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Somos testigos de los trabajadores esclavos que piden ayuda (Fotos)

Ene. 10, 2013 |   Por Zhang Yun, corresponsal de Minghui en Vancouver, Canadá

[Minghui Net] Desde el artículo en inglés “A Plea for Help from a Slave Labor Camp in China Spurs U.S. Government Investigation” (http://en.minghui.org/html/articles/2012/12/28/136806.html) que fue publicado en Minghui, muchos practicantes de Falun Gong que fueron sometidos a la persecución en China y que ahora viven en el extranjero se han alzado y confirmado el trabajo de esclavo en las prisiones chinas y campos de trabajo. A continuación se detallan informes de primera mano del trabajo forzado brutal que experimentaron practicantes de Falun Gong en campos de trabajo chinos y centros de detención.

Paquete de palillos desechables “esterilizados”

恶劣条件下包装的“卫生”筷

Paquetes de palillos desechables “esterilizados” bajo condiciones hostiles


El Sr. Lu Fang de Beijing empezó a practicar Falun Gong en 1995. En 1998 fue premiado con: “Destacado funcionario civil del Ministerio de Fomento”. Cuando fue arrestado ilegalmente por su creencia, en septiembre de 2001, era el director adjunto del departamento técnico y de calidad, del departamento de diseño y mapeo del Ministerio de Fomento.

 “Fui arrestado el 23 de septiembre de 2001, por agentes del departamento de policía de Mentougou en Beijing” relataba el Sr. Lu. “Fui condenado a 18 meses de trabajo forzado sin ningún procedimiento legal o juicio”.

“La conocida ‘reeducación a través del trabajo’ planea forzar a los practicantes de Falun Gong a renunciar a sus creencias mediante la tortura física y mental. Cuando me retuvieron en el centro de despachos de trabajo forzado de Beijing, nuestras necesidades básicas, como dormir o ir al baño, eran desatendidas; sin embargo seguían forzándonos a realizar trabajo intenso cada día.

 “Me daban una cuota de embalar 8.000 palillos descartables al día. El límite variaba de 7.000 a 10.000 por persona. Trabajábamos de 7 h a 22 h y tenía unos diez minutos para hacer cola, comer y lavarme. Solo unas pocas personas eran lo suficientemente rápidas como para acabar su cupo, la mayoría no podía seguir el ritmo. Si una persona no acababa el cupo, nadie podía volver a su celda. Aunque nos forzaban a realizar un duro trabajo, no nos pagaban”.

 “’En el envoltorio de los palillos se marcaba ‘esterilizado’; sin embargo, las condiciones sanitarias eran muy malas en el sitio de embalaje. Los palillos que no estaban embalados eran apilados en el suelo sin cubrir.  No nos dejaban ir al baño sin permiso y también nos limitaban el tiempo cuando íbamos. Mucha gente no tenía tiempo de lavarse las manos después de ir al baño, así que era bastante normal que embaláramos los palillos con las manos sucias. Solo nos dejaron ducharnos un mes después. Mucha gente desarrollaba sarna bajo esas condiciones sanitarias adversas. Yo también tenía sarna. Cuando uno tiene sarna, le pica mucho la piel. Alguno incluso tenía pústulas por todo el cuerpo. Teníamos que continuar embalando palillos después de rascarnos puesto que no podíamos lavarnos las manos. Mucha gente estaba en esas condiciones. Después de que me liberaran, ya no me atreví a usar palillos desechables”.

 

El secreto oscuro de los paraguas de Tiantang

天堂牌雨伞,雨伞反面的银色就是有毒的那种银胶。 

Paraguas de Tiantang. El interior está pintado con plata coloidal tóxica


La Sra. Huang Zhijiao, que ahora vive en Canadá, fue arrestada tres veces en China porque practica Falun Gong. En sus dos últimos arrestos la han retenido en el centro de detención de Laodongyue. Mientras estaba detenida, fue forzada a hacer los famosos paraguas de Tiantang (o paraíso celestial).

La Sra. Huang casi se convierte en profesora en una academia de artes muy conocida. Sin embargo, después de que empezara la persecución a Falun Gong en 1999, no le permitieron enseñar. En agosto de 2000, agentes del departamento de policía del distrito de Shangcheng, en la ciudad de Hangzhou, provincia de Zhejiang, irrumpieron en su casa con el pretexto de hacer un censo y se la llevaron al centro de detención de Laodongyue.

 “Entiendo muy bien la situación descrita en esa carta de apelación del campo de trabajo de Masanjia, puesto que yo también realizaba trabajo forzado cuando estuve en detención”, dijo la Sra. Huang.

