[Minghui Net] Antes de practicar Falun Dafa tenía muy mala salud, y me intervinieron quirúrgicamente por una enfermedad cardiaca. Además, tenía dolor de estómago crónico, dolor en las piernas, reumatismo y artritis. También sufrí dos años de disfonía espasmódica, un desorden neurológico doloroso, y no había ningún medicamento que pudiera aliviarme los síntomas. A veces, en aquel tiempo estaba postrada en la cama durante días.

Solía vender frutas y verduras. Nunca gané lo suficiente para pagarme la medicación que necesitaba. Era muy pobre y sentía que la vida era dura y sobrevivía con dificultad.

En 1996 atestigüé que mi hermana se volvió más saludable sin ninguna medicación después de que empezara a practicar Falun Gong. Trató de convencerme para que practicara Falun Gong, pero la ignoraba. Mientras tanto, mi estado enfermizo no me dejaba en paz, y no podía permitirme ningún medicamento. Así que ¿Qué podía hacer? Empecé a escuchar diariamente  las lecciones de Shifu en casa de mi hermana. Al séptimo día de escuchar las lecciones, Shifu limpió mi cuerpo y de repente me sentí muy cómoda. Estaba saludable de nuevo. Me sentí tan agradecida y me pregunté cómo podría mostrar mi agradecimiento por la ayuda de Shifu. Sabía que debía seguir lo que enseñó Shifu, ser una buena persona y vivir según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

Después de que empezara a practicar Falun Dafa, ya no engañaba a mis clientes, aunque mi sobrina me pedía que lo hiciera. Me cultivaba diligentemente y escuchaba las conferencias de Shifu. Le contaba a la gente sobre Falun Gong y aclaraba la verdad a todas horas y ofrecía salvación a los seres conscientes cuyas mentes estaban lavadas por las mentiras partido comunista chino (PCCh)

Deseo compartir mis experiencias como cultivadora durante los últimos años.  Con la ayuda de Shifu y los pensamientos rectos, fui capaz de hacer las tres cosas que Shifu pide a sus discípulos.

Situación de riesgo para la  vida

El 26 de mayo de 2011 mi hermana me llevaba en bici para aclarar la verdad. De camino a casa, un coche nos dio por detrás. Nos empujó un metro y fui arrastrada varios metros más. Perdí la conciencia y mi hermana me dijo que tenía la cara sangrando y que había mucha sangre en el suelo. La conductora era joven, estaba tan asustada que seguía llorando.

La conductora nos llevó al hospital. Recuperé la conciencia mientras conducía al hospital. Dije: “Quiero ir a casa”. Nadie me escuchaba. En el hospital, me suturaron las heridas de la cara, que dolían mucho. Dije de nuevo: “Por favor, llévenme a casa. No quiero estar en el hospital”. Todo el mundo me ignoraba. Quería irme a casa, pero no podía moverme y no tenía energía. Me llevaron a una habitación.

Luego, sentí que mi incisivo se movía, lo que me provocó mucho dolor. Estaba un poco vanidosa y pensaba que no me vería bien sin el diente delantero. Entonces usé mis dedos para presionar el diente y pensé: “Por favor, vuelve a la normalidad”. Todo mi cuerpo me dolía. Quería tumbarme. Pero mi cabeza me dolía mucho cuando tocaba la almohada. Tenía la cara herida, solo podía apoyar la cara en mi barbilla para dormir.  

No necesito medicación ni inyecciones

El doctor sugerió que necesitaba medicamentos. Le contesté: “No quiero inyecciones ni medicamentos. Solo quiero irme a casa”. Uno de los doctores estaba enfadado y dijo: “¡Eres practicante de Falun Gong!”. Respondí: “Le conté todas las enfermedades que sufrí durante todos estos años, como dolor estomacal, de pierna, reumatismo y artritis. Me volví de nuevo saludable. Mi hermana cuidará de mi. No necesito tomar ninguna medicina”.

