[Minghui Net] Los chinos son conocidos por valorar las virtudes de la bondad, la generosidad y la tolerancia. La gente se avergüenza de los actos de la envidia. Cuando una persona generosa ve los méritos de otros, alaba estos méritos, piensa en qué aspectos él o ella se queda corto, y aprende cómo hacer un mejor trabajo. Sólo aquellas personas de mente estrecha y egoístas, por su visión estrecha, estarán envidiosos de los logros de otros. Se preocupan por quién les superará hoy, y qué van a perder mañana. Se sienten mal cuando otros han mostrado un carácter sobresaliente. Algunas personas menos virtuosas incluso llegarán al punto de acusar falsamente a gente buena. Puede que sigan así por un tiempo. Pero, al final, perderán todo su apoyo y enfrentarán retribución, porque todo está gobernado por los principios celestiales.

Shen Gongbao terminó tapando el agujero en el Mar del Norte con su cuerpo

Shen Gongbao es un personaje en el libro Investidura de los Dioses. Él y Jiang Ziya eran compañeros discípulos de la Honorable Divinidad del Origen. Cuando Shen se enteró de que su maestro iba a enviar a Jiang Ziya para ayudar a establecer la Dinastía Zhou, la cual iba a reemplazar a la Dinastía Shang, y a asignar títulos a diferentes deidades, la envidia le rebasó. Exigió a Jiang una respuesta: “¿A qué rey vas a proteger?” Jiang contestó: “Voy a proteger al Rey Wu de la gente de Zhou, cuyos méritos son del calibre de los antiguos emperadores Yao y Shun, cuya bondad está en consonancia con las características universales, y cuyo ascenso se corresponde perfectamente con el cambio en el clima celestial.

El Rey Zhou de la Dinastía Shang carece de méritos; está en el proceso de ser expulsado y será el último gobernante de la Dinastía Shang”. Shen replicó: “Voy a proteger a tu oponente y desbaratar tus planes”. Jiang severamente le dijo a Shen: “¡Cómo te atreves! Nadie puede violar las órdenes de nuestro maestro. Tampoco puede la gente revertir los cambios celestiales”. Shen estaba enfadado y contestó: “Jiang Ziya: ¿quieres proteger a la gente de Zhou? ¿Qué habilidades tienes? Has estudiado meramente 40 años. ¿Cómo puedes igualarte a mí? Puedo cortarme la cabeza, lanzarla al aire, y cae justo de vuelta en mi cuello tal como antes. ¿Cómo puedes atreverte a oponerte a mi?”. Jiang ignoró a Shen, y Shen se fue enfadado.

Shen empezó a interferir en los esfuerzos de Jiang. Convocó a diferentes deidades para matar a Jiang. Un día fue sorprendido por la Honorable Divinidad del Origen, que estaba a punto de lanzarle bajo una enorme montaña. Shen suplicó a su maestro que le perdonara jurando: “Si continúo convocando a deidades para desbaratar a Jiang Ziya, estoy dispuesto a tapar el agujero del Mar del Norte con mi propio cuerpo”. Fue liberado.

Sin embargo, Shen no se arrepintió. Continuó fomentando discordia. Pidió al líder de un culto que utilizara a 10.000 deidades, lo cual causó un gran problema para el Rey Wu de Jiang. La Honorable Divinidad del Origen derribó a Shen y mató al tigre sobre el que montaba. Le dijo a Shen: “Prometiste que si continuabas saboteando el trabajo de Jiang taparías el Mar del Norte. Es tiempo de que cumplas tu promesa”. Allí fue donde acabó Shen, en el fondo del mar, donde no pudo ver el sol salir otra vez.

¿Cómo puede un hombre ser más astuto que el Cielo?

En el libro Ejemplos de Fenómenos Sobrenaturales, Su Dazhang, que pasó el primer nivel de exámenes imperiales, estaba a punto de participar en el segundo nivel de exámenes. Su, que vivió en la Dinastía Song, era conocido en los municipios por su extraordinario entendimiento del I Ching, o el Libro de los Cambios. Una noche soñó que era clasificado undécimo en el próximo examen. Le contó su sueño a un compañero estudiante. Este estudiante, que también iba a hacer el mismo examen, estaba bastante envidioso por no haber tenido él un sueño tan auspicioso. Fue a informar al funcionario que revisaba el examen, afirmando que Su debía haber sobornado a uno de los funcionarios que revisan los papeles del examen, de otro modo, ¿cómo pudo Su estar tan seguro de que iba a ser clasificado undécimo?

Cuando todos los papeles de los estudiantes fueron corregidos, el funcionario a cargo sacó el papel que estaba clasificado como Nº 11. Como era norma en aquel tiempo, los nombres de los estudiantes estaban tapados en los papeles que entregaban. El funcionario a cargo leyó el papel y se puso furioso. El papel discutía el I Ching, lo cual era la especialidad de Su. Interrogó a todos los funcionarios que habían corregido el papel: “Ahora, ¿cómo pueden explicar esto? ¿Alguno de ustedes aceptó sobornos de Su, el experto en el I Ching, que estaba tan confiado de que acabaría con la clasificación de Nº 11?”. Todos los funcionarios estaban bastante molestos. Tenían que conseguir otro papel de los candidatos restantes para reemplazar este papel del I Ching.

Finalmente, el día en que los resultados se anunciaron, cuando todos los nombres de los candidatos fueron destapados, para asombro del funcionario a cargo, el nuevo papel seleccionado que ahora ocupaba la clasificación Nº 11 era el de Su, mientras que el estudiante envidioso que había inventado mentiras para inculpar a Su por soborno había sido intercambiado de su posición original undécima. Como resultado, Su pasó este segundo nivel de los exámenes imperiales. Al año siguiente, Su pasó el nivel tercero y el nivel final de los exámenes imperiales, mientras que su compañero estudiante que había inventado cargos falsos contra él acabó humillado y se desmayó.

La envidia es una emoción negativa causada por no aceptar el hecho de que otros pueden excedernos en la calidad de su carácter, habilidades, logros, o situaciones. Cuando uno habla mal de otros o hace cosas para dañar a otros por envidia, esto demuestra una falta de bondad en el corazón de uno. Esto también crea yeli para uno mismo, el cual resultará en retribución. Ser respetuoso y compasivo es un principio básico. Cuando otros logran cosas, nos alegramos por ellos. Cuando otros nos superan, aprendemos de ellos. Cuando otros necesitan ayuda, hacemos lo mejor que podemos para ayudarlos. Para tratar realmente a otros con bondad de manera que puedan sentir que somos sinceros, tenemos que ser generosos, lo cual es lo opuesto a ser envidioso.