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Recuerdo V

Desde el 20 de julio de 1999 cada día que ha pasado nos ha parecido como un año. Anhelando siempre el fin de la persecución y validando el Fa de manera abierta y noble, hemos madurado gradualmente durante este período. Los rumores y la difamación a Dafa en la televisión, me hicieron más lúcida y han afirmado mi creencia en Dafa. Recuerdo el momento en el que el director y el secretario del comité vecinal vinieron a mi casa para tratar de hacerme renunciar a la cultivación. Les señalé la televisión y les dije: "Miro las noticias que pasan en la televisión cada día, lo que dicen es completamente diferente de lo que yo he experimentado. Los practicantes leen «Zhuan Falun» cada día y son ellos los que conocen lo que está escrito en ese libro. Nosotros practicamos Falun Gong y cultivamos nuestro xinxing cada día. Somos nosotros los que sabemos muy bien qué hacemos cada día. Por ejemplo, yo como una pera cada día, ¿quién es capaz de describir cómo sabe una pera?, ¿yo o alguien que nunca ha comido una pera? ¿Cómo puedo creer y seguirles a ustedes?". Ellos inmediatamente se quedaron sin habla, entonces les dije de manera muy firme pero con una actitud apacible, que si ellos deseaban preguntarme lo que Falun Dafa y la cultivación eran, con todo gusto les respondería en cualquier momento. Sin embargo, si ellos querían hablarme acerca de otras cosas, entonces no deberían perder su tiempo. Desde entonces, ellos no han regresado nunca más.

Cuando oía los rumores y difamación hacia Maestro Li en la televisión, me ponía a llorar sin parar. Con la propagación del Fa en el mundo humano, yo había sido testigo de las adversidades que Dafa había experimentado y las penalidades por las que el Maestro Li había pasado mientras difundía el Fa. ¿Cómo aquellos rumores depravados no podrían afectar el corazón de un discípulo de Dafa?

Recuerdo que asistí a la Exposición Internacional de la Salud en 1992, ésta se realizó en el Edificio de Comercio Internacional. Cuando entré al salón me deslumbraron las diferentes formas de qigong. Noté que las colas de espera por Falun Gong eran las más largas y contenían un mayor número de personas, entonces me apresuré a ir hacia adelante para dar una mirada. Una gran emoción abarcó mi corazón. Primero vi a un "hombre joven" alto de cara bondadosa que le hablaba a un periodista. En ese momento le dije a la amiga que me acompañaba: "Él debe ser el maestro de este qigong".

"¿Cómo lo sabes?", me preguntó ella.

"Lo presiento", le contesté.

Era un poco extraño, y cuando lo miraba sentía que en algún lado ya había visto antes a esta persona (el Maestro Li) o que habíamos hecho algo juntos, pero no podía recordarlo por más que lo intentara. ¡Él me parecía tan familiar! Lo miraba cuidadosamente de arriba abajo, llevaba un abrigo común, y adentro un suéter café claro (el mismo que parecía haber sido tejido a mano, pero que más tarde supe que era uno remendado). Los pantalones y los zapatos también se veían viejos pero muy limpios. Él parecía amigable.

Recuerdo VI

Recuerdo cuando asistí a la conferencia en Tianjin, noté que el Maestro Li siempre se hospedaba en hoteles económicos. Él siempre estaba ocupado. Después de una conferencia el Maestro tenía muchas cosas que hacer, y siempre volvía al hotel alrededor de las 9 ó 10 p.m., y cada noche sólo comía fideos durante la cena.

También llegué a notar (esto me sucedió de manera natural dado que había asistido a tantas conferencias), que el Maestro muy rara vez cambiaba de ropa, pero que sí ponía atención a la presentación y se vestía de manera sencilla, llevando siempre la misma ropa cambiándola sólo cuando el clima cambiaba. Sobre este aspecto, una vez le pregunté a un practicante que lo conocía y me enteré que el Maestro lavaba su ropa cada noche y se la volvía a poner al día siguiente. Noté que el Maestro rara vez compraba ropa nueva, tenía muy poca vestimenta. Cuando el Maestro dio una conferencia en Tianjin, sus zapatos los cuales los había estado usando por varios años estaban muy desgastados, pero él no quería reemplazarlos con un nuevo par. Entonces varios discípulos le insistieron mucho para llevarlo a una tienda y compraron un nuevo par.

