Por Ma Zhongbo del Condado de Bin, provincia de Heilongjiang

(Sabiduriapura.org) Mi nombre es Ma Zhongbo y tengo 32 años de edad. Mis compañeros aldeanos todos saben que mi familia gasta mucho dinero para tratar mi estado de salud – necrosis de ambos femorales delanteros – y que fui curada a través de la práctica de Falun Gong. Porque dije la verdad, “Falun Dafa es magnífico”, los perpetuadores de la persecución me detuvieron y enviaron a un campo de labor forzado y a varios centros de detención. Me torturaron y me liberaron solo cuando estuve al borde de la muerte. Después de que me recuperé haciendo los ejercicios de Falun Gong, las autoridades vinieron otra vez y me llevaron.

En 1998, me diagnosticaron con disco espinal dislocado y necrosis de ambos femorales delanteros. Tuve que caminar con muletas. Seis meses y 10.000 yuanes más tarde, mi estado de salud solo empeoró. Mis piernas me dolían terriblemente y no podía caminar, incluso con muletas.

En febrero de 1999, fui a ver al Dr. Zhang Lianshi, un especialista del Instituto de Investigación de Necrosis Femoral Delantero del Norte de Harbin. Mi hermana tuvo que llevarme por las escaleras porque yo no podía caminar por mi cuenta. Allí, me diagnosticaron segundo grado de necrosis de ambos femorales delanteros y una sola medicación me costó más de 2.000 yuanes. El doctor dijo, “el CT escáner llevará ocho meses desde ahora.” El diagnostico se sintió como la muerte para mi. Ocho meses con el valor de medicamentos me costaría más de 10.000 yuanes, y me enteré que lo que tenía era una enfermedad terminal y costaría al menos 100.000 yuanes tratarla – si el tratamiento era exitoso. Para poder pagar los gastos médicos, mi familia vendió la casa y pidió presado un montón de dinero. Me vi obligada a mudarme a la casa de mi madre junto con mi hija de seis años de edad.

Mi madre cuidó de mi y me llevaba en su espalda. Sufrí de más de diez enfermedades incluyendo pleuresía, tuberculosis, colecistitis, e inflamación en el corazón y el hombro. Porque mis vasos sanguíneos estaban coagulados, mi estado de salud empeoró. Todas las noches lloraba bajo las mantas del dolor insoportable.

Mientras estaba por darme por vencida, mi abuela de 80 años de edad vino a visitarme y me pidió que fuera a su casa y practicara Falun Gong. Ella me dio una copia del libro Zhuan Falun y yo estuve profundamente conmovida por lo que estaba escrito en el libro. Pensé, “¡Este libro es del Cielo!” Terminé de leerlo en dos días y medio. Cada noche, mi primo me llevaba en una carretilla de mano al sitio de práctica y fui por tres noches. En la mañana del quinto día, me sentía completamente saludable. Pedí a alguien que me trajera los tacones más altos y ¡fui capaz de caminar con ellos! Apenas podía contener mi excitación y grité, “¡Mis piernas no me duelen más! ¡Puedo caminar ahora!” Grité y me reí, y la gente a mi alrededor estaba muy sorprendida. Pronto, mi esposo me llevó a casa y construimos otra casa.