Mi marido, mi hijo y muchos otros no entendían mi deseo de irme a casa. Mi marido dijo: “¿Sabes cuán gravemente estás herida? Has perdido mucha sangre, y las heridas se pueden infectar. ¿Sabes que pasará si vuelves a casa? No seas tonta”.

No intenté convencerles, pero negocié con el doctor: “Bueno, si me recupero en tres días, por favor déjeme ir a casa. Si no, aceptaré vuestro tratamiento”. El doctor no estaba muy contento y dijo: “De acuerdo. Vamos a esperar tres días”, y se marchó.

Todo el mundo intentó convencerme para que aceptara el tratamiento y confiara en la ciencia. Les dije: “No se preocupen chicos, no saben que ha habido muchos accidentes similares y sé lo que les pasó a esta gente. Nadie de ellos tomó inyecciones ni medicamentos y se recuperaron en poco tiempo”. No entendían, así que solo permanecí callada y no los escuché y ya no discutían. De todas formas, no tenía energía para discutir.

Luchando la persecución de cuerpo y mente

Me mantuve firme, no dudé de Dafa, y mis pensamientos rectos permanecieron fuertes. No había nada que pudiera cambiar mi mente. Mandaba pensamientos rectos para rechazar la persecución por las viejas fuerzas.

Decía en mi mente: “Todos los que están persiguiéndome, por favor escuchen. Soy practicante de Falun Gong. Me cuida mi Maestro. Nadie debería atacar mis pensamientos rectos. No tomaré ni inyecciones ni medicamentos. Debo ir a casa en tres días”.

Luego mandaba pensamientos rectos y le pedía ayuda a Shifu: “Shifu por favor ayúdame a recuperarme. No debería estar aquí. Necesito aclarar la verdad y no puedo malgastar más tiempo”.

Quería relajarme después de mandar pensamientos rectos, pero tenía mucho dolor. Me di cuenta de que debía hacer los ejercicios. Entonces superé las dificultades con mis piernas, que estaban heridas y sentía como dos troncos. Me levanté para hacer los ejercicios, tenía que perseverar y negar el arreglo de las viejas fuerzas.

Intenté varias veces hacer el primer ejercicio y de repente escuché un fuerte crujido. Mis tobillos rígidos se volvieron de nuevo flexibles y podía moverme fácilmente. Estaba llorando. Sabía que Shifu me estaba ayudando a resistir el dolor. Gritaba en mi corazón: “¡Gracias Shifu! ¡Gracias Shifu! Lo haré mejor y estaré a la altura para ayudar al compasivo Shifu”.

Uno de los otros pacientes decía: “Sra. ¿Por qué sus tobillos hicieron ese ruido?". Le contesté: “Es mi Shifu ayudándome con mis tobillos. Ves, Estoy bien ahora”. Caminé hacia ellos y se lo mostré. Los pacientes dijeron: “Eso es milagroso”.

Después de que practiqué los ejercicios fui al baño. Dije: “¿Han atestiguado mi cambio?”. Todo el mundo estaba convencido de que había mejorado mucho. Ahora, era el momento de aclararles la verdad sobre Falun Dafa. Era un buen ejemplo del inmenso poder de Dafa.

Expliqué que hay millones de personas que practican Falun Gong en cientos de países. Les conté que el PCCh mentía al pueblo chino para incitar odio y justificar su persecución a Falun  Gong. Miles de personas murieron y decenas de miles han sido detenidas ilegalmente.

Luego dije: “Hoy, todos atestiguaron el inmenso poder de Dafa”. Algunos de los pacientes renunciaron al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. Varios dijeron: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno! ¡Dafa es muy poderoso!”.

Recuperación al instante y mostrando la compasión de un practicante

Al segundo día, la hinchazón de la cara había bajado. Podía abrir los ojos. El doctor me quería dar la medicación, pero me negué. En su lugar, recitaba el Fa y mandaba pensamientos rectos. Durante el día, aclaraba la verdad sobre Falun Dafa a los pacientes de otras habitaciones.

