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Me dolía el cuerpo y la mente, y el dolor era continuo. No podía soportar más la vida y esperaba morir. Pero también esperaba que Dios me mostrara una salida a mi sufrimiento.

En marzo de 1993, una relación predestinada me llevó a oír una conferencia del Maestro sobre Dafa, y comencé la práctica de cultivación.

El Maestro habló a la gente en la ciudad Wuhan, provincia de Hubei en un programa de radio y nos presentó los principios de Falun Gong. Durante la emisión de radio, el Maestro eliminó dos clases de enfermedad para cada persona de la audiencia. Él nos pidió que pensáramos en nuestra enfermedad y la eliminó. Desde entonces, siempre que los practicantes se reunían y hablaban de su experiencia, algunos practicantes sentían corrientes atravesando sus cuerpos que les hacían sentirse muy cómodos. Una practicante me dijo que su marido lloró al escuchar el programa del Maestro. En aquel entonces no sabíamos el por qué. Ahora sabemos que era porque el Maestro nos transmitió el inaudito Falun Dafa. Por vez primera, por cultivar Falun Dafa, un ser humano realmente puede ascender hacia los niveles más altos y ser salvado de los Tres Reinos. El Maestro salva a seres conscientes y muestra a la gente cómo ser buena y amable. El Maestro no ganó nada de viajar por todo el país y celebrar cincuenta y cuatro conferencias de 9 días cada una. Despues el Maestro se fue a ultramar y continuó repartiendo las semillas de Dafa al mundo humano. Él daba un maravilloso futuro al género humano. Desde luego, oír al Maestro difundir el Fa llevaría al lado consciente de un ser humano a llorar.

Mientras estaba en la ciudad de Zhengzhou, provincia de Henan, vi al Maestro aguantar dificultades por los practicantes. Era un día de un calor insoportable y la conferencia en Zhengzhou se celebró en un estadio muy deteriorado. Miles de personas abarrotaron el recinto. Había sólo un ventilador y una larga mesa. Nosotros en la audiencia llevábamos mucho karma y el Maestro nos habló en aquel ambiente difícil. De ahí, cada vez que no lo hice bien en mi práctica de cultivación, recordaba lo que el Maestro soportó y me sentía triste. El comportamiento del Maestro, sus palabras, cada gesto y su compasión inmensa es un gran modelo por el que los practicantes pueden guiarse.

El mal interfirió con la conferencia del Maestro en Zhengzhou. El cielo pareció estar dispuesto a caerse. Estaba oscuro por todas partes con truenos ruidosos, arena y guijarros lanzados por el aire. Las luces del estadio de repente se apagaron, indicando que el suministro eléctrico se había cortado. Vi al Maestro sentarse sobre la mesa y usar señales de mano para eliminar al malvado demonio que saboteaba la conferencia del Fa del Maestro. Recordé que el Maestro nos contó la historia de que Sakyamuni tuvo la misma experiencia enseñando su Fa. Silenciosamente miramos al Maestro eliminando el mal. El granizo caía continuamente sobre las tejas haciendo ruidos tremendos. Veinte minutos más tarde, el sol salió y volvieron las luces. Aunque el mal se cebó en el área local y trajo la calamidad más grande en cien años, el Maestro actuaba como si ello no fuera nada y siguió con su conferencia. Atestiguamos la grandeza del Maestro, los principios ilimitados del Fa, y el poder infinito de las capacidades sobrenaturales.

Todavía puedo ver claramente la gran imagen del Maestro cuando enseñaba el Fa para ofrecer la salvación. Sé que es difícil compensar la gracia del Maestro, pero nunca la olvidaré. Puede encontrarse en cada partícula microscópica.


Fecha de edición: 18/6/2006
Fecha del artículo original: 13/6/2006
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2006/6/13/74416.html