6 de marzo de 2011

Nueva York – Una maestra de jardín de infante de 25 años, es incapaz de caminar después de haber sido agredida sexualmente con una escoba, en el campo de trabajo de Hebei. Una brillante estudiante de la Universidad de Tsinghua, acabó con demencia debido al abuso sexual y violación. Obligaron a abortar a una mujer de Hunan embarazada de ocho meses y la enviaron a un campo de prisioneros donde permaneció seis años.

Estos son tres de los informes del Centro de información Falun Dafa, recibidos el año pasado de amigos y familiares de mujeres practicantes de Falun Gong de China. Esto es solo una pequeña muestra de los abusos infringidos por las autoridades chinas a mujeres que practican Falun Gong

Casi doce años después de que el partido comunista comenzara su campaña para eliminar al grupo espiritual, la violencia contra las mujeres, continúa siendo una de las formas más comunes y atroces que se han denunciado sobre la violación a los derechos humanos.

“Los actos inmorales que mas conmovieron mi alma, fueron las aún rutinarias y lascivas prácticas de agredir los genitales de las mujeres, realizados por personal de la oficina 610 y la policía”, escribió en 2005 el destacado abogado Gao Zhisheng, en una carta pública a líderes chinos documentando su investigación sobre la tortura de practicantes de Falun Gong en el noreste de China y en la cual hacía una llamada para que se pusiera fin a la persecución”

Las diversas formas de abuso van, desde descargas con bastones eléctricos en el pecho de las mujeres, a agresiones sexuales con objetos punzantes para practicar abortos. Entre las víctimas se incluyen desde estudiantes universitarias, hasta abuelas ya ancianas. Los autores son tanto hombres policías como mujeres guardias de campos de trabajo.

De hecho, son estos tipos de abusos los que arrojan luz al origen de tal violencia –reglas no culturales o guardias de prisión pervertidos y caprichosos. Y en el caso de Falun Gong, más bien, la violencia sexual sistemática y humillación a mujeres detenidas tienen su origen en las órdenes que proceden de los líderes del partido comunista para utilizar cualquier medio necesario para “transformar” a los practicantes de Falun Gong. La transformación –un eufemismo para forzar a las practicantes a que renuncien a Falun Gong y prometan lealtad al partido comunista– ha sido el centro de la campaña anti Falun Gong desde sus inicios.

Cuando las autoridades chinas hablan de “transformar” a los practicantes de Falun Gong, en la práctica significa torturar a la gente por su aspiración a ser honestos, amables y tolerantes. Atormentan a gente saludable, racional, de tal manera que la llevan hasta el punto de, o bien traicionar su firme y más profunda creencia y sucumbir completamente al deseo del partido comunista, muriendo de abuso, o conducirles al borde de la locura.

Para que los oficiales de cargos bajos y personal de campos de trabajo cumplan con el objetivo del partido de “transformar” a todos los practicantes de Falun Gong de China, les dan cupones dependiendo del número de practicantes que “transformen” al año. Se imparten métodos de formación  para difundir las supuestas tácticas “exitosas” y métodos de tortura. Se reparten promociones y bonos de final de año para aquellos que hayan sido más efectivos a la hora de transformar practicantes. Mientras que, por otra parte, a los guardias que detectan mostrando empatía por los practicantes torturados, corren el riesgo de que les desciendan de categoría o les obliguen a que ellos también asistan a clases de re-educación.

Estas políticas de incentivos y amenazas generan un sistema perverso que alienta el acceso sin limitaciones para “transformar” a mujeres practicantes de Falun Gong. La lógica del sistema es tal que en vez de condonar las obligaciones a una mujer embarazada emanadas del hecho de encontrarse  bajo custodia, como exige la ley china, los oficiales le realizan un aborto forzado o le golpean hasta el punto de que se le produzca un aborto espontáneo y entonces le envían a un campo de trabajo para “reeducación”.

En el día Internacional de la Mujer, el Centro de Información de Falun Dafa, quiere agradecer a todas aquellas personas de todo el mundo que han hecho un llamamiento en contra de estos abusos y han ofrecido su ayuda a las víctimas durante el pasado año. Al mismo tiempo, también queremos instar a la comunidad internacional para que multiplique sus esfuerzos para investigar, condenar y  finalmente terminar con esta espantosa violencia que se está llevando a cabo hoy en día contra incontables mujeres practicantes de Falun Gong.

Después de todo, estas mujeres son madres, hermanas e hijas. Deberíamos hacer todo lo que estuviera en nuestro poder para protegerlas. 

[Nota: Las últimas mujeres liberadas víctimas de tortura bajo custodia en China, están dispuestas a facilitar entrevistas bajo solicitud.]