[Minghui Net] La Sra. Zhao Fengxia, de 31 años, nacida en el condado de Tongliang en la ciudad de Chongqing, recuperó la vista gracias a la práctica de Falun Gong. Contó a la gente su experiencia con Falun Gong, y cómo fue perseguida a muerte en un campo de trabajos forzados. Cuando salió de allí, tenía una discapacidad tan grande que apenas podía mantenerse en pie.

 

坐在轮椅上的赵风霞

Zhao Fengxia en una silla de ruedas (foto reciente)

Zhao Fengxia perdió la vista sin previo aviso. Fue tratada en el hospital del sudoeste de Chongqing, pero nunca la recuperó. Ella estaba muy desanimada; hasta que un día el familiar de un paciente que estaba a su lado, le dijo que le iba a beneficiar mucho si recitaba: "Falun Dafa hao, Zhen-Shan-Ren hao" (Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno). La otra dama había sido atendida por una enfermedad terminal y estuvo postrada en cama durante más de dos años. Había desembolsado un millón de yuanes al año en gastos médicos, pero estaba siempre demacrada y perdió todo el pelo. Más tarde, cuando empezó a practicar Falun Dafa, se recuperó milagrosamente y su pelo volvió a crecerle. La madre de Fengxia se apresuró a buscar el libro "Zhuan Falun" y cuando lo obtuvo, se lo leyó a Fengxia, quien poco después recobró la vista.

Falun Dafa le había devuelto la esperanza y decidió informar a la gente sobre su experiencia personal, con el anhelo de que pudieran entender que Falun Gong ofrece salvación a la gente.

En 2007, la Sra. Zhao comenzó a buscar un empleo en Chongqing, con el fin de poder hacerse cargo de su abuela anciana. A principios de septiembre, fue con su madre a Shangqingsi, la escuela primaria del pueblo de Chongqing. Allí le aclararon la verdad sobre Falun Gong a un guardia de seguridad. El guardia sacó las esposas y esposó a su madre. Llamó a la policía local y Zhao y su madre quedaron detenidas. La policía dijo que ambas mujeres quedarían libres en tres días, sin embargo, a los tres días fueron ingresadas en el centro de detención del distrito de Jiangbei. La Sra. Zhao fue sentenciada a un año de trabajos forzados y llevada al campo de trabajos forzados para mujeres de Shimahe.

En el campo, la policía y los colaboradores la persiguieron de varias formas. Fue golpeada, le quitaron la ropa, la obligaron a acuclillarse durante largo tiempo y le impidieron dormir. En un momento perdió el uso del lenguaje. El personal del campo de trabajos forzados la obligó a tomar medicinas desconocidas y la sometieron a inyecciones forzadas. A consecuencia de esto, cuando estaba al borde la muerte, obtuvo el alta médica, después de seis meses.

Poco después de regresar a casa desde el campo de trabajo, la Sra. Zhao estaba tan débil que no podía caminar. Durante varios días tuvo diarrea con pus y sangre, además, no podía ponerse de pie.