Al tercer día, ya no tenía la cara hinchada. El doctor estaba sorprendido, se preguntaba cómo me había recuperado tan pronto.

Le dije: “Déjeme irme a mi casa”. Dijo: “Tienes que esperar hasta el séptimo día. Te quitaremos los puntos y te haremos una revisión de todo el cuerpo. Necesitamos ser responsables de nuestros pacientes”. Le contesté que me examinara en ese mismo momento porque estaba bien.

Quería que me liberaran, para irme a casa tenía que aceptar que me hicieran una evaluación de diagnóstico. Todo estaba bien. Accedí a someterme a un análisis de sangre, puesto que había perdido mucha en el accidente. Más tarde tuve dolor de cabeza y me sentía como si fuera a desmayarme.

Mi marido y mi hijo pidieron que me quedara varios días, les dije en voz alta: “Yo me iré a casa, ustedes pueden quedarse en el hospital”.

Le pedí ayuda a Shifu. Tenía que eliminar la interferencia del mal. Dije: “Todas mis partes, por favor apóyenme y ayúdenme a abandonar el hospital. Tengo que salvar seres conscientes. No escuchen los arreglos de las viejas fuerzas”. De repente me sentí muy energética, pude levantarme, salir de la habitación y dirigirme al ascensor.

Al séptimo día, la conductora que nos atropelló quiso pagarnos el caso. El policía de tráfico me dijo: “Defiéndase y demande al conductor que le causó los daños”. Dije: “No voy a demandarla. Me preocuparé de todo si algo pasa”, me contestó que nunca había experimentado una resolución de un accidente tan rápidamente. Normalmente, las dos partes discuten y se demandan  mutuamente. Le dije: “Practico Falun Gong. Mi Maestro me dijo que pensara primero en los demás. La conductora no quiso dañarme a propósito, también estaba muy preocupada. Por favor, acabe con el papeleo. Mire, ya estoy bien”. Me dijo: “Si cada accidente se resolviera así, sería genial”. Luego tramitó la documentación.

Ayudar a los demás en la adversidad

Había otro conductor que se veía muy preocupado. Le pregunté qué sucedía y me contó que dañó a una persona con su coche y no sabía qué es lo que iba a pasar. Le dije: “Si repites ‘¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno’ tendrás resultados buenos inesperados”. Preguntó que si era verdad, y le contesté que “Sí, que es verdad”. Estaba a punto de aclararle la verdad sobre Falun Gong cuando se lo llevaron.

El  agente me pidió que firmara el documento final y aproveché la oportunidad para aclararle la verdad. Dijo: “Atestigüé todo lo que sucedió. Sé que eres buena persona. La situación es más que desagradable. Sé que todos los practicantes de Falun Gong son buenas personas”. Tenía que marchar apurado y dijo: “Me gustaría hablar otra vez contigo”.

La conductora que me dañó me llevó a casa y me compró un reconstituyente. Fue difícil negarme, pensaba que volvería a casa en otro momento. La conductora dijo: “Si no es por ti, me hubiera gastado miles de yuanes. No sé cómo agradecerte lo que has hecho. Debería comprarte algo”.

Le dije: “Por favor en el futuro ve con cuidado. Pero, voy a pedirte que siempre que conozcas a alguien, consideres primero las necesidades de esa persona. Repite ‘Falun Dafa es bueno’ ¡Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno!”. La conductora también renunció a su membrecía del PCCh y sus organizaciones afiliadas.

Me ofreció 500 yuanes pero no los acepté. Luego me enteré que mi hija había tomado el dinero, intenté devolvérselo, pero la conductora no quiso.

Mi accidente hubiera sido una terrible experiencia su no hubiera sido un practicante diligente. En su lugar en siete días se resolvió. La conductora, el doctor, el agente de tráfico, y muchas otras personas atestiguaron el poder de Falun Dafa y la bondad de los practicantes.  

 

Versión en inglés: http://clearwisdom.net/html/articles/2012/3/5/131903.html