El 20 de Julio de 1999, el grupo de Jiang empezó a perseguir a Falun Gong. Ellos difundieron incontables mentiras, las cuales envenenaron a mucha gente alrededor del mundo. En abril del 2000, fui al Instituto de Investigación de Necrosis de Femoral Delantero del Norte de Harbin para recoger los resultados del CT escáner. El doctor no podía creer que yo estuviera caminando por mi cuenta y me preguntó, “¿No eres tu la que fue traída aquí y que tenía segundo grado de necrosis?” Yo dije, “Sí, soy yo.” Él miró mis recetas y vio que solo había tomado un mes de medicamentos, y preguntó, “No fuiste curada por las drogas. Dime, ¿cómo pasó esto?” Le dije que fui curada a través de practicar Falun Gong. El doctor dijo, “Ya que es un milagro tan maravilloso, ¿por qué no hablas por Falun Gong ya que los programas de TV [del estado] están diciendo que Falun Gong no puede curar enfermedades?” Sentí vergüenza de mi misma, ya que me di cuenta de que no debería mantener mi experiencia para mi misma y debería compartirla con la gente para ayudarlos a saber la verdad. Tomé los resultados del CT escáner y diagnostico, y me fui a la oficina de apelación de la ciudad de Acheng. Les conté mi historia y les pregunté porque el gobierno mintió y dijo que Falun Gong no podía curar enfermedades. Ellos no podían justificar la propaganda calumniosa pero me advirtieron que no apelara por Falun Gong. Me enviaron a la Oficina 610 de la ciudad de Acheng y luego al Departamento de Policía. Decidí ir a Beijing para apelar por Falun Gong. Al saber sobre mi decisión, mi padre dijo, “Tienes que ir si nadie más va. Dafa te ha salvado la vida. No lo lamentaremos incluso si mueres en Beijing.” Mi familia me prestó algo de dinero y pagó mi viaje.

En junio del 200, fui a Beijing a apelar. Los perpetuadores de la estación de policía de Ashihe me arrestaron y me enviaron de nuevo al Centro de Detención No. 2 de la ciudad de Acheng. Durante la detención, sostuve una huelga de hambre y demandé mi liberación incondicional. Los guardias trajeron un médico del hospital de la ciudad de Acheng y lo forzaron a alimentarme a la fuerza. Él insertó un tubo en mi nariz pero no pudo introducirlo en mi estómago, porque el tubo salía todo el tiempo por mi boca. Una vez, lo insertó siete veces y falló en los siete intentos. Todo el proceso fue extremadamente doloroso y mi cara estaba cubierta con lágrimas y mocos. Ellos deliberadamente agregaron sal y alcohol en la comida. La última vez que ellos me alimentaron, vomité comida cuando el doctor sacó el tubo de alimentación, y estaba encima de todo su saco. El doctor y sus asistentes temieron de tener la responsabilidad de que yo muriera, por eso todos se fueron. Fui liberada después de dos meses de detención, y los perpetuadores extrajeron 3.500 yuanes de mi familia.

En octubre del 2000, fui de nuevo a apelar a Beijing. En el Servicio de Seguridad de Zhongnanhai, los oficiales de policía me sacudieron con bastones eléctricos, pero yo me rehusé a cooperar con sus demandas de renunciar a Falun Gong. Oficiales de la Estación de policía de Ashihe de nuevo me llevaron de vuelta y esta vez me enviaron al Centro de Detención No. 1 de la ciudad de Acheng. Me sentenciaron ilegalmente a un año de labor forzado y me enviaron a la División 3 del Campo de Labor Forzado de Wanjia en la ciudad de Harbin. Fui forzada a sentarme en una pequeña silla de metal por tres días sin parar. La policía no me permitía dormir a la noche. Ellos incluso me enviaron a la división masculina, y sostuve una huelga de hambre para protestar el abuso.

En junio de 2001, las autoridades del campo intentaron forzar a los practicantes de Falun Gong a escribir Declaraciones de Garantía para renunciar a su creencia, y enviaron a las practicantes a la división masculina. Expusimos que era en contra de la ley. Su Yingbai, el jefe del campo de labor apuntó su dedo índice en su nariz y dijo, “¿La ley? ¡Cierra la puerta y yo soy la ley!” Cuatro guardias hombres y una guardia mujer me arrastraron por el piso mientras me pegaban y pateaban. Mi espalda y pies sangraban. Fui retenida en la división masculina por nueve días y fui forzada a estar agachada por dos noches y un día. Mi pie derecho empezó a infectarse y se hinchó a tal tamaño que no cabía en mi zapato. Los perpetuadores me dieron un zapato que pertenecía a un guardia. Cuando no podía agacharme, esposaron mis manos al la tarima más alta para que mis pies no tocaran el piso. Me bajaron después de que perdí la conciencia, y luego me forzaron a agacharme de nuevo. También me hicieron sentar en un banquillo duro por días y noches a una hora establecida. La carne en mis nalgas se infectó y emanaba pus y sangre. No me permitieron dormir ni tomar una ducha.

