Por un practicante chino

Un día perdimos contacto con un practicante después que salimos de casa. En la noche, más tarde, estuvimos seguros que los malvados oficiales de policía le habían secuestrado. Aunque no intenté salir de la ciudad, viví allí porque quise reportarlo en mi trabajo al siguiente día, supe que la gente que tiene relación predestinada conmigo, estuvo allí, esperando obtener Falun Dafa.

El primer día, estuve realizando diligentemente y con fe, mi jefe y compañeros estuvieron impresionados. Después del trabajo, fui a casa y descubrí que mi residencia había sido saqueada, un practicante amigo que vivía conmigo había sido detenido. Por eso, decidí moverme al norte después de decir adiós a mi nuevo jefe y a su esposa. Tomé esta oportunidad para explicarles la verdad. Compartí mis experiencias personales en la cultivación de Falun Gong y les hablé acerca de la injusta opresión contra Dafa. Estuvieron conmovidos y expresaron su simpatía y se preocuparon por nuestra seguridad. Al saber que viajaba hacia el norte, mi jefe me preguntó si tenía suficiente dinero para el viaje. Supe que su bondad hacia los practicantes en peligro, les crearía a ellos un futuro formidable.

Viajando hacia el norte por tren, una mujer de mediana edad con un niño, estuvieron junto a mí. Dos chicas se sentaron en diagonal a nosotros y un hombre de cabello largo estuvo junto a ellas al lado de la ventana. Charlé fácilmente con todos ellos y la atmósfera fue agradable. Me sorprendió como había incorporado a Dafa en la conversación.

Mientras viajaba, noté que hubo policías sentados a lo largo del pasillo. No podía parar mi mente por estar un tanto molesto debido a su presencia. Racionalmente, bajo estas circunstancias me di cuenta que debía explicar con cuidado los hechos acerca de Falun Gong. De todos modos, tuve un pensamiento firme: No importa lo que sea, eso sería un buen punto para introducir en la conversación y explicarles la verdad, y el Maestro me ayudaría. “Tómalo con cuidado… espera y mira”, me volví a asegurar a mí mismo.

El pasajero era graduado en artes de una universidad y era muy apasionado. A quienes estuvieron cerca de él les dio un bolígrafo con una propaganda inscrita. Cuando recibí el obsequio, me acordé de una libreta que tenía en mi bolsillo (que ese día me fue dada por un practicante). Mientras quería escribir con el bolígrafo, de pronto, supe lo que tenía que hacer. Les enseñé a mis compañeros de viaje, las tres palabras Chinas “Fa Lun Gong” que había escrito en mi libreta y pregunté, “¿conoces esto?”

De pronto, se pusieron nerviosos. La más notoria fue la muchacha que estaba sentada opuesta a mí. Estuvo alarmada y ansiosamente miraba en derredor con sonrojo en su cara. Rápidamente, reajusté mi mente y apropiadamente comencé a decirles acerca de la trágica exhibición de la autoinmolación en la Plaza Tiananmen.

La muchacha salió en busca de agua. Continué diciéndoles a los otros acerca de cómo había mejorado mi cuerpo y mente al cultivar Falun Gong. Mi joven apariencia le sorprendió al hombre de larga cabellera. Le dije que mi apariencia juvenil se debió también a la práctica de Falun Gong. Aún más, les hablé de innumerables buenos hechos realizados por practicantes de todo tipo de vida. Creo que mi firme y serena mentalidad, combinado con factores sólidos, les conmovió y despertó su interés.

Se calmaron de su pánico original y escucharon calladamente lo que les decía. Regresó la muchacha con su agua. Cubrí aspectos de la verdad que no le apremiaría mucho y mencioné algo interesante. Subsecuentemente, la atmósfera de conversación se volvió tan armoniosa y calmada como antes.

El tren se mantuvo acelerando y la clarificación de la verdad se mejoraba cada vez. Finalmente, sus caras tuvieron sonrisas de comprensión en vez de miedo o nerviosismo. Más tarde, con buenas intenciones, les describí sus reacciones originales. Con vergüenza, la muchacha sentada en el centro replicó, “Lo siento, pero no entendíamos mucho”. Me sentí completamente feliz de esta linda e inocente muchacha.

Después que el resto se fue a dormir, el hombre que nos dio los bolígrafos conversó conmigo por un rato. Le hablé más acerca de Falun Dafa y le mencioné acerca de ciertas realidades de mi vida. Le estimulé con lo siguiente: “La verdadera sabiduría en la vida de un hombre es la de pensar objetiva e independientemente, para manejar todo en nuestro propio derredor sin ningún concepto preconcebido, ni creer ciegamente en la voz de una propaganda estrecha, tampoco seguir la multitud haciendo cosas malas”. Pude verle confianza y respeto en sus ojos.

Después de una larga noche de viaje, finalmente el tren llegó a su destino. Nos despedimos entre todos como si estuviéramos partiendo. El graduado en artes me golpeó el hombro y me dijo, “¡Gran hermano, deseo que las condiciones mejoren para todos ustedes!”

¡Sé que una vida humana con el pensamiento “Falun Dafa es bueno” en su mente tendrá un esplendoroso y brillante futuro!
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De esta experiencia me doy cuenta de lo siguiente: En un momento crítico, el corazón y mente de un practicante debe estar en una completa y recta creencia en el Maestro. Él o ella deben comprender su propia responsabilidad y misión. Deben renunciar al egoísmo y entender la Ley dentro de sus principios, fijándose prioridades más altas para la rectificación de la Ley y la salvación de otros. Luego, ellos deben tener la bendición del Maestro, por tanto serán capaces de negar los arreglos de las viejas fuerzas y convertirse cual diamante en la vida cósmica, sacudiendo y atemorizando al demonio.

Fecha del Artículo Original: 1 de mayo de 2003
Versión china disponible en:
http://www.minghui.org/mh/articles/2003/4/21/48782.html
/emh/2003.htmlYearly Archive /emh/articles/2003/5/1/35116p.htmlPrinter Version

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