[Minghui Net]

Levi Browde, 10 de diciembre de 2008

Una antigua bibliotecaria de la Universidad de Shanghai se sienta delante de su ordenador personal. Usando servidores proxy, la Sra. Liu Jin se abre paso en el enorme "Gran Cortafuego" chino y accede a un sitio web sobre Falun Gong. Baja historias de abusos de derechos contra compañeros adherentes y comienza a imprimir. Pronto, el montón de los clandestinos folletos caseros se encamina hacia las manos y buzones de los vecinos, comerciantes locales, y antiguos colegas. " Un sitio de producción de materiales" nace -uno de las decenas de miles a lo largo de China-, llevando a las manos de la gente los principales hechos de la injusticia que el partido comunista ha llevado a cabo incansablemente para censurar.

Por este acto de coraje sin violencia, la Sra. Liu fue castigada severamente. Como relata Associated Press, ella fue condenada el pasado mes a 3 años y medio de prisión en un juicio injusto que duró menos de un día. Habiendo sido torturada y alimentada a la fuerza durante su encarcelamiento anterior por practicar Falun Gong, afronta de nuevo un destino similar, o peor.

Sesenta años después de la firma de la Declaración Universal de Derechos Humanos (UDHR por sus siglas en inglés), millones de ciudadanos comunes a lo largo de China siguen en peligro de detención arbitraria, tortura, y muerte. ¿Por qué? Por nada más que ejercer los mismos derechos básicos a la libertad de creencia y la expresión, que son las piedras angulares de la UDHR.

Se despliega una supresión brutal

Cuando el antiguo líder chino Jiang Zemin ordenó que Falun Gong fuese erradicado en 1999, decenas de millones de chinos normales fueron tachados de criminales de la noche a la mañana, en virtud de su fe pacífica. Un aparato brutal estatal se comprometió activamente a impedirles seguir un camino tradicional chino de perfeccionamiento personal físico y realización espiritual que se había convertido en parte fundamental de su identidad. Se intentó cambiar lo que eran.

"Sólo durante los 16 días de las Olimpiadas, se ha confirmado que once adherentes de Falun Gong habían muerto por abusos estando bajo custodia."

Cada cauce que se pudiera usar para detener este asalto, era cerrado, los medios de comunicación estatales sólo vomitaban horrorosas manifestaciones de propaganda anti Falun Gong, las oficinas de reclamaciones se convirtieron en centros de detención, y los jueces designados por el partido apenas iban a diferir de la línea oficial.

Casi una década más tarde, cientos de miles permanecen en campos de trabajo -al menos la mitad es población de gulag en China-, según los expertos. Miles más están en prisiones tras juicios no muy diferentes al de la Sra. Liu. Les dan palizas, descargas con bastones eléctricos, e inyecciones con varias drogas, a veces causando la parálisis o la muerte. Investigaciones recientes han revelado pruebas de que los adherentes han sido asesinados para que sus órganos pudieran ser vendidos por beneficios (Noticia). Un número indecible, han sido abandonados como indigentes, refugiados en su propio país, incapaces de volver a sus casas o empleos, por miedo a que la policía local se los lleve.

Los sucursales de la Oficina 610- un departamento extra-legal creado en 1999 para dirigir la campaña contra Falun Gong - permanecen activas a lo largo de China, no sólo en agencias de seguridad y oficinas de gobierno, sino también en empresas privadas, universidades, y comités de guardia de barrios. El último informe del comité ejecutivo del congreso sobre China encontró referencias a la agencia en todo el país - de Nanjing a Yunnan a Jiangxi. Relatos oficiales de las medidas preolímpicas sobre Falun Gong aparecieron en los sitios web del gobierno en las 31 jurisdicciones provinciales de toda la China. ¿Y el resultado? Sólo durante los 16 días de las Olimpiadas, se confirmaron once muertos de adherentes a Falun Gong, por abusos estando bajo custodia.

Los héroes anónimos responden

Los líderes de partido comunista y medios de comunicación estatales sostienen que Falun Gong ha sido aplastado. Pero esto conlleva a una pregunta: ¿Por qué entonces un aparato de rango estatal como la Oficina 610 permanece activo y creciente? ¿Por qué los campos de trabajo siguen llenándose de adherentes? El hecho es que hoy los practicantes de Falun Gong en China siguen resistiéndose a los esfuerzos del partido por erradicarlos. Ellos persisten en su fe, producen boletines de noticias clandestinos, cuelgan banderas, y simplemente hablan con la gente en sus conversaciones cotidianas. Explican la inocencia de Falun Gong, los abusos horrorosos infligidos contra los adherentes, y la más amplia historia del régimen por perseguir a la gente china, todo en un esfuerzo por despertar las conciencias de sus conciudadanos. Esto es crucial en un contexto donde los medios de comunicación son controlados por el Estado y usados para deshumanizar Falun Gong, que moviliza a la gente común para que ponga en práctica la política de erradicar la práctica.

Los esfuerzos de los adherentes a Falun Gong comienzan a dar su fruto como consecuencia de que los practicantes ya no llevan a cabo solos la batalla para terminar con la persecución. Una generación de abogados atrevidos, de renombre mundial, se ha erigido para defenderlos, desafiando ordenes del partido y arriesgando su propia seguridad. Abogan por la inocencia de sus clientes, basando su defensa en la Constitución China y la Declaración Universal por los Derechos Humanos, como el abogado Mo Shaoping hizo por la Sra. Liu (Noticia).

Sin embargo, el régimen chino permanece inflexible en su política contra Falun Gong. Las detenciones y la tortura todavía son sistemáticas y extendidas. Es por esto que ahora, más que nunca, el apoyo del mundo exterior es necesario para terminar con esta injusticia y brutalidad de una vez por todas. Dos pasos vitales pero simples, que cualquiera de nosotros puede tomar hacia este final son: primero, educarnos y anular la propaganda del partido que inconscientemente se ha rezumado en los reportajes establecidos para occidentales, y segundo, seguir la estela de los adherentes en China y la conversar directamente con la gente china.

De colegas a vecinos, empresarios del sector privado a gerentes de empresa, en formaciones con jueces locales e investigaciones con profesores de universidad, debemos hacer un esfuerzo activo para animar a los chinos a cuestionarse todo lo que les han dicho y leer la misma información sobre Falun Gong que el partido bloquea. Debemos explicar que tomar una postura contra los abusos de los derechos, no es anti-China, sino más bien, mover el país hacia un paso más cerca de realizar realmente su grandeza histórica.

Los practicantes y sus partidarios dentro de China arriesgan sus carreras, libertad, y hasta sus vidas para oponerse a la injusticia. Unirnos a sus esfuerzos es lo mínimo que podemos hacer por gente como la Sra. Liu en el Día Internacional de Derechos Humanos.

Después de todo, acabar con atrocidades como estas, es precisamente la razón por la que fue creada la Declaración Universal por los Derechos Humanos

Levi Browde es el Director ejecutivo del Centro de Información Falun Dafa en Nueva York.


Fecha de edición: 28/12/2008
Fecha del artículo original: 10/12/2008
Versión en inglés: http://www.faluninfo.net/article/836/?cid=84>

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