[Minghui Net] Mucha gente en China, a pesar de la continua persecución, ha comenzado con valentía a practicar Falun Gong durante los últimos once años. Una de las razones que explican sus fuertes convicciones, incluso con riesgo a una represión brutal, es que los síntomas de sus enfermedades crónicas o terminales simplemente desaparecían después de practicar Falun Gong. Para dicha gente fue natural comprender la práctica, habiendo experimentado semejantes beneficios personales.

La Sra. Zhao Fengxia de la localidad de Guanjian, del condado de Tongliang, Chongqing, es uno de esos ejemplos.  

Un día en febrero de 2005 Fengxia pensó apuntar a su hijo a la escuela. En cuanto salió por la puerta, de repente empezó a ver borroso y no veía. Llamó a su madre y de inmediato se la llevó al Hospital Popular del condado de Tongliang para que la examinaran. Los doctores sugirieron que la trasladaran a Chongqing, puesto que su pequeño hospital carecía de recursos necesarios para tratarla.

Los padres de Fengxia la mandaron al Hospital de Daping en Chongqing. Después de realizar una serie de pruebas complicadas, el oftalmólogo, neurocirujano, e internista no podían darle un diagnóstico definitivo. Sugirieron tratamientos experimentales. Sus padres estaban titubeantes porque no había suficientes estudios clínicos seguros sobre dichos tratamientos.

Fengxia, una joven de unos treinta años, se quedó ciega al instante. Se sentía muy triste. Toda la familia estaba desolada. Luego un pariente que visitaba a un familiar en la sala, practicante de Falun Gong, le habló sobre la verdad de Falun Gong y le aconsejó que recitara sinceramente: “¡Falun Dafa es bueno! Y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Sus palabras recordaron a Fengxia y a su madre que antes de que empezara la persecución, su madre había practicado Falun Gong por algún tiempo, y que Fengxia alguna vez se había unido a ella. Habían leído Zhuan Falun juntas.

La madre de Fengxia decidió leerle Zhuan Falun, pero el visitante de visita le dijo: “Si quieres que se recupere pronto, déjale que lo lea ella”. Al escuchar esto, la enfermera del turno no podía parar de reír: “No puede ver nada, ¿Cómo va a poder leer el libro? No disuadió a Fengxia. De repente vino a mi mente la frase del Shifu Li:

“Todos saben que cuando las personas realmente se enferman, es un setenta por ciento psicológico y un treinta por ciento la enfermedad”. (Lección Sexta, Zhuan Falun)

Fengxia le preguntó a su madre que de dónde venía la frase y le dijo que de hecho era de Zhuan Falun. Inmediatamente tomó el libro y empezó a leer. Al principio veía borrosos los caracteres del libro, pero poco a poco se volvían más y más nítidos. Mientras leía, de repente se dio cuenta que su vista volvió a la normalidad.

Su milagrosa recuperación dejó perplejos a los médicos expertos. Estaban maravillados de que hubiera recuperado su vista. Fengxia cambió completamente su actitud hacia Falun Gong  y tomó la decisión de salir del hospital y así poder ir a casa y practicar Falun Dafa. En los días siguientes no experimentó ningún problema en los ojos.

Una mañana temprano de septiembre de 2007 ella y su madre caminaban frente a la escuela elemental de Shangqingsirenmin y le aclararon la verdad al guardia. Para su sorpresa, este sacó las esposas y aseguró a su madre. Llamó a la comisaría y enseguida enviaron a los agentes para arrestar a madre e hija. Las dos mujeres fueron enviadas a un campo de trabajo.

Fengxia y su madre estuvieron separadas en el campo de trabajo. Los guardias cortaron el largo pelo de Fengxia y le obligaron a dejar sus huellas digitales, a copiar las reglas de la prisión y a escribir su “entendimiento” sobre Falun Gong. También le ordenaron maldecir a Dafa y a su fundador y a pisar su foto, ella se negó firmemente a hacerlo. Para castigarla, la pusieron en una celda de aislamiento solitario y otros reclusos tenían que golpearla. También le privaban de dormir durante largos periodos de tiempo. A veces le hacían ponerse de cuclillas por largo tiempo, mientras otras mirar a la pared sin moverse. Cualquier movimiento ligero invitaría a que los criminales les dieran unas brutales palizas.  

Varios meses después, los guardias pusieron secretamente drogas en su comida. Cuando la dosis fue muy elevada ella lo vomitó todo. Dos meses después empezó a experimentar confusión, mareos y debilidad en las piernas. Tenía dificultad para levantarse y ponerse de pie. Después sus pies estaban tan hinchados que ni podía ponerse los zapatos. Al mismo tiempo tenía diarrea y perdió el apetito. Agentes del campo de trabajo temían las consecuencias de las palizas y llamaron a su padre para liberarla por tratamiento médico y se la llevara a casa. Desde entonces, a los 37 años, tiene que usar una banqueta para ayudarse a moverse.

¿Qué nos cuenta la experiencia de Zhao Fengxia? Un problema médico difícil de resolver fue solucionado después de cambiar de actitud hacia Falun Gong y mostrar su voluntad de aprender la práctica. Falun Gong recuperó su vista. Habiéndose beneficiado tremendamente de Falun Gong, por supuesto apreció la maravillosa oportunidad de cultivación y le contó a todo el mundo lo que conocía sobre las maravillas de Falun Gong. El partido comunista chino, sin embargo, arruinó su cuerpo mientras la mantenía bajo custodia policial.  

 

Versión en inglés: http://clearwisdom.net/html/articles/2011/5/3/124843.html