Relato personal de maltrato psiquiátrico en el campo de trabajos forzados de mujeres de Urumqi

Nombre: Zhou Yuelan (周月兰) 
 
Sexo: Femenino  
Edad: 63 años
 
Dirección: Desconocida  
 
Profesión: Desconocida  
 
Fecha del arresto más reciente: 6 de septiembre de 2008  
 
Lugar de detención más reciente: Campo de trabajos forzados de Urumqi  (乌鲁木齐市女子劳动教养所)
Ciudad: Urumqi
 
Provincia: Región Autónoma de Xinjiang  
 
Persecución sufrida: Administración forzada de medicamentos inyectables, detención 

[Minghui Net] La Sra. Zhou Yuelan de 63 años de edad de la ciudad de Urumqi, Región Autónoma de Xinjiang, gozaba de buena salud gracias a la práctica de Falun Gong. El 6 de septiembre de 2008 oficiales del departamento de policía de Urumqi y de la oficina 610 del distrito de Shayubake, la detuvieron y la tuvieron retenida en un campo de trabajos forzados durante dieciocho meses. En ese tiempo fue objeto de abusos psiquiátricos.

乌鲁木齐市女子劳动教养管理所

Campo de trabajos forzados para mujeres de Urumqi, Xinjiang, China

El siguiente relato es el testimonio personal de la Sra. Zhou sobre la experiencia que vivió.

Desde el 6 de septiembre hasta 9 de octubre de 2008 estuve detenida en la comisaría de Shuimogou. El 9 de octubre me trasladaron a la división 1 del campo de trabajos forzados de Urumqi, donde me inyectaron medicamentos que causaban pérdida parcial de la memoria. El campo de trabajos forzados de mujeres de Urumqi se conocía anteriormente como el centro de rehabilitación de mujeres drogadictas. Li Zongping (mujer) es la jefa de la división 1.

En 2008 el doctor Liu del campo de trabajo, se fue a estudiar a Xi’an durante seis meses. Cuando regresó en el campo de trabajo se comenzaron a utilizar medicamentos psiquiátricos para perseguir a practicantes de Falun Gong. Los guardias ordenaron a algunos internos que pusieran drogas en mi comida y me obligaron a comerla. Como me negué ordenaron a los internos que me pegaran y me obligaron a permanecer de pie durante 23 horas al día.

Por la noche, mandaban a los internos para que me hicieran preguntas mientras me estaba durmiendo, con la intención de conseguir información sobre mis actividades y de otros practicantes. Me negué a ceder.

Una vez alguien me echó líquido en la mano izquierda. Enseguida sentí como si hubiera bichos arrastrándose por mi piel, y se me empezó a entumecer la mano. Cuando fui al baño tuve que utilizar la taza y el grifo que me habían designado y salía un olor muy fuerte de ahí. Algunas veces me enjuagaba la boca con agua del grifo, y tenía un sabor muy raro. Con el tiempo, comencé a sentirme desorientada.

Otra vez una guardia escurrió algo en mi cabeza con su mano, y la interna drogadicta le recordó de una forma aduladora: “No olvides lavarte la mano”. Al rato, empezó a nublárseme la mente y no podía pensar correctamente.

A medida que me drogaban, quería dormir todo el tiempo y me olvidaba de comer, excepto cuando los guardias me decían que comiera. Algunas veces cuando estaba consciente,  escuchaba a las internas decir: “Ni siquiera sabe que tiene marcas de pinchazos”. Entonces vi que tenía marcas de agujas en los brazos. También decían que tenía pinchazos en las nalgas. Más adelante un guardia me dijo: “Cuando salgas de aquí, me puedes denunciar pero no tienes ningún testigo”.

Para saber si las drogas me habían dejado totalmente sin conocimiento, me quemaban las pestañas cuando estaba profundamente dormida, y no me despertaba. Me hablaban con un lenguaje grosero para ver si reaccionaba y también me amenazaban: “Detendremos a tu hijo y le haremos trabajar en un campo de trabajo. Le multaremos con 5.000 yuanes por una cosa,  con otros 5.000 yuanes por otra, y además de eso con 15.000 yuanes más…”. Me quedaba en silencio y susurraban: “Ya no se da cuenta de nada”.

Cuando estuvieron seguros de que había perdido toda la capacidad mental normal, le dijeron a mi hijo que estaba enferma mentalmente, y que debía llevarme al manicomio de Urumqi para que me hicieran una revisión. En el manicomio dijeron que tenía depresión. Mi hijo utilizó el diagnóstico del médico para que me dejaran en libertad condicional y me liberaron tres meses antes de que terminara mi condena ilegal.

Antes tenía muy buena salud, cuando me detuvieron pesaba 56 kg  En el momento en el que me liberaron había adelgazado muchísimo y pesaba 30 kg. Estaba débil y no tenía la mente clara. Sin embargo, cuando recuperé algo de mi libertad, volví a practicar Falun Dafa y pude recuperarme.


Versión en inglés: http://clearwisdom.net/html/articles/2011/5/3/124837.html

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