[Minghui.Net] “Es usted realmente una buena maestra. Me ha hecho entender muchas cosas que anteriormente no entendía. Nos dio un buen ejemplo de cómo controlar nuestro carácter. Es usted una maestra súper. Pienso que debe obtener A+++….A menudo, nos dio oportunidades para corregirnos; nunca mandó a los malos estudiantes a la oficina del director. Es usted tan bondadosa, que la hace la mejor maestra”. Esta es una carta de agradecimiento de Lily, una alumna de cuarto grado, a su maestra, Huang Ruying en Toronto, Canadá.

Huang Ruying es una practicante de Falun Gong.  Veintidós años atrás, se graduó del departamento de educación de una universidad de Canadá.  Continuó sus estudios de maestría. Luego, se convirtió en una maestra de escuela pública.  Mientras compartía sus experiencias como maestra, me mostraba las fotos de sus alumnos y algunas de las tarjetas de agradecimiento que ha recibido durante estos años.  Su cara se iluminaba con amor hacia sus estudiantes.

黄茹音参加在多伦多市政府前的飞利浦广场举行的“庆祝法轮大法洪传世界二十周年”庆祝活动。

Huang Ruying en la celebración del “Vigésimo aniversario del Día Mundial de Falun Dafa” en la Plaza Fillips en Canadá


Enseñando a los niños acerca de “mirar adentro”

La Sra. Huang les dijo a sus estudiantes que “mirar hacia adentro” es una herramienta mágica para resolver los problemas de la vida. Les dijo que fueran buenas personas, aquellas siempre piensan primero en los demás.  Una vez, dos estudiantes de cuarto grado, Juan y Jack, estaban discutiendo por un bolígrafo. Los dos querían el bolígrafo, y los dos se quejaron con la Sra. Huang.  Ella les dijo que primero se calmaran. Luego les preguntó qué había sucedido. John dijo: “Tomé el bolígrafo primero”. Jack dijo: “Es mío, se lo apropió”.

La Sra. Huang les dijo: “No importa quién es correcto y quién está errado, alguien debió hacer algo inapropiado o dijo algo inapropiado, lo cual hizo que el otro se sintiera mal. Díganse ‘Lo siento’”. ¿Está bien? Luego de escuchar esto, los dos chicos se calmaron e inmediatamente se chocaron las manos.

Ella dijo: “Como practicante de Falun Gong, mirar hacia dentro es una herramienta mágica. Por eso la sigo primero. Hubieron ocasiones donde  no pude controlar mi carácter y les gritaba a los chicos o los malentendía. Me disculpaba con ellos y les platicaba cómo me miraba hacia dentro. Con los colegas, trataba de estar “llena de grandes aspiraciones mientras cuidaba de los pequeños detalles”. Nunca sentí resentimiento al hacer trabajos sin importancia como limpiar o hervir agua. Cada año, aceptaba lo que el director me asignara. Les había dicho a mis estudiantes que pensaran en los otros primero y les enseñé a mirar adentro”. 

A veces algunos chicos todavía trataban de discutir. “Les escuché y les ayudé a comprender qué habían hecho mal. ¿Por qué me golpeó? ¿Será porque mis palabras o mi actitud les causó daño? ¿Por qué tomé las cosas del otro sin permiso? ¿No fue eso algo irrespetuoso? Gradualmente, los chicos se acostumbraron a esta forma de tratar los problemas.
Cuando tenían conflictos, los podían solucionar ellos solos. La clase entera estaba mejorando más y más”. Sin importar cómo se portaban en otras clases, ellos se portaban bien en la clase de la Sra. Huang.  Gradualmente, muchos padres escribieron al director pidiendo que sus hijos fueran colocados en su clase. 

Transmitiendo Verdad-Compasión-Tolerancia en sus enseñanzas

Una vez, un estudiante llamado Pedro le dijo a la Sra. Huang: “Mi cuaderno ha desaparecido”. Ella le preguntó: “Dónde lo pusiste?”. Él respondió: “Alguien lo tomó”.  Ella dijo: “¿Por qué lo dices sin siquiera haber visto que alguien lo haya tomado? ¿Lo habrás perdido quizás?”. Pedro volvió a buscar y encontró su cuaderno. Lo había dejado en el pupitre de otra persona. Más tarde le dijo: “Lo encontré. Disculpe, no debí haber dicho que alguien lo había tomado sin antes buscarlo”.  

En cuanto a aquellos chicos que tomaron cosas ajenas, ella dijo: “Les alentaba a que admitieran sus errores. No solo los perdonaría, sino que los premiaría porque demostraron ‘verdad’”.

Jason es un chico muy bondadoso. Una vez, se había peleado con Mark por un juguete. Ella les recordó: “Ni siquiera le pegan a los animalitos, ¿por qué pegan a sus compañeros de salón?”. Pararon inmediatamente y comprendieron que debieron ser bondadosos con otros.

En cuanto a “Tolerancia”, le dijo a los niños: “Si otros les pegan, no deberían pegarles de vuelta, pero podrían recordarles con amabilidad que hicieron mal. Si les malinterpretaron, no les odien, sino perdónenlos”. Gradualmente, algunos chicos que a menudo les pegaban a otros dejaron de hacerlo. 

La Sra. Huang dijo: “He pensado mucho en cómo incluir en mis lecciones el ser una buena persona. Por ejemplo, para el material de mis lecciones, escogí muchas historias de cómo el bien genera el bien y lo malo genera retribución. Enseño a los chicos a ser bondadosos, como también a ser agradecidos, a renunciar, y a concentrarse en dar en vez de recibir”.   

Premio “canica”

La Sra. Huang tiene un lindo jarrón en su pupitre. Cuando alguien hace algo bueno por otra persona o toma la iniciativa de hacer un buen acto, ella coloca una canica en el jarrón. Cuando éste se llena, la clase entera recibe un premio. Un día cuando los estudiantes hacían un proyecto, Lili encontró que el piso estaba cubierto con trozos de papel, y tomó la iniciativa de limpiarlo. Cada uno trató de hacer buenos actos; incluso los niños traviesos están mejorando.

Apreciación de los padres y estudiantes

La Sra. Huang dijo: “Cada día, durante el periodo de composición y escritura, les ponía música compuesta por practicantes de Dafa. Todos estaban escribiendo tranquilamente. Gao, un estudiante de cuarto grado, dijo en una tarjeta de agradecimiento: ‘Me encanta la música que puso cuando escribíamos’. Pienso que es el mejor regalo que he recibido este año”.

Había un estudiante muy travieso que era muy famoso en toda la escuela. A menudo perdía los estribos por pequeñeces, dándoles dolores de cabeza a muchos maestros. Debido a eso, nadie lo aceptaba como su estudiante.  Cuando cursaba el cuarto grado, estuvo en la clase de la Sra. Huang. Un año después del término del semestre, recibió una carta de los padres del niño, que decía:

“Estimada Sra. Huang. Apreciamos mucho el esfuerzo que hizo el año pasado. Le ayudó a convertirse en un niño seguro de sí mismo y que pudiera jugar con los otros niños pacíficamente. Vemos el gran esfuerzo que hizo. Cuando él tenía un problema, usted se comunicaba con nosotros para discutir cómo lo podríamos ayudar. Usted es como un padre de familia para él –igualmente de importante como lo somos nosotros”.