[Minghui Net]  Comencé a practicar Falun Gong en marzo de 1998. En el año 2000, reestructuraron mi departamento hacia un sistema de orientación al mercado y pasé a ser director general de la empresa. 

Equilibrando familia y cultivación

En casa quería ser un marido modelo. De forma voluntaria, hacía todo el trabajo que mi mujer se negaba a hacer o no podía hacer. Por lo tanto, mi mujer era bastante consciente de que yo era una buena persona, incluso aunque mi práctica espiritual estuviera prohibida por el partido comunista chino (PCCh).

Intentaba ser tolerante con todos los conflictos que surgían. Mi esposa es extrovertida, tiene mal genio y una tendencia fuerte a autoprotegerse. Algunas veces teníamos conflictos. Yo intentaba aguantar sus arrebatos y miraba dentro. Si yo no tenía razón, lo admitía y lo hacía mejor la próxima vez que ocurriera un problema semejante. Si no era mi culpa, me quedaba en silencio.

A mi esposa le encanta ir de compras y me arrastra para que vaya con ella. Normalmente estoy ocupado con mi trabajo, así que tengo poco tiempo para estudiar el Fa, hacer los ejercicios, enviar pensamientos rectos y hacer materiales de información de aclaración de la verdad de Falun Gong. Ir de compras con mi mujer interfiere con el hecho de hablar con la gente sobre Falun Gong. Entonces, se enfadaba cuando yo no quería ir. Era un dilema.

Shifu nos dijo:

“Ustedes deberían ajustarse al máximo con la gente común mientras practican la cultivación”. (“Exponiendo el Fa en el Fahui del Oeste de los Estados Unidos”)

Después de pensar sobre este asunto, lo hablé con mi mujer y llegamos a un acuerdo. Quedamos en que iría sola a comprar las cosas que se necesitan cotidianamente. Para los artículos más imprescindibles, acordamos que si no estaba segura, iría a comparar precios y luego yo tomaría la decisión. De esta forma, gané mucho tiempo para validar Falun Dafa.

Durante una reunión con la familia de mi mujer, su tío me dijo: “Eres la mejor persona de toda la ciudad”. Al principio de la persecución, mi mujer se oponía a mi práctica de Falun Gong. Ahora, me entiende y me apoya. 

Validando Dafa en mi lugar de trabajo

Al principio de la persecución, la maquina de propaganda del PCCh había envenenado las mentes de mucha gente en contra de Falun Dafa. El PCCh ordenó a todas las organizaciones del gobierno, empresas e instituciones, estudiar la propaganda que atacaba y difamaba a Falun Gong. Yo me negué a organizar tales reuniones y minimicé la influencia del PCCh sobre mis empleados. Continué guardando todos los documentos sobre la persecución para utilizarlos más tarde como pruebas en contra del PCCh.

Por la página web de Minghui, me di cuenta de que los practicantes en Hong Kong aclaran la verdad sobre Falun Gong muy bien. Organicé una visita a Hong Kong para mis empleados para que así pudieran oír hablar bien sobre Falun Dafa. Solicité y recibí aprobación para este viaje de mis superiores. Todos nuestros empleados fueron a Hong Kong. En los sitios turísticos, los practicantes de Falun Gong los saludaban y les leían las publicaciones que aclaran la verdad sobre Falun Gong. Se quedaron profundamente sorprendidos cuando supieron que practicar Falun Gong en Hong Kong era legal. Cuando volvieron a China continental, les contaron a todo el mundo lo que habían visto y experimentado en Hong Kong, lo que supuso un impacto positivo para Falun Gong.

En noviembre de 2004, se publicó los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista. Les pedí a mis colegas practicantes encargados de hacer las copias, que me hicieran muchas para repartirlas entre todos los empleados. Además, también repartí copias entre los oficiales y amigos con altos cargos.

Falun Dafa enseña a sus practicantes a tener un buen carácter siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Los practicantes tienen que dar importancia a los otros antes que a ellos, mirar dentro cuando se encuentran con conflictos, evitar hacer daño a otros y siempre pensar en como otros se verían afectados por sus acciones. Para frenar la decadencia moral en mi empresa, fomentaba el espíritu de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Durante las conferencias, animaba a los trabajadores a que tuvieran un buen comportamiento moral, a que siempre consideren a los otros primero, a que la prioridad sea dar un buen servicio y de calidad, a que sean cordiales con toda la gente con la que tenemos negocios, a que sean pacientes y faciliten soluciones a los clientes.

En las revisiones de final de año, tengo en consideración la moralidad, la armonía familiar, hospitalidad, honestidad, etc. Estos factores determinan el sueldo y los ascensos del próximo año. De esta forma, todos los empleados empiezan a poner atención a la moralidad y se esfuerzan en convertirse en trabajadores ejemplares. Me encargué de hacer saber que para obtener un ascenso, el primer requisito era tener unos valores morales altos. En segundo lugar, el trabajar duro y realizar un buen trabajo formaba parte de la ecuación para conseguir un ascenso.

He utilizado las consideraciones que he indicado anteriormente durante muchos años y han funcionado muy bien. Los oficiales ascendidos son buenos ejemplos. Nuestra empresa lleva funcionando diez años. Nadie ha dejado la empresa. Todo el mundo siente que trabajamos en un ambiente relajado y agradable. Los oficiales son rectos y el ambiente armonioso.

La mayoría de los empleados de nuestra empresa son gente joven. Debido a la falta de experiencia, de forma inevitable, cometen errores. Algunos jefes de equipo se enfadan mucho y los regañan. En una reunión que mantuve con los jefes de equipo, les comenté que todo el mundo comete errores, y que teníamos que ser tolerantes. Cuando criticamos a alguien, nuestro objetivo es que sea en su beneficio y mejora, no para castigarlo. Además, nosotros lo educamos fielmente con lo que no volverá a realizar el mismo error de nuevo. Hay un empleado muy antiguo que cometió un error grave y una vez lo castigó el Departamento de Inspección y Supervisión. Yo lo ayudé a corregir este error, encontré la causa, y me aseguré de que no lo hiciera otra vez en el futuro. Durante el Año Nuevo Chino, me envió un pequeño mensaje, diciéndome que yo era la mejor persona que jamás había conocido.

Llevo practicando Falun Dafa doce años. Mientras me cultivo, elevando mi xinxing y convirtiéndome en una mejor persona, me aseguro de que el ambiente de mi trabajo refleje un camino recto y de que todo el mundo realice bien su función. A pesar de la fuerte competencia, nuestra empresa sigue creciendo y nuestro panorama económico está mejorando. Nos hemos ganado una buena reputación. Hemos ganado más de diez premios y estamos en la mejor posición dentro de nuestro sector industrial.

Comparto mi experiencia porque quiero que los compañeros practicantes vean que uno puede cultivarse independientemente de la profesión que tenga y realizar firmemente su camino de cultivación. No importa el nivel que un practicante tiene en la sociedad y que tipo de trabajo realiza, se trata siempre de una buena persona que beneficia a los otros y a la sociedad.