaba presente en toda mi vida. 

Parecía tener mucha confianza pero en realidad, estaba validando mis apegos. Incluso cuando escribía un artículo, me gustaba usar palabras complejas que eran difíciles de entender para validar inconscientemente lo inteligente y educado que era. 

También, debido a mi fuerte apego a validarme, no podía soportarlo cuando notaba que otros compañeros practicantes se estaban validando. Además, desarrollé los apegos de ostentación, de contender, celos y resentimientos. Me gustaba criticar a los demás a sus espaldas, consciente o inconscientemente me hacía lucir mejor. Cuando otros se oponían, en la superficie parecía que no me importaba, pero siempre recordaba a aquellos que habían estado en desacuerdo conmigo y los recordaba durante mucho tiempo, lo que provocaba una separación respecto a los compañeros practicantes. 

Siempre he buscado que todo sea perfecto, y automáticamente pensaba que lo que yo hacía era perfecto, así que no estaba abierto a críticas o cambios. Todo lo que hacía era validar el valor de mi existencia, mi posición en el mundo humano, y buscaba admiración y respeto. Cuando no me respetaban, me ponía celoso. En la superficie parecía despreocupado, pero en realidad estaba envidioso y pensaba que yo era mejor que los demás. Luego de tantos años de cultivación, pude reconocer que la razón por la que empecé la cultivación había sido para validarme y que éste era mi apego fundamental. Cultivarse con el fin de obtener respeto y reputación, ¿no es perseguir fama? ¿No es egoísta? ¿Cómo no me di cuenta de esto antes? Finalmente pude reconocer el motivo por el cual había empezado a estudiar el Fa, sin embargo, no había logrado obtener el Fa en todos estos años. 

Antes de obtener Dafa, incluso en la escuela primaria, siempre había sido considerado un buen estudiante. Me acostumbré a los halagos de mis maestros y pensaba que todas las críticas eran para los demás. Cuando estaba en la escuela secundaria, me iba pobremente en todas mis materias excepto en composición. Yo no podía soportar la realidad de que era inferior, por eso me volví arrogante, envidioso y con baja autoestima. Desarrollé un fuerte deseo de validarme. Luego de la graduación, me sentí aún más inútil tras fracasar como esposo. Casi pierdo las esperanzas para vivir. No podía aceptar la realidad, y, sin embargo, incluso en tales circunstancias, obtuve Dafa. Al no lograr validarme en la sociedad, entonces ahora podría validarme en Dafa. Arrastré a mi cultivación esta mentalidad de considerarme mejor que los demás. Cuando Shifu hablaba de ciertos problemas, yo pensaba que eran cuestiones que no tenían que ver conmigo. Estudiaba el Fa como si estuviera buscando conocimiento, y lo usaba para evaluar a los demás pero no a mí mismo. Yo sólo estudiaba como si fuese una rutina de estudiar el Fa, así que en realidad no lograba obtener el verdadero significado de Dafa. 

Ahora entiendo la razón por la cual, cuando comenzó la persecución, no dudé si Dafa era cierto o falso y si debía creer o no, ya que si Dafa era falso, entonces tenía que regresar al mundo humano y a eso lo consideraba demasiado peligroso y siniestro. No permanecí verdaderamente inconmovible frente a la persecución, pero aproveché eso para validarme y pensar que me había cultivado bien. Pero, en realidad, tenía miedo a morir, me derrumbé, y no quería ver a nadie. No era una verdadera creencia en el Fa recto, así que  no era realmente capaz de dar el paso adelante y salvaguardar a Dafa. 

Usé a Dafa para validar mi sucio corazón humano, en vez de utilizar la compasión para salvar seres conscientes, y por eso no podía soportar ninguna injusticia cuando hacía proyectos de la Rectificación del Fa y la razón por la cual, cuando me sentía tratado injustamente, abandonaba lo que estaba haciendo. Todas mis acciones eran para beneficiarme con el Fa, y debido a eso, cuando alguien se atrevía a oponerse o ignorar mi trabajo, me generaba un enorme resentimiento. Yo realmente nunca me había cultivado sólidamente. Mi corazón falso y no cultivado estaba muy escondido haciendo fácil para las viejas fuerzas perseguirme. No fui arrestado, pero estuve cerca de ser destruido por los arreglos de las viejas fuerzas, creyendo todo el tiempo de que era firme en el Fa. 

El proceso de la Rectificación del Fa ha llegado a su fase final. Si todavía no valoramos esta oportunidad, no habrá más oportunidades. Sé que he perdido mucho tiempo, pero Shifu no me abandonó. No puedo evitar llorar cada vez que pienso sobre esto. Voy a volver a cultivarme como si empezara de nuevo, desde el corazón, y no voy a decepcionar a Shifu.