En todo momento cuando los practicantes nos reuníamos, no dejábamos de mencionar al Maestro. Una vez hablamos sobre la clase de Tianjin, yo me quejé de los practicantes que colaboraban con el Maestro: "¿Por qué no se preocupaban por el Maestro como era debido, y por el contrario le permitían comer fideos instantáneos todos días?". Sin embargo, una practicante me dijo que aquello no sucedía únicamente en Tianjin. El Maestro Li comía a menudo fideos instantáneos. Ella también dijo que al principio cuando el Maestro apareció en público para difundir el Fa, la situación era muy difícil. Los fondos que se recogían durante las clases a veces no eran suficientes para pagar la renta del salón de conferencias (se trataba de una renta fija sin consideración del número de personas que asistían a la conferencia). El presupuesto era muy limitado. Ella también me dijo: "El Maestro nunca nos ha dicho cuán alto es su nivel, yo veía al Maestro únicamente como un profesor y un ejemplo, benevolente y apacible. Sentía que el Maestro no era un maestro ordinario de qigong. Dentro de mí yo sabía que el Maestro Li era mucho más que todo aquello. Cuando él iba a enseñar a mi ciudad, yo lo invitaba siempre a comer a mi casa (el Maestro se hospedaba muy lejos del salón de enseñanza lo cual le llevaba varias horas de viaje). Al Maestro no le gustaba comer carne, las legumbres eran suficientes. Mientras yo cocinaba le preguntaba al Maestro lo que a él le gustaría comer y siempre me contestaba: "Comeré lo mismo que los otros comerán, no se preocupe, haga algo sencillo nomás". Una vez el Maestro dijo alegremente: "Me gusta el pan Shandong al vapor que usted hace". Cuando dijo eso le dio una mordida al pan al vapor y dijo que sabía muy bien. En realidad, el Maestro Li pensaba siempre en sus discípulos, no le gustaba molestar a nadie y no quería que nosotros gastáramos dinero".

Ella también una vez me dijo que después de un almuerzo habían quedado sobras de comida en un plato así como también algo de sopa de legumbres. Aquella noche cuando regresaron de la clase, ella le dijo al Maestro: "Es muy fácil preparar una comida vegetariana".

Sin embargo el Maestro le dijo: "Me comeré las sobras".

Ella trató de decirle al Maestro que ellos normalmente no comían tan sencillo. Ella pensó: "¿Cómo podemos permitirle al Maestro comer lo que queda de la sopa de legumbres?"

Pero la expresión en el rostro del Maestro era seria y señaló hacia lo que quedaba (los restos de la sopa de legumbres) y dijo: "Me comeré lo que queda". El Maestro se veía muy firme, lo cual en ese momento parecía ser una orden que no podía ser contradicha. El Maestro Li se sirvió la sopa y un poco de los otros alimentos y comió tranquilamente.

Cuando escuchamos esto nos entró el remordimiento. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Maestro, ¡Usted ha pasado sufrimientos! Nosotros sus discípulos no podríamos expresar nuestro respeto ni siquiera con miles y miles de palabras. Cada palabra o acción suya son tan conmovedoras. Sentí que si yo no hacía bien las cosas, no sería realmente merecedora de la guía y enseñanzas del Maestro.

Recuerdo VII

La Televisión Central China [CCTV] y la oficina 610 difundieron el rumor que el Maestro era incapaz de escribir «Zhuan Falun», y que el libro fue en realidad escrito por fulano de tal y así sucesivamente. Cuando me enteré que la CCTV era capaz de difundir aquellas mentiras pecaminosas, sentí realmente que el gobierno chino estaba cayendo en desgracia. ¡Sepan que yo soy una testigo! Yo tuve el honor de haber podido participar en la trascripción de las primeras clases grabadas en las etapas iniciales. «Zhuan Falun» fue transcrito palabra por palabra de las conferencias dadas por el Maestro en Changchun, Jinan, Zhengzhou, Dalian, etcétera, lo cual nos tomó terminar de 5 a 6 días. Acepté este trabajo durante el verano de 1994 y no me entró la flojera en ningún momento ni siquiera un poquito. Dado el caso que no poseo un alto grado de educación, yo no sabía a veces cómo escribir varios caracteres de las clases del Maestro. A pesar de eso, buscaba en el diccionario mientras escuchaba oración por oración lo que decía el Maestro, luego transcribía palabra por palabra con la ayuda de una grabadora al no tener ningún otro tipo de equipo. Luego las copiaba en forma de carácter sin perderme una sola palabra. Trabajé día y noche por docenas de horas, alrededor de diez practicantes pudimos finalmente terminar con el trabajo a tiempo. El trabajo transcrito fue enviado más tarde a otros practicantes quienes lo escribieron a máquina y luego lo enviaron al Maestro para ser corregido. Yo conocía la importancia de esta tarea. Recuerdo que me arrodillaba en el piso y trabajaba con mi espalda encorvada sobre el sofá en el vestíbulo cuando mi familia dormía, y ahora ver en la televisión todas aquellas mentiras desvergonzadas, no me queda otra cosa que escribir las experiencias por las que he pasado.

Nunca antes había escrito un artículo. Sin embargo, como discípula de Dafa, siento profundamente que es mi deber registrar la gloria del Maestro y de Dafa para hacer conocer a más gente sobre la verdad y dejar al descubierto el carácter engañoso de las mentiras. Si las enseñanzas y el comportamiento ejemplar del Maestro no hubieran dejado una profunda impresión en mí, la rectitud de mis pensamientos no habría sido tan sólida. Sugiero que otros discípulos veteranos escriban sus experiencias personales y que permitan que la verdadera grandeza del Maestro salga a la luz, de manera que nuestros compañeros practicantes se hagan cada vez más y más diligentes y que la gente del mundo se haga más lúcida.

13 de febrero de 2003

Puede leer la Parte 1 y 2 de este artículo en:
(I): http://www.minghui-es.org/articles/4229.html
(II): http://www.minghui-es.org/articles/4230.html

(Versión en chino: http://www.minghui.ca/mh/articles/2003/2/13/44494.html)
(Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2003/2/28/32696.html)

Fecha de edición: 6/12/2005Fecha del artículo original: 13/2/2003