 “Los paraguas de Tiantang tienen protección ultravioleta y el interior está pintado con plata coloidal tóxica. Mientras hacíamos los paraguas, nuestras manos a menudo rozaban su interior.  Puesto  que teníamos mucho trabajo para seguir el ritmo, a menudo teníamos las manos manchadas de sangre. Por tanto, de esa manera la plata coloidal podía penetrar  en nuestra sangre; picaba mucho y dolía. Nos requerían que hiciéramos 50 o 60 paraguas al día y que trabajáramos más de 15 horas. Si uno era lento, nos golpeaban o pinchaban en el cuerpo con una aguja o tijeras”.

 “En China, todo está motivado por las ganancias. Los centros de detención chinos explotan a los presos usándolos como esclavos sin pagarles, así las empresas se benefician contratando a los centros de detención. Los guardias de la prisión se benefician de estas operaciones. Los jefes de los presos supervisan a otros reclusos que realizan trabajo forzado a cambio de reducciones de condena. Los inversores solo piensan en los beneficios mientras se esfuerzan en explotar a los reclusos. Normalmente, tenía que hacer más de 50 paraguas. Si trabajaba 15 horas al día sin comer ni dormir, terminaba un paraguas en 18 minutos. Cuando me encarcelaron la primera vez por practicar Falun Gong, los agentes en el distrito de Shangcheng, de la ciudad de Hangzhou me impidieron usar las gafas. Puesto que soy muy miope, sabían que me obligaban a forzar la vista. Era un gran reto para mí mantener la calidad del trabajo mientras miraba sin gafas. Como resultado, el jefe de los reclusos a menudo me atacaba verbal y físicamente. Una jefa de reclusas en particular era especialmente cruel. Cuando no conseguía seguir el ritmo al coser o porque no cosía bien, me abofeteaba la cara, me pellizcaba o me pinchaba con agujas o tijeras. Usaba lo que tuviera en la mano para golpearme”.

 “Una sospechosa encerrada en la misma celda que yo ya no podía aguantar el trabajo duro. Un día, mientras nadie estaba mirando, se tragó un par de tijeras pequeñas para suicidarse después de trabajar. La jefa de las reclusas no creía que se hubiera tragado las tijeras pequeñas. Así que siguió golpeándola ferozmente con un trozo de palo de bambú del tamaño de un brazo hasta que se rompió. Tenía toda la cabeza sangrando. Sin embargo, estaba determinada a morir, así que no lloraba no importaba cuán duramente la golpeaba. Luego un guardia de prisión le ordenó que saltara hasta que las tijeras empezaran a salir del estómago. Después le dijo que se sentara de cuclillas. Al final, pedía piedad mientras estaba de cuclillas. Los centros de detención, prisiones y campos de trabajo forzado son infiernos en la tierra bajo el mandato del partido comunista chino. Cada día era como un año en esos sitios. Pero los practicantes de Falun Gong encarcelados han estado sometidos a torturas 10.000 veces peores que los presos comunes”.

La Sra. Huang añadió que el paraguas Tiantang tiene una gran cuota de mercado. En la búsqueda de beneficios, la empresa de paraguas Tiantang ha firmado muchos contratos con centros de detención. Después de firmar contratos, los guardias de prisión asignan trabajo a cada celda para cumplir con dichos contratos. Con el fin de recibir reducciones de condena, los jefes de los presos se aseguran de que los contratos se cumplan a tiempo. Además, se esfuerzan para que los presos lleguen al límite.

La Sra. Huang asistió a una exposición de una marca muy famosa en Beijing en nombre de su empresa en diciembre de 2003. Cuando vio que el paraguas Tiantang era uno de los que exponían allí, recordó el dolor que vivió en el centro de detención.

Comentó: “Recordé lo que los otros presos me dijeron: ‘Si tenemos la oportunidad de salir de aquí, debemos revelar los crímenes de Paraguas Tiantang cuando llegue la ocasión”.

 

Balones de futbol y moxa para exportar


前中国建设部高级工程师何立志

El Sr. He Lizhi, ex ingeniero en el Ministerio de Fomento de China

El Sr. He Lizhi era ex ingeniero en el Ministerio de Fomento de China. Le encarcelaron una vez en una prisión china por tres años y medio porque le escribió a un amigo los hechos importantes sobre Falun Gong. Sufrió un sinnúmero de métodos de tortura mientras estuvo encarcelado. Comentó que sufrió torturas y esclavitud en la prisión de Chadian en Tianjin y tuvo que coser balones de futbol durante varios meses en 2001. Le dijeron que los balones se importarían para la Copa del Mundo de la FIFA de 2002 en Corea del Sur. El proceso requiere un punzón e hilo fino para coser docenas de piezas de cuerpo para hacer un balón. A menudo le sangraban las manos de las heridas del punzón. El tirar constantemente los hilos finos durante largos periodos de tiempo provocaba que los dedos se le deformaran.

