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Antiguamente, había un sabio en la región de Hunan/Hubei. Resultó que el séptimo tribunal del mundo del infierno carecía de personal, así que el Emperador de Jade le asignó al sabio ocupar allí un empleo temporalmente. Este último iba pues al mundo del infierno algunos días. Su principal tarea era revisar los registros sin juzgar los casos. Mientras hojeaba los registros, vio que las recompensas y las penas diferían según el yeli (karma) de cada uno. Cada vez que veía a la gente soportar crueles torturas, enviaba a alguien para salvarlos. Pero descubrió que no lograba salvarlos ni siquiera poniendo en ello todos sus esfuerzos.

Un día, hojeando un registro vio una pena en contra de su mujer, de la que decían había robado un pollo que pesaba un jin y 12 liang. Guardó la página para verificarlo más tarde.

Volviendo a este mundo, preguntó a su mujer si alguna vez había robado un pollo a su vecina. Su mujer comenzó por negarlo. Cuando le dijo a su mujer lo que había visto en el mundo del infierno, acabó por admitirlo. Explicó que el pollo se comía el grano que había puesto fuera a secar y que lo había matado por casualidad. Temiendo la cólera de su vecina escondió el pollo para disimular lo que había hecho.

La pareja desenterró el pollo muerto y lo pesó. Exactamente pesaba un jin y 12 liang. Los dos quedaron sorprendidos. Pagaron el pollo a la vecina y admitieron su culpa.

Varios días más tarde, el sabio regresó al infierno. Cuando abrió el registro en la página que había plegado, descubrió que la ofensa de su mujer había desaparecido.

Nada escapa a las divinidades, ni siquiera una falta menor. El castigo para los crímenes cometidos contra los practicantes de Falun Gong será mucho más severo. Los que cometieron estos crímenes serán completamente aniquilados en cuerpo y espíritu.

(Extraído de Información Recorded Vernacular escrito durante la Dinastía Ming)


Fecha del artículo original: 22/6/2007
Versión en francés: http://fr.clearharmony.net/articles/200706/33634p.html