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[Artículos seleccionados] Historias de mi padre y su práctica de Falun Gong

Jun. 11, 2012 |   Por Liqing

[Minghui Net] Mi padre sufría de mala salud desde la niñez. Sufría de muchas enfermedades incluyendo la tuberculosis, gastritis crónica, y tuvo un colapso nervioso. A principio de los años 90, cuando la práctica de qigong estaba al tope de su popularidad, acudió por primera vez al qigong para curarse. Pero nunca se curó de ninguna de sus enfermedades hasta que comenzó a practicar Falun Gong en 1996. Las enfermedades que lo habían afligido por casi 40 años desaparecieron sin la necesidad de tratamiento médico. De ahí en adelante ha perseverado en la práctica con fe constante. 

En aquel entonces era un oficial del gobierno a cargo de adquirir bienes. Muchos clientes querían venderle productos y lo visitaban en privado. Nunca aceptó ninguno de los regalos que le traían y nunca aceptaba ningún dinero que le ofrecían para pagarle por comprar sus bienes. Algunas personas le dejaban regalos en la puerta cuando no estaba en la casa, pero siempre los enviaba de regreso más adelante. Algunos de sus clientes pensaban que la razón por la cual no aceptaba regalos era porque no le satisfacían. Cuando les dijo que no aceptaba regalos porque practicaba Falun Gong, comenzaron a respetar Falun Gong de corazón.

Cuando la persecución de Falun Gong comenzó en 1999, mi padre fue perseguido debido a su alto cargo. La policía de la estación de policía local siempre venía a nuestra casa a agredirnos. Saquearon nuestra casa muchas veces y enviaron a mi padre a un centro de lavado de cerebro. Estuvo confinado en la jaula de hierro en la estación de policía local, y lo llamaron un “arresto domiciliario”. 

En aquel momento estaba muy confundido por su perseverancia de practicar Falun Gong a pesar de la persecución que él sufría. Dijo: “Mi trabajo como un oficial del gobierno no es para ganancias personales. Hago mi trabajo para ofrecer un servicio público a la gente. Nunca he pensado sobre sacar ningún beneficio personal de mi trabajo. Lo que hice, sólo fue para hacer bien lo que se suponía que debía hacer en mi posición. Para mí no hay diferencia entre una posición u otra”. Sus palabras me sorprendieron, pero sabía que tuvo que haber encontrado algo mucho más significativo que le dio la sabiduría de evitar buscar una posición mayor, fama, intereses personales y dinero. 

Cuando me gradué en la universidad, sólo mi mamá me pasó a buscar por la estación de trenes. Con la ayuda de mi madre, cargué mi equipaje a casa y en mi mente me quejaba de que mi padre no estaba allí. 

Cuando llegué a la casa, vi vacíos los muebles donde iba la televisión y la computadora. La policía había saqueado nuestra casa y yo estaba sorprendido. Le pregunté a mi madre que había pasado. Mi pregunta le trajo tristeza y comenzó a llorar, me dijo lo que había sucedido. Mi padre había sido arrestado, y nuestra casa saqueada, y la policía se llevó casi todo, incluyendo la televisión. No me había dicho lo que había sucedido, porque no quería que esas noticias difíciles afectaran mis estudios.

Durante su detención lo llevaron a juicio varias veces. Apeló pero sus apelaciones fueron rechazadas. Luego volvió a apelar. A pesar de que su abogado aportaba una defensa concreta y convincente, y el juez y los fiscales no encontraban palabras para refutarlo, lo sentenciaron a 3 años en prisión. 

Cada día que pasaba con mi madre estaba lleno de tristeza, y cada día parecía tan largo como un año. Muchos practicantes de Falun Gong que nunca habíamos conocido anteriormente venían a nuestra casa y con bondad expresaban su preocupación por mi padre, y ayudaban a mi madre a través de estos tiempos tan difíciles. Algunos de ellos tomaron la iniciativa de ir a la estación de policía a pedir que a mi padre lo soltaran mientras que otros se encargaban de nuestras necesidades diarias. Algunos dejaban frutas en la puerta y se iban sin decir nada. Su bondad trajo calidez a nuestro hogar y nos alivió la angustia y la ansiedad. 

La corte juzgó a mi padre 20 meses después de ser detenido. Cuando finalmente volví a verlo después de tanto tiempo, su presencia pacífica y noble era evidente cuando describía al juez los hechos sobre Falun Gong: “Falun Gong ha sido maltratado. Por favor restaure la reputación de su fundador. Falun Dafa es una vía recta”.

Se sintió triste porque el juez no pudo mantener la dignidad de la ley. Estaba preocupado sobre el fallo de los jueces por no apoyar la justicia y se sentía indignado porque la policía no respetaba la ley.

Vi su naturaleza noble y mente abierta. La maravillosa rectitud que demostró en esa ocasión movió mi alma e hizo que llorara. Sólo sentía respeto y admiración hacia él. 

Cuando terminó el juicio, seguí al carro de policía que estaba llevando a mi padre a prisión desde la puerta del patio. Esa escena que vi ese día me dejó una impresión para siempre. En el frío viento de invierno cientos de practicantes de Falun Gong estaban parados al lado del camino para reconocer a mi padre. Como la corte prohibía a los practicantes presenciar el juicio, decidieron mostrar su apoyo manteniéndose parados en el frío ambiente para protestar por la persecución de las autoridades a mi padre. Algunos habían estado allí por más de 4 horas. Había personas de todas las edades y de todos los caminos de la vida y no se conocían entre ellos. Estaban allí con el único propósito de esperar a mi padre. 

En su silencio le estaban hablando a las autoridades: “Aquellos con poder político ya no tienen conciencia y privan al hombre común al no apoyar la justicia y el estado de derecho, en cambio lo utilizan para dañar la naturaleza humana”. Lo que los practicantes hicieron ese día demostró su espíritu indomable y convicción de mantener su fe en las verdades cósmicas, y su voluntad invencible que derrotaría cualquier ataque. 

Mi alma se conmovió tanto por el magnífico coraje, fortaleza y espíritu indomable de ellos que lloré.

El espíritu de los practicantes de Falun Gong movió a mi familia y parientes profundamente. Luego de esto, muchos comenzaron a aprender los hechos sobre Falun Gong y empezaron a ver la naturaleza maligna del partido comunista chino (PCCh). Todos hemos renunciado al PCCh y a sus organizaciones afiliadas y 11 de nosotros hasta empezamos a practicar Falun Gong. Al igual que mi padre, nos volvimos cultivadores de Falun Dafa y caminamos el camino de regreso a nuestros seres verdaderos con determinación inamovible.