Cuando me enviaron de nuevo a la división de mujeres, contraje un fiebre alta. Mi pie derecho estaba severamente ulcerado y no pude caminar por más de veinte días. Tuve que pedir a otras personas que me trajeran la comida. Mis pechos estaban inflamados, vomité y no podía comer. Mi cuerpo estaba cubierto con costras y el dolor era tan severo que no podía dormir. Durante la mañana, los guardias me forzaban a hacer costales de lino y una especia de escarbadientes. Fui torturada por más de veinte días. Un día, llené medio tazón con sangre y pus puesto de mis pechos. El tejido de mis pechos estaba casi completamente perdido. Las autoridades del campo de labor me enviaron a un hospital en la ciudad de Harbin, donde fui diagnosticada con cáncer de pecho. En la noche, los perpetuadores le dijeron a la Oficina 610 de la ciudad de Acheng y al departamento de policía que me recogieran, y mi familia me llevó a casa al siguiente día.

En este punto, yo estaba enflaquecida y extremadamente débil. Mis compañeros aldeanos que vinieron a verme todos predijeron que yo no iba a vivir. Mi vecino dijo, “¿No dijiste que Falun Gong curó tu necrosis? Si Falun Gong puede curar tu cáncer de pecho, toda la aldea creerá en Falun Gong.” Un compañero practicante me llevó a su casa y me preguntó si quería hacer los ejercicios. Mi cuerpo estaba temblando y mi pecho estaba hinchado y emanado pus, tenía moretones en mis axilas y en mis brazos. Pensé, “Soy una practicante de Falun Gong y el Maestro está cuidando de mi, ¿a qué debo temer?” Dije, “Sí, practiquemos.” Después de hice la serie de cuatro ejercicios, me sentí energizada y relajada, y la emanación de mis pechos desapareció. Los esposos de los compañeros practicantes vieron el cambio y dijeron, “Si no viera esto con mis propios ojos, no lo creería sin importar quien me lo dijera” Me recuperé después de cerca de 20 días de hacer ejercicios y estudiar el Fa (las enseñanzas de Falun Dafa). Un día fui a casa, mi suegro estaba celebrando su cumpleaños 66, y la casa estaba llena de parientes y amigos. Estuvieron aterrados cuando me vieron robusta y resplandeciente. Mi vecina hizo la señal de los dedos y dijo, “¡Falun Gong es realmente bueno! Toda nuestra aldea lo cree ahora.”

A fines de este año, sin embargo, los perpetuadores de la Oficina 610 de la ciudad de Acheng y el departamento de policía vinieron a mi casa de nuevo y me llevaron. Mi hija de ocho años de edad se adhirió a la puerta del auto de policía y lloró, “¡Llévenme con ella! ¡Quiero estar con mi mamá!” Muchos compañeros aldeanos derramaron lágrimas y condenaron a la policía. Todos ellos sabían que Falun Gong salvó mi vida cuando estaba a punto de perder las esperanzas, y que fui detenida y torturada numerosas veces solo porque dije la verdad: “¡Falun Dafa es bueno!” Los perpetuadores de nuevo me llevaron al centro de detención No. 1 de la ciudad de Acheng, donde las costras re-aparecieron y los pechos se ulceraron de nuevo. El jefe del centro de detención tuvo miedo de que muriera en el campo de labor, por eso me liberó bajo palabra médica. Una vez más, me recuperé dentro de unos cuantos días después de regresar a casa, haciendo ejercicios y estudiando el Fa.

¡Personas de buen corazón! Soy solo una de los cientos de millones de practicantes de Falun Gong, pero los cambios que tomaron lugar en mí son suficientes para probar el poder curativo de Falun Gong. No violé ninguna ley al apelar, ya que estaba ejerciendo mis derechos como están protegidos por la Constitución China. No entiendo -- ¿por qué tengo que sufrir semejante brutal persecución?

Fecha de edición: 30/12/2004
Fecha de artículo original: 15/12/2004
Categoría: Compartiendo entendimientos
Versión en chino disponible en: http://www.minghui.org/mh/articles/2004/12/4/90626.html
Versión en inglés disponible en: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2004/12/15/55599.html