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Falun Dafa me salvó la vida

Ene. 17, 2010 |   Por un no-practicante en China

[Minghui Net]

Tengo cincuenta años y vivo en el distrito de Hengshan, ciudad de Jixi, provincia de Heilongjang. Hace dos años padecí calficación de huesos y éstos me estaban pellizcando el nervio. Tenía mucho dolor y siempre sentía presión en el pecho. Los médicos dijeron que tenían que operarme o si no moriría de asfixia en tres meses. No tenía otra opción que ir al hospital de Qiqihar para operarme. Me quitaron seis huesos de la columna y dos del pecho. Pagué un total de 30.000 yuanes. Después de la operación no podía moverme y lloraba todos los días ¡Quería morirme!

Estuve postrada en cama durante más de dos años. Comía muy poco e iba al baño como mucho una vez a la semana. No podía dormir bien, siempre me temblaban las manos y no podía agarrar nada. Estaba tan deprimida que lloraba hasta que me quedaba sin lágrimas. No sabía cuánto tiempo más iba a tener que sufrir de esta manera, y me arrepentía de haberme operado. Pensaba que mi familia hubiera estado mejor si me hubiera muerto, pero ¡ni siquiera era capaz de acabar conmigo misma!

Justo cuando pensé que ya no podría aguantar este dolor y este interminable sufrimiento, una antigua compañera de clase vino a verme. Es practicante de Falun Dafa, y muy comprensiva. Me dijo que repitiera sinceramente, Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno. Me dijo que repetir estas palabras sería bueno para mi cuerpo y mi mente. Me había dicho lo mismo hacía muchos años, y me instó para que renunciara al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas para protegerme a mi misma. Pero en ese momento no le creí, y la ridiculicé por ser supersticiosa y tonta. Le dije que yo creía en la ciencia. Pero la ciencia médica en la que yo creía no curó mi enfermedad, así que decidí darle una oportunidad.

Me ayudó a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas, y empecé a repetir Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno. Sin embargo, algunas veces me olvidaba decirlas porque venía mucha gente a verme, pero después de repetir estas palabras durante más de dos semanas, fui capaz de sentarme. Estaba muy eufórica y tenía más confianza, así que lo empecé a repetir más a menudo. Al final, pude levantarme de la cama y girar el cuerpo agarrándome a una mesa.

Un mes más tarde, podía ir al baño sujetándome a la pared. Tenía la cara sonrosada y ya sonreía. ¡Dafa salvó mi vida, una vida que no tenía alma, una vida que sufría de un dolor tremendo!

29 de diciembre de 2009

Versión en inglés: http://clearwisdom.net/html/articles/2010/1/11/113811.html