 “Cuando se propagó el SARS en China, nos obligaban a estar con las habitaciones cerradas todo el día”, dijo el Sr. He. “Constantemente rociaban ácido peryódico para desinfectar el dormitorio en la prisión, pero no nos dejaban dormir con las ventanas abiertas. Los humos tóxicos hacían que costara abrir los ojos. Tenía la garganta seca, no podía respirar bien porque tenía los pulmones dañados debido a las torturas a las que había estado sometido en prisión. Constantemente me esforzaba para respirar en ese ambiente de humos ácidos. Otro practicante de Falun Gong que estaba en la misma celda casi pierde la visión en un ojo durante las precauciones del SARS. La prisión no tenía contacto con el exterior durante aquellos meses.

 “A los practicantes de Falun Gong nos forzaban a empaquetar hierbas de artemisa para la moxibustión (terapia medicinal china) que era exportada a Corea del Sur. Recuerdo que me forzaban a  envolver de 8.000 a 10.000 bastones herbales de artemisa en dicho ambiente. No nos dejaban comer ni dormir cuando no conseguíamos alcanzar las cuotas. Si haces una búsqueda en Google con las palabras, Corea, exportación, libre de humo, bastones herbales de artemisa, encontrarás fotos de los mismos bastones de artemisa que nos obligaban a envolver en prisión”.

 

Un símbolo de crimen, flores de plástico hechas en China


“中国制造”的塑料花

Flores de plástico hechas en China

Jane es una practicante de Falun gong que emigró de Guangzhou, China a Toronto, Canadá.

 “Un fardo de flores de plástico hechas en China se venden en cualquier sitio de 1.99 a 9.99 $ canadienses, pero nadie sabe cómo se hacen en China”, Dijo. “No sabía nada de ello antes de 1999. Era una estudiante de doctorado en China cuando me arrestaron repetidamente y encarcelaron en septiembre de 1999 por practicar Falun Gong. Me metieron en un centro de detención antes de ser trasladada al campo de trabajo forzado donde me obligaban a hacer flores de plástico durante mucho tiempo. Por eso conozco de primera mano cómo se hacen estas flores de plástico. Estas flores han perdido cualquier sentido estético para mí. Son un símbolo de crímenes cometidos por el partido comunista chino”.

 “Trabajaba desde las 6 h hasta las 23 h en el centro de detención. Estábamos privadas de cualquier libertad. Nos hacían sentar en un suelo húmedo con las materias primas para estas flores de plástico apiladas a nuestro alrededor. Solo había una luz tenue en la habitación alrededor del reloj. Continuábamos haciendo hojas, pétalos y cálices con las manos, luego rápidamente montábamos las flores. Trabajábamos unas 16 horas cada día. Nos pasaban un arroz rancio a través de una pequeña ventana, así como varios trozos de melón o judías verdes encima del arroz. No tenía ni aceite ni grasa en la comida. Casi todo el mundo sufría de un estreñimiento agonizante la primera semana y dejaban poco tiempo para ir al baño. Las palabras no pueden describir las dificultades.

 “Un día, Zhu, el guardia del centro de detención, entró en la habitación muy enfadado. Nos señaló a los practicantes de Falun Gong y empezó a gritar. Cuando indicamos las falacias en sus acusaciones, pateó en la garganta a una practicante que estaba sentada a mi lado. Inmediatamente perdió la capacidad para hablar. Yo grité: ‘No pegues a la gente’, replicó: ‘Sabionda, te voy a enseñar violencia’. Inmediatamente ordenó a varios guardas de la prisión a ponernos grilletes pesados, a otra practicante y a mi. Aquellos grilletes pesaban más de 4.5 Kg y teníamos que movernos a la vez para caminar. Cuando los guardias vinieron a interrogarme al día siguiente, la otra practicante no tuvo otra elección que venir conmigo. El pasillo tenía unos 10 metros, pero tardamos 20 minutos en llegar hasta la sala de interrogatorios. El guardia sonreía con satisfacción cuando nos vio movernos con esa dificultad. Han pasado 11 años y sigo recordando esa escena”.

Jane concluyó: “Espero que todos los practicantes de Falun Gong en China  sean libres lo antes posible. También que todo el mundo que tiene conciencia trabaje unido para que acabe esta malvada persecución.